Preguntas y respuestas sobre el ERTE del CD Tenerife

Con motivo de la crisis del coronavirus, el CD Tenerife había recortado los emolumentos de sus futbolistas y les ingresaba tan solo el 30% del total

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Miguel Concepción
Miguel Concepción

¿Cuál era el foco del conflicto?

Con motivo de la crisis del coronavirus, el CD Tenerife había recortado los emolumentos de sus futbolistas y les ingresaba tan solo el 30% del total tras tramitar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), como han hecho decenas de miles de empresas en el Archipiélago. En este caso "por causa mayor", aseguran desde el representativo. Se aplicó a los jugadores una reducción de jornada -y no una suspensión de sus contratos, como sí ocurrió en el caso de muchos empleados y del personal de la Fundación- para que así pudieran seguir ejercitándose en sus domicilios bajo las pautas y directrices del cuadro técnico blanquiazul. Al aliviarse el confinamiento, su situación cambió. Y ellos exigieron que lo hicieran también las condiciones del ERTE.

¿Cuál es el acuerdo?

Se les prometió a los jugadores una solución para el viernes que finalmente llegó el sábado. El club les salva del ERTE y suscribe con la plantilla un acuerdo para diferir el abono de las cantidades que quedarán pendientes, por cuanto defiende la directiva que en estos momentos no dispone de los ingresos suficientes como para cumplir en tiempo y forma. Una de las divergencias que mantuvo el pulso hasta última hora es que los futbolistas podían quedarse sin margen para denunciar en caso de incumplimiento con las fechas que proponía el club para pagar, pero ya hay fumata blanca y las aguas han vuelto a su cauce.

¿Cuál es la situación económica actual del CD Tenerife?

Buena parte de las nóminas de sus empleados las sufraga el Estado. Otras han sido recortadas parcialmente, como las de la mayoría de responsables de área, que ahora trabajan a tiempo reducido. La fórmula del ERTE ha aliviado las consecuencias de la crisis sobrevenida por la expansión del coronavirus, como también lo ha hecho el adelanto de las cifras que contempla el contrato de televisión, y que le han sido anticipadas al CD Tenerife y al resto de los clubes de LaLiga para que puedan manejarse con mayor margen de maniobra.

¿Estuvo sobre la mesa la opción de un plante?

Los jugadores querían evitarlo a toda costa, pues entienden que también su reputación habría quedado en entredicho y buena parte de la afición no lo habría entendido. La posibilidad de un plante o huelga está completamente sofocada, como también la ley del silencio que se había impuesto en ambas direcciones: desde el club preferían que los jugadores no hablasen por temor a que criticasen las decisiones adoptadas por la directiva; y los futbolistas entendían que atender a la prensa no entraba dentro del 30% de la jornada laboral que el CD Tenerife les pagaba. Ahora, la situación cambia. Y los hombres de Baraja volverán a aparecer en los medios. Sin ir más lejos, este martes para presentar públicamente la renovación de Alberto Jiménez.

¿Cuáles eran los riesgos de mantener el ERTE tal cual se había suscrito?

Concepción se ha salvado de un buen marrón. Había incluso algún importante grupo político que ya estaba ojo avizor a un posible fraude y la preocupación era latente en varios estamentos del representativo. Pero sobre todo en el vestuario, que repudiaba cualquier presunto engaño al Estado en medio de una crisis sin precedentes. Los jugadores salen bien parados del acuerdo, no tanto determinados empleados. En el equipo causaba cierta extrañeza ver cómo el club les había activado cuando era vóx populi que estaban en ERTE. En todo caso, todo debe volver a una situación de 'nueva normalidad' en cuanto se aproxime la reanudación de la competición, prevista para mediados de junio. El expediente blanquiazul ha sido redactado por el equipo de Garrigues y Asociados; y coordinado por el letrado de confianza de Concepción, Salvador Miranda, quien también estuvo detrás de la operación para dar uso contable al Heliodoro Rodríguez López y salvó entonces al representativo de un descenso administrativo de consecuencias incalculables.

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