Los palos evitan que el CD Tenerife le brinde la victoria a su afición

El CD Tenerife empata ante el Real Sporting de Gijón (0-0) en partido correspondiente a la segunda jornada de LaLiga SmartBank

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CD Tenerife Real Sporting La Liga SmartBank
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Volvió la afición al Heliodoro, volvió el fútbol con todos sus ingredientes, excepto uno, los goles, aunque fueron los locales los que más lo merecieron. El CD Tenerife se presentó ante su afición demostrando sus ganas de este reencuentro. Intenso, equilibrado y ordenado. Con las ideas claras, primando la fortaleza defensiva pero sin dejar de mirar la portería rival e intentando hacer buenas sus oportunidades.

La primera ovación de la tarde se la llevó el eterno capitán. El Heliodoro homenajeó a Suso Santana coreando su nombre al unísono, recordando que para muchos seguirá siendo el "eterno capitán" pese a que colgase sus botas para seguir vinculado al CD Tenerife en otra faceta. El aliento del Heliodoro gana puntos y esa ovación contagió al equipo, que tuvo una doble aproximación, con la que buscó Sipcic buscó inquietar a Mariño. La réplica rival no se hizo esperar. Y es que ir al Helidoro siempre ha sido una ruleta de emociones. El CD Tenerife siempre alterna alegrías y sufrimiento,  y un lanzamiento desde lejos, que no consiguió blocar Juan Soriano, dejándola muerta, llevó el primer susto al cuerpo de la hinchada blanquiazul.

El runrún apareció en el Heliodoro, que poco tardó en reaccionar y animar a su equipo en cada disputa, indecisión o falta de intensidad. El CD Tenerife necesita la comunión de su afición que fue fiel a sus costumbres de llevar en volandas a sus futbolistas cuando lo necesitan, pero también de mostrar su disconformidad con su presidente. "Concepción, Dimisión", volvió a sonar en el Heliodoro. Un mantra más de una hinchada sufridora y fiel. Un recordatorio presidencial y, de nuevo, a animar y Bermejo calentó sus gargantas, con otra ocasión con visos de gol anhelado, tras un centro de la derecha de Mellot. Y cinco minutos más tarde fue Míchel Herrero el que se topó con el guardameta visitante.

El partido se igualó, tomando protagonismo el mediocampismo y ganando las defensas a los ataques, hasta que el Sporting volvió a recordar al Heliodoro que tiene en punta lo que le falta a su equipo, un goleador. Al borde del descanso Djuka, sin embargo, no aprovechó la falta de intensidad y concentración defensiva. El killer sportinguista se plantó solo ante Juan Soriano con el balón botando y enganchó una volea que se le fue alta. Susto para el cuerpo y sermón de Carlos Ruiz pidiendo más a la zaga tinerfeñista. Los asturianos subieron una marcha intentando desigualar la contienda ante las dudas defensivas de los locales, pero con resultado inicial se fueron ambos equipos al túnel de vestuarios tras los igualados 45 minutos.

Mariño y los palos, protagonistas

Otro error defensivo, con un mal pase de Pomares a Juan Soriano, abrió el telón de la segunda parte, que afortunadamente solventó el portero tinerfeñista. Los blanquiazules tardaron 10 minutos en retomarle el pulso al partido y acercarse a la portería visitante. Álex Corredera probó desde lejos encontrando la respuesta de Mariño y el guardameta sportinguista, tampoco permitió el premio a Bermejo tras dos excelentes detalles de calidad de Shashoua y el catalán. A la tercera, tampoco fue la vencida. El palo evitó que los blanquiazules se adelantaran tras estrellarse el esférico tras una buena jugada por la banda derecha, que acabó con un centro que cogió Shashoua y su lanzamiento con la zurda se fue al palo.

El calor en la capital tinerfeña y el inicio de temporada obligó a tomar decisiones a ambos entrenadores, que movieron la pizarra. Ramis buscó profundidad y su equipo respondió buscando la portería rival. Corredera lo volvió a intentar y se encontró con Mariño, que esta vez contó con la colaboración del otro palo al ver como el rechazo, lo cogía Álex Muñoz y lo estrellaba con un duro latigazo. 

Los blanquiazules no cesaron de intentarlo, pero en este reencuentro con su afición, los palos evitaron una victoria que hubiese sido merecida ante lo expuesto por ambos conjuntos sobre el césped del Heliodoro. La fiesta no fue completa, pero el aficionado tinerfeñista se fue contento ante la imagen de su equipo, la propuesta y la entrega, despidiéndolo con sonoros aplausos.

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