El Burgos FC se impuso por 1-0 al CD Tenerife en un partido igualado en el que, sin embargo, los locales contaron con las ocasiones más peligrosas. El gol llegó en una jugada de córner con un rechace de Juan Soriano que aprovechó Miguel Rubio. A pesar de la derrota, el guardameta blanquiazul firmó varias intervenciones meritorias que impidieron un resultado más amplio. Con esta victoria, el Burgos empieza a plantearse mirar hacia arriba en la clasificación mientras que el Tenerife se complica un poco más las posibilidades de ascenso directo.
El partido ofreció poco en la primera parte. Un disparo lateral de Pomares, un remate de cabeza de Gallego y otro de Carlos Ruíz, pero ningún peligro serio para la portería de Caro. Sin embargo, el Burgos sí inquietó la meta de Soriano en un barullo en el área tinerfeña tras un saque de córner. El portero blanquiazul repelió el disparo de Córdoba, y el remate posterior, en una demostración de sus reflejos y su capacidad de reacción desde el suelo.
Rechace y gol
En la segunda parte, el ataque del Tenerife seguía mostrándose previsible para la defensa burgalesa. Ante la falta de ideas, Elady buscó un disparo lejano, sin más trascendencia. Por su parte, el Burgos lo intentaba un poco más y el remate de cabeza de Elgeazabal buscando la escuadra supuso una nueva advertencia para el Tenerife. El gol llegaría en la siguiente jugada, en el minuto 61, en una acción en la que Mumo recogió el balón después de un córner, entró en el área y dio un pase que Soriano llegó a desviar, pero Miguel Rubio envió a la red tras capturar el rechace.
Inmediatamente Ramis buscó la reacción con Shashoua y Sergio González, que sustituyeron a Bermejo y Carlos Ruiz. Poco después también ingresarían Mollejo y Míchel, en sustitución de Corredera y Elady. Pero los cambios no surtieron efecto ni avivaron la imaginación ofensiva del Tenerife. Por contra el equipo se volvió más vulnerable en la retaguardia y dos fallos consecutivos en la salida de balón de Míchel y de Mellot evidenciaron la ansiedad de los blanquiazules con el marcador en contra, carentes de serenidad atrás y de peligro arriba. A punto estuvo el Burgos de ampliar la ventaja cuando Valcarce arrancó en carrera después de ganar un duelo con León y se plantó en el área ante Soriano, pero el guardameta, otra vez, intervino con éxito.
A cinco minutos del final, Ramis probó con Nahuel por Larrea, que había sido titular por acumulación de tarjetas de Aitor Sanz, pero tampoco funcionó. El Tenerife no encontraba el camino hacia la portería mientras que el Burgos se mostraba cómodo en su estadio, con el marcador a favor y saliendo a la contra cuando tenía oportunidad. Ni siquiera los cinco minutos de añadidura sirvieron al Tenerife para acercarse al empate en un partido en el que los blanquiazules no encontraron nunca su juego.