Manoj Daswani: "Espero que sea el último derbi canario sin público"

El jefe de deportes de Radio Club Tenerife analiza la previa del derbi canario entre el CD Tenerife y la UD Las Palmas en LaLigSmartBank

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manoj daswani
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La semana del derbi es siempre especial en Radio Club Tenerife. Su jefe de Deportes rescata sus mejores recuerdos de la cita con el clásico canario por excelencia y aborda algunos asuntos de actualidad relacionados con el CD Tenerife. Faltan tan solo unos días para que se vuelvan a ver las caras los dos grandes representativos del fútbol de las Islas, y Manoj Daswani (Santa Cruz de Tenerife, 1982) bautiza este derbi como "el primero oficial sin público y ojalá que también el último" en estas circunstancias tan especiales.

¿Qué significa el derbi canario para el Periodismo?

Aquí en Tenerife los partidos contra Las Palmas se viven siempre de una forma muy apasionada. Desde todos los prismas: el de los futbolistas, la afición y también los medios. Recuerdo las coberturas especiales que hacíamos en 'La Opinión', con un montón de páginas y reportajes muy entrañables. Por ejemplo la vez que pintamos la cara de blanco y azul a Ricardo o Iriome; o el año que escribió un diario del derbi Pablo Sicilia, justo aquella semana que acabó con un gol suyo en el Gran Canaria.

¿Se toma más en serio el derbi el Tenerife que Las Palmas?

Es una discusión abierta desde hace mucho tiempo con algunos colegas de Gran Canaria. Muchos de ellos dicen que sí, que el Tenerife se toma más en serio este tipo de partidos o que les da más importancia. Los números demuestran que en el Heliodoro a los blanquiazules se les da especialmente bien. Hace mucho tiempo de la última vez que ganó Las Palmas aquí. Ojalá siga la racha.

¿Será un derbi diferente?

Nos lo apuntaba Aitor Sanz en antena hace algunos días: "un derbi descafeinado", decía él, que sabe de sobra de la relevancia capital que siempre tienen estos partidos. Sin público es un fútbol sin alma. Fíjate que nos quedamos sin los tifos, sin la apoteosis del recibimiento, sin la banda sonora habitual de este tipo de encuentros. Luego la victoria del que gane será de la misma potencia que cuando había público, pero tampoco se podrá celebrar en condiciones. Es el primer derbi oficial sin público en el Heliodoro y espero que también el último.

¿Ve cerca que vuelvan los espectadores a corto plazo?

No. Se han fijado tantas fechas y plazos que ya no me creo nada. Prefiero atenerme a lo dicho, además de forma tajante y contundente, por la ministra Carolina Darias. Los indicios de que estamos ante una cuarta ola de la pandemia convierten la crisis sanitaria en lo único urgente. ¿El público? Pues espero que vuelva pronto y confío en que el reencuentro sea especial. Pero ahora mismo no se dan las condiciones.

¿Qué prepara Radio Club para esta semana?

Una programación muy especial. Desfilarán por el 'Radio Club Deportivo' algunos protagonistas a los que siempre gusta escuchar; contaremos con el análisis de nuestros comentaristas habituales y otros más que se suman a esta semana diferente al resto. Estaremos permanentemente conectados con los compañeros de Gran Canaria, el sábado haremos un especial solo a través de las redes y el domingo empezaremos muy pronto. Óscar Herrera dirigirá un primer Carrusel de 11 a 13 horas con conexiones con todos los puntos calientes; luego arrancamos la transmisión a las cuatro, con más de cuatro horas de previo; y obviamente lo más especial será el partido. A falta de público en las gradas, será más que nunca un derbi de radio.

¿Cómo ve al Tenerife de esta temporada?

Casi es un calco del Tenerife del año anterior. Se dan los mismos patrones: expectativas altísimas, mucha ilusión al comenzar, mal arranque, dudas respecto a los fichajes traídos en verano, debate abierto sobre el entrenador, despido, problemas para enderezar la nave con el nuevo técnico, efecto champán, reacción... E incluso hemos llegado al momento de soñar con mirar hacia arriba. Con el lastre y el déficit de la primera vuelta, es muy difícil. Cuando la misma hoja de ruta se repite tantas veces, es que el problema es estructural. Sigo insistiendo en que la última vez que vimos un Tenerife triunfador fue cuando había orden y sensatez en la toma de decisiones, el año que la institución no la dirigía Miguel Concepción, sino Víctor Pérez Borrego.

Amaga Concepción con presentarse.

Su sed de poder es infinita. Si le dejas huérfano de la presidencia del Tenerife, no le queda nada. Ni podría sentarse a la vera de los políticos que mandan ni probablemente contaría con las mismas facilidades para cerrar determinadas operaciones para sus empresas. Se ha propuesto seguir incluso a riesgo de afectar al club los problemas relacionados con el delito cometido en la dirección de su extinta otra empresa (Islas). Se lo leía a Ventura González hace algunos días. Cuando uno pierde la ética, lo pierde todo. Y aunque algunos -los ejecutores del plan y sus beneficiarios- traten de hacer como que no ha ocurrido nada, la gravedad de los comportamientos de la Fundación hace incompatible que pueda verse en Concepción a un presidente decente.

¿Qué le parece el logo del Centenario?

Si era un logo para retratar la decadencia y el anquilosamiento de esta directiva, es perfecto. La forma de presentarlo fue otro error grosero y tampoco parece que éste fuese el momento más apropiado. Con todo el respeto al diseñador, el fracaso de su propuesta es una evidencia: si el objetivo era gustar y que la afición se sintiese identificada, es triste pero es la realidad: ni ha gustado ni hay identificación. Ahora bien, lo que llama la atención es que el rechazo sea mayoritario y haya medios que quieran ocultarlo. O mirar hacia otro lado. Por sus tratos con la Fundación o con Concepción, hay medios que han vendido el mayor patrimonio que tenían: su independencia. Entregaron su credibilidad a cambio de cuatro céntimos y una entrevista al presidente. Pero es que luego lo tienen delante y ni se atreven a preguntarle por su inhabilitación, por el caso Islas, por la deriva de su proyecto deportivo... Por sorprendente que parezca, estos medios se han apartado del carril de la independencia y nos han dejado muy libre esta autopista a los demás. Lamentablemente, cada vez somos menos los que podemos ejercer la crítica sin cortapisas ni autocensura.

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