Bioreplica es una joven empresa de base tecnológica con sede en Canarias, nacida en el seno de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y que está llamada a marcar un antes y un después en el campo de la implantología médica con su apuesta por las prótesis espinales. Suyo ha sido el premio a la Mejor Iniciativa Empresarial en Innovación a la empresa, otorgado por Atlántico Hoy.
Además, su primer diseño, el implante BioVert Replica, no solo ha sido patentado, sino que ya acumula varios reconocimientos internacionales, entre ellos la medalla de oro con mención especial en medicina y la medalla de oro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO) en la prestigiosa Convención Internacional de Invenciones de Ginebra, además del premio Francisco García Cabrerizo.
Rodrigo de Pablos, CEO, presidente y fundador de la empresa, busca “generar un nuevo tipo de dispositivo que genere mejoras en el paciente, en comparación con la tecnología que hay hoy en día". Su objetivo es ambicioso: mejorar la calidad de vida de los pacientes frente a las limitaciones y efectos secundarios de las tecnologías actuales.
Ambiciones globales
BioVert es un implante pionero que protege la médula espinal, se adapta mejor al movimiento natural de la columna y distribuye de forma eficiente las cargas. Además, se puede integrar con otros dispositivos, como los implantes discales, generando una estructura más estable y funcional.
Aunque la empresa fue oficialmente fundada hace un año y medio, de Pablos lleva varios años trabajando en la invención y tramitando las patentes necesarias. Bioreplica busca proporcionar a las "grandes multinacionales del mundo, con las que es muy difícil competir" una tecnología innovadora "que ellas tienen más dificultades para desarrollar, a nivel regulatorio”, dice el CEO.
El camino hasta que las prótesis lleguen a los pacientes será largo, pero está bien trazado. “El prototipado sí será bastante más rápido, pero es cierto que para llegar a ser probado en humanos se tarda, porque tenemos que hacer lo que se llama etapa preclínica”, detalla Rodrigo. Después, los datos deben ser evaluados por la FDA en Estados Unidos y la Agencia Europea del Medicamento antes de iniciar los ensayos clínicos.
Innovación made in Canarias
La raíz del proyecto está firmemente anclada en Canarias y conectada con la ULPGC "donde hice la carrera”, afirma. Fue en el Archipiélago donde desarrolló su actividad profesional como fisioterapeuta y donde dio forma a la idea. “Hacemos una startup de la ULPGC, que no la hacemos de la universidad, pero sí estamos relacionados íntimamente con ella”. Esa colaboración con la Universidad es “de ayuda mutua”, les presta apoyo en promoción, financiación y presencia institucional.
De Pablos se describe como “el chico de los recados, el barrendero y todo”, y reconoce que este es un camino de fondo: “Es más una maratón que un sprint, pero es cierto que se aprende mucho por el camino”.
Reconocimiento fuera de España
Además, señala que "nadie es profeta en su tierra" y han conseguido "con más velocidad y con más frecuencia, reconocimiento fuera de España que dentro”. En Ginebra, su dispositivo fue el más premiado en la convención de inventores más importante del mundo, y recibió reconocimientos como el Premio al Mejor Invento por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y el premio Francisco García Claverí al mejor inventor español.
Con la mirada puesta en completar su ronda de inversión, avanzar en los experimentos y lograr que su invención llegue a millones de personas, Bioreplica es ya uno de los nombres más prometedores de la biotecnología made in Canarias.