Así hizo Víctor Moreno los fichajes del CD Tenerife

Si no hay sorpresas y el CD Tenerife cierra el mercado estival con un total de diez incorporaciones, el arquitecto de la profunda remodelación del representativo habrá cumplido a rajatabla su hoja de ruta y el planteamiento que hizo a sus superiores antes de comenzar esta temporada.

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Sipcic Víctor Moreno CD Tenerife
Sipcic Víctor Moreno CD Tenerife
Si no hay sorpresas y el CD Tenerife cierra el mercado estival con un total de diez incorporaciones, el arquitecto de la profunda remodelación del representativo habrá cumplido a rajatabla su hoja de ruta y el planteamiento que hizo a sus superiores antes de comenzar esta temporada. "Me juego mucho; soy el primer interesado en que salgan las cosas bien", transmitió a uno de los accionistas de referencia en el proyecto blanquiazul en el contenido de una conversación más extensa y que tampoco es cuestión de reproducir íntegramente.

Moreno prometió diez fichajes, que habrían sido once si se hubiese cumplido alguno de los siguientes dos supuestos: la salida de Milla (o de algún otro futbolista de los importantes) o que no estuviese a punto Aitor Sanz para volver al nivel que ya está exhibiendo de nuevo. Justamente para el puesto de pivote se trabajó a destajo en una incorporación de peso, un jugador que fue internacional sub 21 con Francia y al final se enroló en el Cádiz. Es Yohan Bodiger el fichaje que el CD Tenerife tuvo atado y no cristalizó. Según a quién preguntes, fue por la tardanza de los altos cargos en formalizar la proposición o por otros motivos bien distintos que ahora tampoco vienen al caso. Pero hasta el presidente se mostró extrañado por que no saliera adelante esta operación que la persona de enlace entre el consejo de administración y la dirección deportiva ya le había dado por hecha.

Apuntamos durante el verano que al profesional conquense no le iba a temblar el pulso si tenía que desandar los pasos que había dado en enero. Y así fue, pues a principios de pretemporada ya se comunicó a uno de los refuerzos de postín que se hizo en enero (el argentino Mauro Dos Santos) que no entraba en los planes del CD Tenerife. Lo que nadie esperaba es que pusiera tantas pegas para salir, a sabiendas de que en la Isla no va a jugar. De hecho, hasta los centrales del filial están por delante de él en los entrenamientos del representativo. En el club estaban casi seguros de que apostaría por irse a Holanda, donde le surgió una opción apetecible. Lo que descartan en el entorno del jugador es que le hayan sugerido tantas ofertas como el club ha querido publicitar. En cuanto al resto de fichajes del mes de enero, se apuesta por que den un paso al frente como ya lo está haciendo Lasso. Como contamos desde la concentración de Melgaço, no habría sitio para él como mediapunta, pero sí en el terceto de mediocampistas que propone Garai en su ya innegociable 4-3-3.

Moreno no quiso empezar la casa por el tejado. Sabía que existían dos prioridades indisimulables: restañar los problemas de gol que tuvo el equipo durante el curso pasado y fortificar la portería con un guardameta del gusto de López Garai. De hecho, la elección del entrenador es la decisión más importante de las que ha tomado durante los últimos meses. La otra vino avalada por una orden presidencial: no malvender a Luis Milla ni por un céntimo menos que su cláusula de rescisión (5M€). El madrileño se mosqueó por la postura intransigente del CD Tenerife y mandó a su agente (Julio Llorente) a desbloquear su situación. Pero no hubo manera. El club solo entraría a negociar con sus pretendientes si surgían ofertas que se acercasen mucho a la cifra pactada.

El máximo responsable de los fichajes en el club ha marcado distancias en su manera de trabajar con respecto a su antecesor. Detectó desde el principio dónde estaban (y siguen estando) las goteras en cuanto a las filtraciones que perjudican los intereses del club y su propia reputación; fijó contratos largos para sus apuestas de futuro, redujo las cesiones a tan solo tres y manejó larguísimas listas hasta de 10 y 12 candidatos para algunas demarcaciones.

El sucesor de Alfonso Serrano acaba más que satisfecho este período de reestructuración. Ya ha avisado en el club de que las próximas veces y en los venideros mercados no habrá tanto trajín, pero esta vez hacía falta. Desde los primeros movimientos (dar salida a Tayron y Camille) a los últimos (traer a Nahuel Leiva en propiedad) han surgido complicaciones, dudas y obstáculos. Pero tenía claro que lo principal era devolver al CD Tenerife el estilo que más gustó y cuajó en los días más brillantes del club. Y de manera instantánea, traer la ilusión perdida. Nadie imaginaba que sería tan pronto cuando volviesen a percibirse síntomas de entusiasmo en torno al equipo, pero la apuesta de López Garai ha tenido un efecto imán; así como los últimos tramos de la pretemporada y los dos primeros partidos de liga.

A Moreno se le quedaron pendientes dos tareas y propósitos que quedan para el futuro: dar protagonismo a la cantera en aquellas demarcaciones donde fuese posible. Y no lo ha cumplido, pese a que podía haber dado a Fede Olivera el rol de segundo lateral. A su favor pesa que en la herencia recogida había futbolistas tan interesantes y potables como Milla o Malbasic; pero también contratos altísimos que era difícil resolver. De hecho, en Dani hay escasa o casi ninguna confianza, pero se le mantiene porque tenía un año más de contrato. Y además, con galones de capitán otorgados por el vestuario. El otro flanco donde se quería hacer más es en el de las repatriaciones. No había opciones en el mercado para traer de nuevo al CD Tenerife a jugadores tinerfeños con recorrido y de garantías. Se intentó con Carlos Gutiérrez. Los demás, no estaban al alcance de la mano. Porque es importante entender que se ha manejado el club con un presupuesto austero, lejos de los más solventes de la categoría y con obligación de hacer operaciones casi a salario mínimo (Mazan o Shaq) para tapar huecos hasta llegar a la decena de fichajes y a la veintena de movimientos. El mercado más agitado para el CD Tenerife de los últimos tiempos; también el que ha significado un cambio más radical en su forma de concebir el juego.

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