Los 1.000 trabajadores de Naviera Armas-Trasmediterránea de tierra y flota mantendrán su empleo. O, por lo menos, es lo que han transmitido Baleària y DFDS, compradores de la naviera canaria, a los representantes de los trabajadores, según han confirmado estos en un comunicado interno al que ha tenido acceso Atlántico Hoy. De la misma manera, el consejero delegado de Naviera Armas, Sergio Vélez, y otros responsables de Trasmediterránea, también han confirmado esta máxima a los empleados.
Ahora, según destacan en su comunicado, el grueso de su preocupación se centrará en mantener ese compromiso, en que los buques de la naviera continúen siendo de pabellón español y en que se respeten los acuerdos laborales recientemente alcanzados.
"Nos encontramos ante un momento de vital importancia, por la estabilidad y continuidad laboral de más de 1.000 trabajadores y, desde el enfoque de la marina mercante española, en lo relativo al mantenimiento del pabellón español, de los buques que van a ser transferidos a las nuevas empresas. Aunque la operación está pendiente de autorización por la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia, desde CCOO velaremos por el compromiso del mantenimiento del empleo, el respeto por los acuerdos laborales alcanzados y el mantenimiento del abanderamiento de los buques en pabellón español, tanto para el conjunto de trabajadores y trabajadoras de flota como de tierra", refleja el comunicado.
En diciembre de 2024, tras dos largos años de negociaciones, los trabajadores de Armas y la naviera acordaron un nuevo convenio colectivo que, entre otras medidas, destacaba por un incremento salarial del 6,6%.
Mejor Baleària que los empresarios canarios
Con todo, según ha podido saber Atlántico Hoy, se respira cierta calma por el hecho de que finalmente Naviera Armas-Trasmediterránea haya sido adquirida por otras dos navieras, que conocen cómo es la industria del cabotaje, y no por el conglomerado de empresarios canarios ajenos al mundo naval, por mucho que esa opción hubiese garantizado que el capital de la compañía continuase siendo local.
Desde hacía meses, había descontento entre los trabajadores de Armas-Trasmediterránea porque ciertas decisiones se estuviesen tomando desde despachos en Madrid, donde están las oficinas de FTI Consulting, consultora a la que los acreedores mayoritarios y bonistas de Armas habían encomendado la gestión de la naviera tras hacerse con la compañía mediante el acuerdo de reestructuración que cambió deuda por acciones.
Ahora, con Baleària y DFDS a los mandos, los trabajadores respiran más tranquilos con la compañía en manos de empresas de destacable trayectoria naval y experiencia más que contrastable.
