El Tenerife mantiene su buena imagen. Mantiene sus ilusiones. El Granada fue la víctima de esa mejoría que se ha hecho ostensible desde la llegada al banquillo de Álvaro Cervera. A pesar de que los forasteros se adelantaron en el tanteo, los birrias sacaron su garra y su mejor fútbol, sus ganas de ganar, para sumar tres puntos que mantienen las esperanzas de permanencia.
Los primeros minutos del Granada en el partido fueron una demostración palpable de la calidad que tienen los futbolistas de este equipo, que la pasada campaña jugaron en su mayoría en la Primera División.
Defensa y presión
El Tenerife se conformó con defender como pudo las continuas embestidas de los nazaríes hacia la m eta de Badía, que tuvo que intervenir antes de que se cumpliera el minuto diez en un lanzamiento de Manu Trigueros que el catalán tuvo que mandar a córner.

La buena imagen ofrecida por los andaluces en estos minutos iniciales del encuentro se fue diluyendo poco a poco, sobre todo porque los futbolistas locales se sacudieron el dominio y presionaron con mayor efectividad en las llegadas del conjunto foráneo.
Esto supuso que las ocasiones en las que el Granada se acercó a la meta local no fueron tantas. Todo lo contrario. El Tenerife mostró sus ganas y la mejoría que se observa en el conjunto que dirige Álvaro Cervera en los últimos partidos.
Ocasiones propicias
Así llegaron varias oportunidades en las que el equipo blanquiazul se pudo adelantar en el marcador, sobre todo en un lanzamiento de Mellot, a los 17 minutos, que Mariño desvió y se convirtió en el segundo saque de esquina que forzaron los locales.
A la salida de este córner, precisamente llegó la mejor ocasión de marcar para el Tenerife, un desvío de Bodiger en el área pequeña, pero ese lanzamiento, flojo, pero con intención, se fue un poco desviado a la derecha del meta Mariño. Una ocasión que mereció el gol.
No cejó en su empeño el conjunto de Cervera, que mantuvo esa presión en defensa, donde estuvo muy acertado. De esta forma los mediocentros llevaron al equipo a las cercanías de la meta visitante, a donde llegaban Waldo y David, por zona izquierda, y Mellot y Luismi por la derecha.

El peligro no era excesivo, pero al menos el juego se había volcado hacia la meta visitante, aunque Rebbach avisó en un lanzamiento desde fuera, que fue gol pero que no subió al marcador porque el esférico había salido tras el córner efectuado desde la izquierda de la puerta defendida por Edgar Badía.
Avisó el Granada y se adelantó
Era el aviso de que los granadinos seguían en el encuentro. Y tanto. Un nuevo mano a mano entre Rebbach y Mellot en el área terminó en penalti. El lateral francés del Tenerife, muy acelerado, se llevó por delante al extremo argelino. Una máxima pena tan absurda como clara, que Lucas Boyé convirtió en el gol que dio ventaja a los andaluces antes del reposo.
A pesar del mazazo, los blanquiazules tuvieron una clara ocasión para empatar antes del descanso. Otra vez fue Yann Bodiger, a la salida de un nuevo saque de esquina, en un cabezazo que se fue por encima de la meta del Granada, desviado por el larguero y la mano del meta nazarí.
La segunda mitad se inició con los mismos protagonistas, aunque el técnico blanquiazul puso a calentar a cinco de sus futbolistas de banquillo.
Segunda parte sin cambios
Sin cambios en las formaciones, el Granada volvió a mostrarse y a punto estuvo de anotar el segundo gol antes de que se cumpliera el minuto dos. Fue Sergio Ruiz quien lo intentó cuando se encontró con un balón suelto en el área pequeña, pero remató fuera.
Las circunstancias en este período se calcaron de lo que había ocurrido en la primera parte. Empezó el Granada mandando en el terreno de juego, con algunas ocasiones en las que sufrió la defensa del Tenerife, pero poco a poco los locales se abrieron hacia campo rival.

Tuvo que ser una vez más Yann Bodiger quien encontrara la oportunidad de pegarle hacia la meta granadina. Lo hizo con tal violencia que el defensor nazarí Lama no pudo evitar que el balón se introdujera en su meta.
Partido de ida y vuelta
Se puso el partido en plan ida y vuelta y el Granada se fue como y cuando pudo en busca de ponerse de nuevo en ventaja y fue en uno de esos intentos en el que Gonzalo Villar superó a la mal parada defensa local para disparar algo desviado. Pudo ser el segundo tanto visitante.
Aunque la grada mostró su nerviosismo ante las idas y venidas de un área a otra, el partido fue divertido porque las oportunidades de sucedieron, también los errores, y los goles no llegaron por esos fallos, pero hubo ocasiones para que el resultado cambiara.
Y en el minuto 73, el árbitro de campo señaló penalti por un derribo de Lama a Diarra cuando el maliense entraba en el área. Después de unos minutos de discusión, el VAR corrigió la decisión de González Díaz. Al final, señaló falta fuera del área y expulsó a Lama, que era último hombre ante el meta Mariño.
Luismi anotó la remontada
La falta era muy peligrosa, justo en la frontal del área, y ahí Luismi Cruz es un especialista. Tanto que sus compañeros se apartaron y le dejaron solo frente al balón para que superara al meta andaluz en un disparo a su palo, que llegó a tocar, pero no evitó el segundo gol del Tenerife.
Era el gol que merecía el conjunto canario porque siempre tuvo mayor ambición en busca del triunfo ante un Granada que, a pesar de sus ocasiones, no estuvo acertado y, desde luego, no superó a los locales en el global del partido, sobre todo después de la expulsión.