En Capitán de mar y guerra, Patrick O’Brian describe a un comandante que entiende que el mando no se impone, se inspira. Que la autoridad nace de la calma, del ejemplo y del rumbo firme. Esa imagen parece escrita para Alberto Cabré de León, un hombre que ha sabido combinar la estrategia empresarial con la sensibilidad del marino. Empresario, gestor, aficionado a la pesca de altura y defensor incansable de Gran Canaria, Cabré ha hecho de la paciencia y la visión sus mejores herramientas de transformación.
Licenciado en Ciencias Empresariales y Máster en Dirección de Empresas por ESADE (Barcelona), con estudios en Publicidad y Alta Dirección en el Instituto Internacional Bravo Murillo, Cabré representa la síntesis entre la formación rigurosa y la intuición práctica. De raíces catalanas, pero con una identidad plenamente grancanaria, ha dedicado su vida a que las Islas —y en especial su isla— sean un lugar más próspero, preparado y consciente de su potencial.
Revolución creativa
Su huella más visible comenzó en los años ochenta, cuando se puso al frente de Atlantis Publicidad, la agencia que revolucionó el mercado publicitario en Canarias y dio forma a una nueva manera de comunicar. En una época en la que el sector estaba en manos de agencias peninsulares, Cabré apostó por demostrar que desde las Islas también se podía crear con nivel internacional.
Bajo su liderazgo, Atlantis Publicidad combinó creatividad, estrategia y conocimiento del entorno canario para construir marcas, campañas e identidades que marcaron una época. Fue una escuela de talento y una plataforma de profesionalización para el sector, contribuyendo a modernizar la economía insular desde la comunicación.
Para Cabré, la publicidad no era solo negocio: era una forma de contar quiénes somos. “Canarias debía hablar con voz propia”, sostenía, y esa convicción se convirtió en el sello de una generación de creativos y empresarios que aprendieron en Atlantis a mirar más allá de lo local sin perder la raíz.
Empresa, universidad, Gran Canaria
Tras décadas de actividad empresarial, Cabré dio un paso hacia el ámbito institucional. Desde 2022, preside la Fundación Universitaria de Las Palmas (FULP), donde ha impulsado una agenda centrada en la formación, la empleabilidad y la innovación. Su propósito es claro: conectar la universidad con la empresa para que el conocimiento tenga un impacto real en la vida de los jóvenes y en la competitividad de la isla.

Su estilo de liderazgo en la FULP es reconocible: discreto, metódico y profundamente comprometido con los resultados. Ha reforzado los vínculos entre la ULPGC, las empresas y las administraciones, consolidando a la fundación como un referente en el desarrollo de talento en Canarias.
En todas sus facetas, Cabré persigue el mismo objetivo: hacer mejor a Gran Canaria. Lo hace apostando por la educación, la innovación, la economía y la cultura. Lo hace también desde el ejemplo, mostrando que el progreso no necesita estridencias, sino constancia.
Brújula y escuela
Esa serenidad con la que dirige no se improvisa: se aprende del mar. Aficionado a la pesca deportiva de altura, Cabré ha navegado por aguas tan lejanas como las de Panamá o Isla Ascensión, y durante años tuvo su propia embarcación con la que salía a pescar junto a su familia. En cada travesía encontró una forma de equilibrio: el silencio, la paciencia, la precisión.
Como los capitanes de O’Brian, entiende que el mar no se conquista, se respeta. “El mar te enseña a esperar y a no desafiar lo que no controlas”, suele comentar en su entorno. Esa filosofía ha guiado también su vida profesional: leer el contexto, anticiparse a las corrientes y no perder el rumbo cuando llega la tempestad.
Juego, colección y reflexión
Más allá de la empresa y el mar, Cabré cultiva pasiones que revelan su gusto por la estrategia y el detalle. Es un gran jugador de dominó, que disfruta del equilibrio entre azar y pensamiento, entre la intuición y la lógica. En el tablero encuentra la misma calma que en la cubierta de un barco: el valor de pensar antes de mover ficha.

Y, como coleccionista, ha reunido una de las mayores colecciones de cartas de restaurantes de Canarias, con más de mil ejemplares. Cada carta cuenta una historia, un viaje, una conversación. En ellas se refleja su curiosidad cultural y su respeto por la gastronomía como parte de la memoria social.
Esa colección, como su vida, es un mapa de lugares y personas, un archivo que habla de observación, sensibilidad y gusto por lo auténtico.
Fútbol e identidad
En su faceta más pública, Cabré también ha sido directivo de la UD Las Palmas, club del que es seguidor fiel desde siempre. Vive el fútbol como un espacio de identidad colectiva, un lenguaje común que une a generaciones. Desde el palco o la grada, defiende la idea de que el deporte es más que competición: es comunidad, ejemplo y orgullo.
Su simpatía por el FC Barcelona, heredada de sus años de formación en la Ciudad Condal, completa su perfil. En ambos clubes ve valores que comparte: el trabajo en equipo, la cantera, la planificación y la pasión por el juego bien hecho.
Calma y propósito
En cada etapa de su vida, Alberto Cabré de León ha dejado huella sin necesidad de ruido. Desde Atlantis Publicidad hasta la FULP, pasando por su papel en el tejido empresarial, su historia es la de un hombre que ha hecho avanzar a Gran Canaria desde la discreción y la eficacia.
Su legado no se mide en titulares, sino en resultados: campañas que marcaron un cambio cultural, oportunidades laborales para miles de jóvenes y un modo distinto de entender el liderazgo. Uno basado en la calma, la preparación y el compromiso con el bien común.
Como el capitán de O’Brian, Cabré ha aprendido que el rumbo se mantiene con disciplina, no con prisa. Que cada decisión tiene su tiempo. Que hacer avanzar a una isla es como navegar: mirar el horizonte, confiar en la tripulación y no perder nunca la fe en el viaje.
