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Empresas

Armas despidió en agosto a un miembro protegido del comité de empresa tras vender el 'Teneguía'

El empleado llevaba desde 2015 en la empresa y fue trasladado al buque sólo ocho meses antes de que Armas anunciase a los trabajadores que se vendía el barco

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Buque 'Volcán de Teneguía', alquilado por Naviera Armas a Caflaja, ambas del mismo grupo: Bahía de las Isletas./ VESSEL FINDER

En agosto de 2023, Naviera Armas vendió el buque Volcán de Teneguía. No fue exactamente Armas el autor de la venta, sino Caflaja SLU, empresa propietaria del buque y satélite de la naviera al estar encuadrada, cual muñeca matrioshka, en el grupo Bahía de Las Isletas SL, matriz de ambas compañías.

Los trabajadores se enteraron en mayo, a través de una circular de la empresa, de que el barco iba a ser vendido a la naviera griega Octo Maritime. Meses después, en agosto, la venta se consumó y se fueron a la calle seis trabajadores del barco de entre más de una treintena que navegaba en él. 

Originalmente, los despedidos iban a ser ocho: dos primeros oficiales de puente, dos segundos oficiales de puente, dos contramaestres y dos auxiliares de pasaje. No obstante, en el último momento y fruto de la negociación, los segundos oficiales consiguieron salvarse del despido, quedando la cifra final en seis.

Especial protección

De entre esa media docena de trabajadores, uno de los primeros oficiales llevaba en torno a dos años siendo miembro del comité de empresa por Comisiones Obreras, condición que cuenta con una especial protección frente a los despidos para evitar que las empresas tomen represalias contra los sindicalistas.

Esto no significa que un miembro del comité de empresa no pueda ser despedido, aunque la compañía sí debe acreditar las causas de manera consistente, ya sea porque se trate de un despido disciplinario o, como justificó Armas en esta ocasión, por amortización de la plaza, es decir, que la empresa no tenga donde reubicar al trabajador.

Kent S. Hagbarth, nuevo CEO de Naviera Armas. / AH

Despido recurrido

Antes de continuar, conviene señalar que este empleado ha impugnado el despido ante la justicia y está a la espera de juicio, esperando que sea declarado nulo por haberle echado siendo él un empleado sujeto a especial protección y no considerar su defensa que fuese cierto que no se le podía reubicar. Por otra parte, no sería la primera vez que Naviera Armas se ve obligada por la justicia a readmitir a empleados despedidos por vulneración de sus derechos fundamentales.

Por ejemplo, en 2018 el Juzgado de lo Social número 8 de Las Palmas de Gran Canaria condenó a la naviera a readmitir a un empleado que había despedido poco después de presentar su candidatura por Comisiones Obreras a las elecciones sindicales que celebró la empresa en 2017. Aquel año, la compañía también despidió al presidente del comité de empresa, José Juan Santana, durante la negociación del convenio colectivo.

De hecho, la compañía le despidió dos veces -es decir, se lo comunicó en dos ocasiones diferentes- y fue condenada a readmitir al trabajador porque se consideró el primer despido como improcedente. Con todo, la naviera se negó a hacerlo alegando que la justicia no se había pronunciado sobre la segunda carta de despido, que le fue enviada a Santana tres meses después de la primera. En 2020, el juzgado condenó por segunda vez a Armas a la readmisión.

Caflaja, con graves pérdidas

Retomando la cuestión del primer oficial despedido en agosto de 2023 del Volcán de Teneguía, Naviera Armas le envió una extensa carta explicando que las causas que propiciaban su despido eran, por supuesto, la venta del buque. Según la naviera, el descenso del tráfico marítimo, tanto de carga como de pasajeros, había afectado notablemente al grupo empresarial -Bahía de Las Isletas- en los últimos ejercicios.

La situación del patrimonio neto en el ámbito de grupo era, según la propia empresa, "especialmente crítica a cierre de 2022". Esto motivó que los socios de la sociedad dominante (Naviera Armas) alcanzasen el ya tan famoso acuerdo de reestructuración por la compañía. En lo que afectaba a Caflaja, propietaria del Teneguía, su cuenta de resultados en los ejercicios de 2020, 2021 y 2022 venía siendo negativa por mucho más de dos millones de euros en los dos primeros años y casi un millón en el tercero.

Una oferta desorbitada

En medio de esa vorágine de pérdidas, apareció un salvador griego: la naviera Octo Maritime - Arete International. En 2021, el Volcán de Teneguía estaba valorado en 5,7 millones de euros, pero los helenos llegaron ofreciendo 10,5 millones para llevárselo al mar Egeo. Casi el doble de lo que valía el buque era una oferta muy suculenta y Caflaja, encuadrada en el mismo grupo que Armas, la cogió, pero esta última no supo qué hacer con los seis marineros que aseguró no poder reubicar, entre ellos el mencionado miembro del comité de empresa.

La naviera explicó que había habido determinadas categorías profesionales para las que no había sido posible encontrar acomodo en otra tripulación o en otro buque, al no existir vacantes en la empresa correspondientes a esos puestos de trabajo. Armas también añadió que no sólo no tenía trabajo en el que emplear a estas ocho personas -finalmente seis-, sino que tampoco preveía tenerlo en un futuro próximo.

Trasladado al barco menos de un año antes

Además, Armas recordó al primer oficial y miembro del comité de empresa que él, por acta judicial de septiembre de 2022, estaba oficialmente adscrito al Volcán de Teneguía. El dato es relevante, puesto que el oficial llevaba en la empresa desde 2015 y, hasta menos de un año antes de su despido, había trabajado en otros buques, principalmente en el Volcán de Tamadaba. 

Ocho meses antes de anunciarse la venta del Teneguía a Octo Maritime, Naviera Armas trasladó al miembro del comité de empresa al barco que, posteriormente, iba a vender.

¿Despido nulo?

Como se ha mencionado anteriormente, el despido está recurrido por el trabajador y a la espera de juicio. Diferentes abogados laboralistas consultados por Atlántico Hoy valoran la situación de manera dispar. C.Z. considera que, dado que los miembros del comité de empresa gozan de especial protección y no se trata de un caso tajante -como hubiese sido un despido disciplinario-, es "probable" que el despido acabe siendo nulo.

J.L.G.J., sin embargo, alberga más dudas. Reconoce la protección especial de la que gozan los miembros del comité de empresa como factor en este caso, aunque la circunstancia de que los dos primeros oficiales del buque fuesen despedidos indistintamente podría ser interpretado por un juez como muestra de que no había más opción. Cosa distinta sería que se hubiese despedido al miembro del comité de empresa pero no al otro primer oficial, en cuyo caso sería bastante evidente que se podría haber respetado la especial protección del primero.

Toca ahora a la defensa del despedido convencer al magistrado, cuando haya juicio, de que su representado podría haber sido reubicado -quizás como segundo oficial-.