El sector primario vuelve a alzar la voz en Canarias. Agricultores de distintas islas han denunciado este jueves el “grave abandono” que sufre el campo canario frente al avance de plagas como la mosca blanca, la cochinilla o los ácaros, agravado por la prohibición de productos fitosanitarios esenciales y la ausencia de soluciones alternativas. La situación, advierten, es especialmente preocupante en Tenerife, donde ya se ha detectado la filoxera, un insecto que amenaza los viñedos de la isla.
Los profesionales del sector reclaman una intervención “inmediata y contundente” del Gobierno de Canarias, a través de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca, para proteger los cultivos y evitar pérdidas millonarias. También exigen que el Ejecutivo autonómico presione al Gobierno central y a la Comisión Europea para revisar la normativa que prohíbe determinados plaguicidas, como el Gazel, “sin haber facilitado ninguna medida transitoria ni sustitutos eficaces”.
“Nos dejan indefensos"
El colectivo, que agrupa a agricultores, ganaderos y pescadores de cinco islas, denuncia que la retirada de estos productos ha dejado al campo canario “totalmente desarmado”. “No se puede prohibir sin ofrecer alternativas”, advierten, recordando que las plagas se propagan con rapidez y que la falta de control fitosanitario amenaza la viabilidad de muchos cultivos.
Los productores critican además la competencia desleal de los alimentos importados de países extracomunitarios, donde las normas sanitarias y laborales son mucho más laxas. “Mientras a nosotros nos prohíben usar plaguicidas, siguen entrando en la Unión Europea productos que sí los utilizan”, lamentan, calificando la situación de “humillante”.
Protestas si no hay respuesta
El malestar, aseguran, es generalizado en todas las islas y afecta a todos los sectores del campo, no solo al plátano. Si el Gobierno de Canarias no reacciona “de inmediato”, los trabajadores del campo advierten de que iniciarán una campaña de protestas y sensibilización social para que la ciudadanía “sea consciente de la gravedad del problema” y para exigir a las administraciones “que abandonen su pasividad y se pongan del lado de quienes alimentan al país”.