Tres años de la quiebra de Thomas Cook: del shock inicial a la demanda pendiente del IGIC

Este viernes se cumple el tercer aniversario de la caída de la agencia de viajes más antigua de la historia y la segunda más grande hasta 2019

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Un avión de Thomas Cook sobrevuela Tenerife. / Archivo
Un avión de Thomas Cook sobrevuela Tenerife. / Archivo

"Lamentamos anunciar que Thomas Cook ha cesado sus operaciones con efecto inmediato". Con este escueto mensaje la agencia de viajes más antigua de la historia anunciaba su quiebra hace hoy tres años, tras 178 de funcionamiento. Un trienio contra el que las Islas Canarias ha luchado con intensidad y consistencia para afrontar una situación que, de un día para otro, dejaba a las Islas sin el mayor proveedor de turistas del Archipiélago: uno de cada cuatro visitantes extranjeros, casi 3,5 millones al año, llegaba a Canarias a través del grupo británico, según datos de las patronales Ashotel y FEHT.

Aquel -ya parece que lejano- 23 de septiembre de 2019 saltaron todas las alarmas en todo el territorio español, pero con mayor énfasis en los archipiélagos balear y canario, del que cientos de empleos y gran parte de la economía del sector turístico se vieron en el alambre justo a las puertas de la temporada alta.

La mayor bancarrota turística de la historia dejaba “en shock” a todos los profesionales del turismo canario, como ha recordado el presidente de Ashotel, Jorge Marichal, a Atlántico Hoy. Una quiebra que obligó a las autoridades, en todos los niveles, a buscar medidas de urgencia y contención ante una crisis que amenazaba con diezmar la economía regional.

Los presidentes de las patronales turísticas intervinieron en el Parlamento canario para exponer la gravedad de la situación tras la quiebra de Thomas Cook. / Archivo
Los presidentes de las patronales turísticas intervinieron en el Parlamento canario para exponer la gravedad de la situación tras la quiebra de Thomas Cook./

Relleno exprés

“El hecho de que Thomas Cook quebrase fue un palo para la industria, pero su posición fue rápidamente cubierta por el resto de turoperadores por la capacidad, sobre todo, y por la adquisición del riesgo que tenían comprometido con otras instalaciones”, expone Marichal. Según anunció la consejera de Turismo, Yaiza Castilla, menos de un mes después de la bancarrota, el 91% de las plazas aéreas afectadas por el cierre de Thomas Cook ya se habían recuperado.

Uno de los principales operadores, en la parte de plazas aéreas, que reenfocó sus objetivos en Canarias fue la aerolínea nórdica Norwegian, que había anunciado previamente su intención de abandonar sus dos bases en Tenerife y Gran Canaria en noviembre de 2019, pero que vio una oportunidad de mercado con la desaparición de Thomas Cook y finalmente las mantuvo, ofreciendo 18 rutas desde Gran Canaria y otras 13 desde Tenerife, es decir, el 40% de todas las que ofrecía en España. Finalmente, acabaría cerrando dichas bases en 2021.

Por otro lado, en octubre del mismo año distintos fondos dirigidos por Petter Stordalen, magnate hotelero, compraron la división nórdica de Thomas Cook, por lo que Canarias se garantizaba las rutas aéreas de Thomas Cook Scandinavian en las que en 2018 trasladaron a las Islas 440.000 turistas.

 

 

Acuerdo de 15 millones de euros

Para estabilizar más aún la situación, justo tres meses después de la quiebra -el 23 de diciembre- el Gobierno de Canarias y Ministerio de Turismo firmaron un convenio por valor de 15 millones de euros para paliar el efecto de la crisis de Thomas Cook, junto a un plan de actuación.

En dicho plan se estableción que 9.220.000 euros fueran destinados al plan de conectividad y promoción del destino turístico Islas Canarias, 2.500.000 a un plan de digitalización,  1.500.000 para el plan de diversificación de productos, segmentos y desestacionalización del destino, 2 millones para el plan de impulso e investigación de acciones de desarrollo sostenible y, por último, 280.000 euros a la elaboración de un plan de gestión y comunicación de crisis.

Tres años sin recuperar el IGIC

Jorge Marichal hace memoria de aquellos primeros días de la grave crisis exponiendo que muchos complejos, hoteles y empresas “tenían contratos, incluso en garantía, muy vinculados con Thomas Cook”. A parte de esas garantías, “eran producciones futuras comprometidas, como las pasadas que estaban sin cobrar”, agrega.

En este sentido, esgrime que lo que les queda, “a parte del mal sabor de boca de esa quiebra, que aun esta dando tumbos por los tribunales”, es que aún no han podido recuperar el IGIC de esas facturas que nunca se cobraron por parte de muchos hoteleros españoles. “En Canarias, sobre todo, clama al cielo que no se haya podido recuperar ese IGIC a pesar de que hemos intentado, por activa y por pasiva, que el Gobierno de España lo entendiese. Es muy injusto, no solamente quedarse con cara de póker no habiendo cobrado esas facturas, sino encima tener que pagarle el IGIC a la administración de unas facturas que no se han cobrado”, expone el presidente de Ashotel respecto a la gran batalla que mantiene en relación a las consecuencias de la histórica bancarrota de la empresa británica.

Por ello, Marichal insiste en que se debe “seguir presionando” y que el Gobierno debería entender que la reclamación de los hoteleros de cobrar ese IGIC es una “causa totalmente justa y que ya es hora de que atiendan esa demanda, sobre todo después de las épocas y años tan convulsos y malos por la COVID, la inflación y el fenómeno la escalada bélica que estamos viviendo”, sentencia.

Hace tres años

Aquel 23 de septiembre de 2019 el grupo de viajes Thomas Cook, uno de los operadores internacionales más importantes para el sector en Canarias, entró en suspensión de pagos tras haber fracasado las negociaciones de emergencia con su principal accionista y acreedores a fin de encontrar un rescate.

La compañía, que empleaba a 22.000 personas -9.000 en el Reino Unido- cesó sus operaciones con efecto inmediato y dejó a 150.000 turistas de ese país de vacaciones en el extranjero, 30.000 en Canarias, que acabaron siendo repatriados.