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El CD Tenerife tuvo ante el Córdoba el típico 'partido tonto' de todos los cursos

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Racic CD Tenerife
Racic CD Tenerife
¿Accidente o realidad? En las circunstancias actuales, poco importa. La sensación personal es que el Tenerife-Córdoba se acerca más a la concepción de 'accidente' que a la 'realidad'. Sinceramente, creo que fue el típico partido en el que todo te sale mal. Un ejemplo de las leyes de Murphy y aquella premisa que venía a decir que “todo lo que puede salir mal, sale mal; y lo que no, sale peor”. Se juntan una baja crucial como la de Milla, un rival en apariencia sencillo, una salida fría, una sensación de incomodidad creciente, un gol en contra en el peor momento, la imposibilidad de nadar contracorriente... ¿El resultado? Una derrota inesperada que abre heridas y genera dudas.

Lo dicho, la sensación personal es que el Tenerife-Córdoba fue un accidente, pero reitero que, en las circunstancias actuales, poco importa. Porque la (pésima) temporada despachada hasta ahora por el Tenerife 18-19 y su situación clasificatoria invitan a la crítica despiadada y a cortar cabezas. Y además, con algunos argumentos ligados a la verdad. Porque a la hora de exigir responsabilidades, se puede culpar –citados en orden jerárquico, no necesariamente por su grado de responsabilidad– a Concepción, Moreno, Oltra o los jugadores sin necesidad de mentir. El presidente se equivocó, por ejemplo, al encomendar un proyecto a un técnico en el que no creía casi nadie en la entidad.



¿Más argumentos? Pues sí, El nuevo director deportivo, con más de un millón de euros a su disposición, no supo resolver en el mercado de invierno la mayor carencia de la plantilla: su falta de gol. Y ante el Córdoba, Oltra no acertó a activar a una plantilla cuyo preocupante exceso de confianza ante determinados partidos no es nuevo. Y por ahí se puede recordar que las tres últimas derrotas del Tenerife en el Heliodoro han llegado ante Barcelona B, Reus y Córdoba, tres equipos que llegaron a la Isla como víctimas propicias y 'condenados' al descenso de categoría. Y al mirar a los futbolistas la responsabilidad es global, por mucho que Naranjo o Dani estén hoy en la diana.

Coniglio, CD Tenerife, ante el Córdoba | @jacfotografo

Y en la lista de culpables también se puede incluir a Etxeberria y Serrano, quizás los dos máximos responsables de que la temporada 18-19 esté condenada a la decepción... si no al fracaso absoluto. El técnico, por fiar cualquier posibilidad de victoria a un fútbol de máxima exigencia física y a un intercambio de golpes en el que su Tenerife tenía pocas opciones de éxito. Y el anterior secretario técnico, más allá de otros errores, confeccionó una plantilla en la que Naranjo y Nano estaban destinados a marcar los cuarenta goles que abandonaron la entidad el pasado verano, una cifra que parece muy lejos de sus actuales posibilidades. Lo dicho, sobran razones para cortar cabezas.

Eso sí, un análisis futbolístico obliga a no descartar que el Tenerife tuviera ese 'partido tonto' que ha llegado incluso en los mejores cursos. Porque las actuaciones ofrecidas ante Nástic, Málaga o Deportivo no deben olvidarse por un mal partido. Por mucho que la (pésima) temporada desarrollada hasta ahora invite a la crítica despiadada y a cortar cabezas.