Manifestación convocada por los principales sindicatos de Canarias con motivo de la fiesta del Primero de Mayo, Día Internacional de Trabajador  EFE  Ángel Medina G
Manifestación convocada por los principales sindicatos de Canarias con motivo de la fiesta del Primero de Mayo, Día Internacional de Trabajador EFE Ángel Medina G

Más de 8.000 trabajadores en Canarias hacen horas extra sin cobrar

El Ministerio de Trabajo reforzará el control horario tras constatar que el fraude crece pese a la norma de 2019 que obligó a registrar la jornada laboral

Alberto Ley

Cada semana, más de 8.200 personas asalariadas en Canarias trabajan fuera de su jornada sin recibir retribución. Según un informe del Gabinete Técnico de Comisiones Obreras Canarias, se realizan unas 52.000 horas extraordinarias impagadas cada siete días, el equivalente a 1.300 empleos a jornada completa. En un año, este volumen de trabajo gratuito representa una pérdida de 53 millones de euros entre salarios, cotizaciones e impuestos que ni el trabajador ni el Estado perciben.

Trabajo reacciona

Según adelantó El País, el Ministerio de Trabajo ha anunciado un refuerzo del sistema de registro horario tras constatar que el 2,5 % de los asalariados en España trabajan horas extra sin cobrar, superando los niveles previos a la reforma de 2019. Aquella norma, el Real Decreto-ley 8/2019, estableció la obligación de registrar la jornada diaria, incluyendo la hora de entrada y salida. Sin embargo, los sindicatos denuncian que la medida ha quedado desvirtuada por la falta de controles eficaces y por el uso de sistemas manipulables.

La visión sindical: fraude y desprotección

"La norma no está siendo efectiva porque hay registros fraudulentos o simplemente inexistentes, sobre todo en empresas sin representación sindical", afirma Héctor Fajardo, secretario de Organización de UGT Canarias. Fajardo apunta que las microempresas, que dominan el tejido productivo de Canarias, están fuera del alcance sindical y que "miles de trabajadores están desprotegidos". Denuncia además que "el cuerpo de inspección laboral es insuficiente para hacer frente al volumen de abusos".

La hostelería, el sector más afectado

Paco González, vicesecretario general de UGT en Canarias y con larga trayectoria en el sector servicios, describe el problema como "endémico". "En restauración contratan por seis horas y trabajas diez, sin recuperar festivos ni librar lo pactado", afirma. Asegura que "el miedo a perder el empleo y la presión empresarial perpetúan el abuso". Aunque reconoce avances gracias a la actuación de la Inspección de Trabajo, insiste en que faltan medios y que los controles actuales pueden ser fácilmente burlados: "Hay empresas donde los trabajadores fichan el lunes para toda la semana".

Reforzar la inspección laboral

UGT propone como medidas urgentes un refuerzo de la Inspección de Trabajo, tecnología moderna, más personal y sistemas digitales verificables. "El registro horario no puede estar en manos de quien lo puede manipular", dice Fajardo. También insiste en que los representantes sindicales deben tener acceso regular a los registros para detectar abusos.

La patronal avisa del impacto en las pymes

Desde la otra orilla, José Cristóbal García, vicepresidente de la Confederación Canaria de Empresarios, critica la medida del Gobierno central. "Este tipo de anuncios responden más a la estrategia política de la ministra que a una necesidad real", afirma. Defiende que la mayoría de las empresas cumplen con la norma y que "lo que hay que hacer es corregir casos puntuales, no generalizar".

García recuerda que "la mitad de las empresas en Canarias no tienen trabajadores y la gran mayoría son microempresas". A su juicio, imponer más rigideces administrativas supone un lastre para el pequeño empresario: "Muchos terminarán dedicando más tiempo a papeleo que a su actividad". Reconoce que el control horario es más complejo en sectores como la hostelería o el comercio, pero considera que las soluciones deben ser proporcionadas.

Una realidad empresarial poco atendida

Además, considera que el debate olvida el contexto real del tejido productivo canario: "En las pequeñas empresas, el empresario es uno más. La relación con los empleados suele ser flexible y cercana, pero ahora todo se burocratiza. Antes alguien podía salir antes o entrar más tarde sin problema; ahora eso requiere fichar, justificar, documentar". Añade que "en algunos casos, los trabajadores acaban debiendo horas a la empresa por estas rigideces, no al revés".

También señala que la aplicación de estas medidas es especialmente compleja en sectores con alta intensidad de empleo como la hostelería, el comercio o las actividades turísticas, predominantes en la economía canaria. "No es lo mismo implantar un sistema de control horario en una oficina con diez trabajadores que en un restaurante con personal rotando y turnos partidos", subraya. En su opinión, "el exceso de regulación puede frenar el dinamismo del mercado laboral cuando llegue una coyuntura económica más desfavorable".

El debate está servido

Mientras el Gobierno anuncia controles, los sindicatos reclaman medios y las patronales alertan de trabas a la productividad, el fraude de las horas extra no pagadas continúa como una anomalía estructural del mercado laboral. En Canarias, con más de 8.000 personas afectadas cada semana, el reto es doble: garantizar derechos sin asfixiar a las pequeñas empresas.