La penetración de la banda ancha en Canarias alcanza las 37,8 líneas en servicio por cada cien habitantes, por encima de la media nacional que se sitúa en 36,1 según el último informe publicado por el Observatorio Canario de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información (OCTSI).
El mismo refleja que la tecnología con mayor cobertura, tanto en el ámbito nacional como en Canarias, corresponde a la cuarta generación avanzada de telefonía móvil.
En 2022 la cobertura del 5G se incrementó en 31,7 puntos porcentuales, frente a los 23,4 a nivel nacional.
Otros operadores
Carlos Suárez, consejero delegado de Canalink, sociedad dependiente del Cabildo de Tenerife, asegura que en estos momentos "asistimos a un escenario donde el intercambio de datos es una realidad social, cultural y empresarial en nuestro día a día", lo que hace que Canarias afronte "el reto de ofrecer este servicio a una población flotante que va cambiando en función de la época del año", con la carga que supone la llegada de turistas para la red, con la necesidad de ofrecer las infraestructuras adecuadas.
Argumenta Suárez que “el despliegue de la red de Canalink ha permitido la entrada de otros operadores que han invertido en mejoras sustanciales de sus infraestructuras, llegando así a más hogares canarios”. Además, de favorecer el abaratamiento de los costes finales para el consumidor.
A ello ha contribuido Canalink, integrada en el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), para mejorar la capacidad de la red del Archipiélago.
Eje Gran Canaria-Lanzarote-Fuerteventura
Actualmente, Canalink se encuentra inmersa en el desarrollo de un nuevo despliegue de cables submarinos que servirá para mejorar la conectividad de las islas orientales. Se trata de dos cables que unirán Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura por dos rutas.
El primero de los cables, que sigue la ruta septentrional, unirá costa norte de Gran Canaria con la localidad de Corralejo, al norte de Fuerteventura, así como con la localidad de Playa Blanca, al sur de Lanzarote. Por su parte, el segundo de los cables discurrirá por la ruta meridional, uniendo las dos capitales, Puerto del Rosario y Arrecife. Ambas instalaciones contarán con unidades de bifurcación (BU) que permitirán dotar al sistema de robustez ante posibles cortes.
Este proyecto, enmarcado dentro del programa CEF de la Unión Europea, contempla también el inicio de estudios de viabilidad para el desarrollo de nuevos cables en islas como La Palma o La Gomera. Estos trabajos contemplan sondeos marinos en tierra, estudios de impacto ambiental o aquellos que sean necesarios para su conexión terrestre, así como para la instalación de un centro de datos propio para el procesamiento de grandes cantidades de información.