Una paupérrima primera parte condena a un CD Tenerife sin pólvora

El equipo blanquiazul pudo perder por una renta mayor ante el cuadro blanquillo

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samuel camille, real zaragoza - cd tenerife
samuel camille, real zaragoza - cd tenerife

El CD Tenerife vuelve a las andadas. Irreconocible en los primeros cuarenta y cinco minutos, inicia en La Romareda la segunda vuelta con la sensación de que su rol de competitividad vuelve a perder fuerza.

Apatía, endeblez defensiva y nula determinación fueron algunos de los factores decisivos en un duelo entre históricos necesitados, que cayó del lado maño, ligeramente más efectivo en las áreas. 

Salió con mejores bríos el equipo local, con tres acercamientos en los tres primeros minutos de juego, uno de ellos muy cerca de convertirse en el 1-0 de no ser porque Camille desvió a córner un disparo que llevaba marchamo de gol.

El equipo de Martí, aletargado, adaptándose al césped de La Romareda cual río de Aragón, recibió con justicia el primer palo del choque en tan solo seis minutos, firmado por Pombo, y tal era el dominio blanquillo, que no hubo noticias del CD Tenerife hasta el minuto 30 de partido, cuando Malbasic, que entró por un desafortundado Villar (en fútbol, y en salud) remataba de cabeza a manos del guardameta local. Una acción que bien pudo cambiar el signo de un partido, que más que un partido parecía una pesadilla para los isleños.



Jorge Sáenz, CD Tenerife, conduce el balón en La Romareda | @periodicoaragon

Desnortados y sin fe en su cometido, los de Martí vieron la luz al escuchar el pitido del descanso. Tras la reanudación, y la pertinente charla del técnico balear el guión cambió. Malbasic gozó de una segunda ocasión, esta vez en un disparo desde la media luna del área, y los blanquiazules que fueron cogiendo el tino.

Las fuerzas se equilibraron, y el balón ya no tenía dueño y el choque pasó a ser un correcalles, un 'sálvese quien pueda' en el que ya tenía poco que perder el CD Tenerife. En ese 'toma y daca' Alberto pecó de ingeniudad y cayó en la trampa de Borja Iglesias, que provocaba un penalti que él mismo estrellaría en el palo a los 56 minutos.

Había vida, y también esperanza. Media hora de partido por delante y los dos equipos atacaban a pecho descubierto, situación atractiva para los ojos del aficionado neutral, no apta para cardíacos blanquillos y blanquiazules. En este sentido, en el ecuador de la segunda mitad Camille evitaba la sentencia bajo palos, y a falta de 20 minutos para el final era Borja Iglesias el que marraba en un tiro cruzado.

Se mascaba el 2-0, y tras un golazo de Suso, anulado por fuera de juego, el desenlace seguía siendo una auténtica incógnita. Ya con Brian Martín sobre el verde el campo se inclinó hacia la portería de Cristian Álvarez, pero los remates entre palos brillaban por su ausencia. Así las cosas, una primera parte que rozó lo esperpéntico acabó siendo un lastre para un CD Tenerife que desaprovecha la enésima oportunidad de comenzar el ansiado despegue.

ZARAGOZA: Cristian, Lasure, Benito, Verdasca, Grippo, Guti, Ros, Febas, Eguaras, Pombo, Iglesias. También jugaron Vinicius, Zapater y Delmás.

CD TENERIFE: Dani, Luis Pérez, Camille, Alberto, Aveldaño, Vitolo, Acosta, Aitor Sanz, Suso, Juan Carlos, Villar. También jugaron Jorge Sáenz (21') ,Malbasic (31') y Brian Martín (76').

GOLES: 1-0, Pombo (6').