Portada del informe de KKR. / SERVIMEDIA
Portada del informe de KKR. / SERVIMEDIA

KKR prevé que la bolsa europea se comporte mejor que la estadounidense y más tiempo del previsto

Un euro más fuerte, el mayor gasto en defensa e infraestructuras y el interés sostenido en energías renovables ante los altos costes energéticos, entre los factores que disparan el optimismo de esta firma global de inversión

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La firma global de inversión KKR ha publicado su informe de mitad de año, en el que reafirma su visión optimista sobre los mercados globales y destaca que las acciones europeas podrían superar a las estadounidenses durante más tiempo del previsto por el consenso.

Según el equipo liderado por Henry McVey, CIO de KKR y Head of Balance Sheet y Head of Global Macro and Asset Allocation (GMAA), las diferencias de valoración entre EE. UU. y Europa están cerca de máximos históricos, justo cuando “la historia europea podría estar cambiando para mejor”.

Un euro más fuerte

Entre los factores que respaldan esta visión destacan un euro más fuerte, el mayor gasto en defensa e infraestructuras, el interés sostenido en energías renovables ante los altos costes energéticos, unos mercados de capital más profundos y las menores restricciones transfronterizas.

KKR cree que estos elementos podrían generar un cambio estructural más sólido de lo que anticipa el mercado, con especial potencial en acciones de defensa y bancos europeos.

Mejores condiciones financieras

El informe, titulado 'Crea tu propia suerte', también subraya que, pese a un inicio de año turbulento, el ciclo actual podría extenderse gracias a las condiciones financieras atractivas, la relajación monetaria global, las mejoras continuas en productividad y la baja emisión neta de activos de riesgo (OPVs, high yield, préstamos apalancados).

Además, desde KKR destacan que el ciclo de productividad actual se asemeja al de los años 90, lo que podría impulsar los mercados más allá de lo esperado. Asimismo, apuntan que el capital privado seguirá destacando, gracias a la dispersión y al control operativo; y que crecen las oportunidades de inversión en infraestructuras de inversores privados gracias a la transición energética y restricciones fiscales al gasto público.