En ElDorsal.com repasa su gran momento, y muestra sus expectativas sobre lo que viene. Con los pies en el suelo, pero con la ambición de llegar a lo más alto, trabaja día a día para ser mejor árbitra y ser el espejo de las y los que también sueñan en grande desde categorías inferiores.
Una tinerfeña (adoptiva pero tinerfeña al fin y al cabo) será la única mujer que arbitre de un total de 120 árbitros...¿Qué se siente tras conseguir dar este gran paso?
"En el 98 fue la última vez que una árbitra pitó en Segunda B. Hace mucho tiempo de eso y por ello estoy muy contenta e ilusionada ante este nuevo reto. Ahora estoy arbitrando en un torneo universitario en Nápoles y tengo muchas ganas de empezar en la temporada oficial".
- ¿Qué tal llevas tu ascenso? En las redes sociales palpamos un gran apoyo para la mejor árbitra nacional, que es de la Isla y habrá algún mensaje especial que te haya calado hondo…
"Sería injusto quedarme con un solo mensaje. Que te lleguen tantos mensajes de apoyo incluso de gente que ni me conoce, es de agradecer. En este caso el halago no debilita".
- Un crecimiento meteórico en pocos años, ¿hay algún secreto en este mundo tan difícil dentro del fútbol?
"Ahora estoy viendo los resultados, pero llevo media vida arbitrando y hay mucho sacrificio detrás de estos ascensos. Hay mucho esfuerzo y constancia en mi trabajo, nada se consigue de forma fortuita y sin todo eso no hubiera sido imposible llegar a donde estoy ahora mismo".
- ¿Ha tardado mucho en llegar el arbitraje femenino a la élite? ¿Por qué ha sido así? En España poco falta, pero ya la Liga Iberdrola es cosa solo de árbitras, por ejemplo. Hay mucho que hacer en materia de igualdad aún, ¿qué opinas?
"En España hemos tenido árbitras de relevencia como Marisa Villa (Mundiales y Eurocopas). Lo que hay ahora es más visibilidad, porque antes si te planteabas ser árbitro todo era más complicado. El trabajo que hacen los medios de comunicación es primordial, ha sido clave en el crecimiento del fútbol femenino".
- Liga Iberdrola, partidos internacionales, ahora Segunda B. ¿Qué sueños te gustaría cumplir en un futuro no muy lejano?
"El objetivo de toda árbitra es llegar a pitar en un Mundial. Es muy complicado, pero trabajamos con esa ilusión. Mis objetivos siempre han sido a corto plazo, y me ha costado tanto llegar a Segunda B que trabajaré al máximo para conservar la categoría. Lo que venga después, bienvenido será".
- ¿Te ves arbitrando en Mestalla, San Mamés, Camp Nou algún día? En muchas ligas de Europa y resto del mundo ya se ven árbitras pitando en partidos de Primera División (afortunadamente).
"Obviamente me gustaría y creo que estoy capacitada para ello pero el fútbol profesional son palabras mayores. Ya llegué a pitar en el nuevo San Mamés y fue una experiencia muy bonita".
- Eres un ejemplo para las nuevas generaciones del arbitraje. ¿Qué te dicen los y las más jóvenes?
"Estoy muy contenta de ver a la tinerfeña Xiomara Díaz como nueva colegiada de la Liga Iberdrola. El consejo que doy es que si yo pude llegar, puede llegar cualquiera con mucho trabajo. No hay ningún secreto".
- ¿Quién te inculcó ese amor por el silbato? ¿Y en quién te fijaste, y dijiste..."Quiero ser como este árbitro"?
"En casa el fútbol no se sigue mucho. Desde pequeña me llamó la atención, y siempre me he fijado sobre todo en Marisa Villa y Yolanda Parga. Fueron un espejo para mí. Undiano Mallenco también ha sido un referente para el colectivo arbitral, me ayudó mucho y creo que ha hecho historia".
- Por último, ¿qué te gustaría mejorar? ¿Y qué mejoras te gustaría ver en tu gremio a corto plazo?
"Se está trabajando muy bien a niveles generales. En la final del Mundial había presencia española en el VAR, y hechos así hablan muy bien del trabajo del Comité de Arbitraje Español. Solo queda seguir trabajando igual o mejor sobre el terreno de juego".