Oficinas de Rising Pixel, en Las Palmas de Gran Canaria. CEDIDA
Oficinas de Rising Pixel, en Las Palmas de Gran Canaria. CEDIDA

Rising Pixel, trece años creando videojuegos desde Canarias

Con más de 200 proyectos a sus espaldas, Rising Pixel se consolida como uno de los estudios de referencia en Canarias, apostando por los 'serious games' y la internacionalización

Alberto Ley

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En 2019 apenas se contaban dos estudios de videojuegos en Canarias. Hoy, seis años después, el Archipiélago suma 29 empresas dedicadas al desarrollo, que emplean a cientos de personas y han puesto a las islas en el mapa de una industria global en expansión. Incentivos fiscales, clima, calidad de vida y, sobre todo, talento local, han sido factores decisivos para que el ecosistema creciera de manera sostenida.

En este camino, Rising Pixel aparece como una de las pioneras. Fundada en 2012 por el italiano Luca Contato, fue uno de los primeros estudios en ver en Canarias una oportunidad real para crear videojuegos desde la periferia atlántica. Trece años después, la compañía mantiene su sede en Las Palmas de Gran Canaria y un equipo de 15 personas repartidas entre las islas, con un modelo de trabajo remoto y flexible.

Una década de perseverancia

“El crecimiento de Rising Pixel ha sido paso a paso, con perseverancia y muchas dificultades”, explica Christopher Vegas, responsable de comunicación y marketing de la empresa. Desde sus inicios, el estudio apostó por un modelo B2B, desarrollando videojuegos por encargo para empresas e instituciones. Hoy acumulan más de 200 proyectos de todo tipo, desde juegos para hospitales hasta aplicaciones interactivas para museos y multinacionales.

Entre sus trabajos más emblemáticos figuran los AudioGames para personas con discapacidad visual, como Space Wave Race; el juego TreeHouse Maker, de corte cozy, que ha cosechado un notable éxito en la web; o Work Down, desarrollado junto a la firma italiana Game to Value, que evalúa el nivel de “burnout” en empresas para ayudar a departamentos de recursos humanos a prevenir riesgos psicosociales.

Space Wave Racer, uno de los juegos desarrollados por Rising Pixel y disponible en Steam. CEDIDA
Space Wave Racer, uno de los juegos desarrollados por Rising Pixel y disponible en Steam. CEDIDA
 

El valor de los serious games

Rising Pixel se ha especializado en los llamados serious games, videojuegos diseñados para resolver problemas concretos o cumplir funciones sociales, educativas y empresariales. “La motivación de Luca siempre ha sido usar los juegos para ayudar a la gente y ofrecer soluciones”, explica Vegas. Esta línea de trabajo incluye también advergames y herramientas interactivas para marketing o formación corporativa.

El estudio ha trabajado con empresas de sectores tan diversos como la metalurgia italiana, hospitales o incluso proyectos europeos destinados a mejorar la empleabilidad de personas con discapacidad física a través de la enseñanza de programación en JavaScript.

Alfa accai feria futura
Juego interactivo desarrollado por Rising Pixel para la empresa italiana Alfa Acciai durante la feria Futura, donde los visitantes podían participar usando su propio móvil como mando

Canarias, ventajas y retos

¿Por qué Canarias? Para Rising Pixel, las islas ofrecieron desde el inicio un marco fiscal competitivo, con la Zona Especial Canaria (ZEC) y las deducciones del Régimen Económico y Fiscal (REF). “Estos beneficios nos hacen más competitivos en precio y permiten atraer a clientes internacionales”, señala Vegas.

A ello se suma la calidad de vida, que convierte al Archipiélago en un destino atractivo para captar y retener talento. “La gente que viene de fuera se lleva siempre una buena experiencia”, apunta el responsable de comunicación.

No obstante, el sector todavía afronta retos estructurales: la falta de un tejido empresarial sólido que pueda absorber a todos los jóvenes que se forman en FP y universidades, y la necesidad de consolidar un ecosistema estable que permita a pequeños creadores informalizados dar el salto a la profesionalización.

Canarias como refugio

La expansión del sector se produce en paralelo a una coyuntura internacional compleja. Grandes estudios como Ubisoft, Electronic Arts o Microsoft han protagonizado oleadas de despidos en los últimos años. Aunque el golpe es más visible en la industria triple A, también repercute en los estudios independientes: genera desconfianza entre inversores y publishers y dificulta el acceso a financiación.

“A los pequeños nos afecta desde otra perspectiva: cuesta más sacar adelante proyectos en un entorno de incertidumbre”, advierte Vegas. Sin embargo, en medio de esta crisis global, Canarias se posiciona como un refugio para el desarrollo: las ventajas fiscales del REF y la Zona Especial Canaria (ZEC) permiten a los estudios asentados en las islas ser más competitivos y atraer inversiones que en otros mercados resultan inalcanzables.

IA: ¿herramienta o amenaza?

Otro de los debates que atraviesa al sector es el uso de la inteligencia artificial. “Cada vez vemos más videojuegos genéricos con arte de IA, y eso le quita alma al proceso creativo”, señala Vegas, que realiza un doctorado en la Universidad Pompeu Fabra sobre el impacto de la IA en el desarrollo. Para Rising Pixel, la clave está en usarla como herramienta de apoyo, nunca como sustituto del trabajo humano.

Mirando a Japón

Mientras tanto, la empresa mira hacia el exterior. Su CEO participa estos días en el Tokyo Game Show 2025 como parte de la delegación canaria enviada a Japón. El objetivo es doble: entender cómo funciona el mercado asiático y explorar nuevos partnerships que permitan a Rising Pixel diversificar clientes y oportunidades.

De pioneros en 2012 a referentes en 2025, Rising Pixel simboliza la apuesta por un sector que ha pasado de la anécdota a consolidarse como una industria emergente en Canarias. El reto ahora es que el talento que se forma en las islas pueda quedarse y que los videojuegos, al igual que ocurrió con la animación, se conviertan en un motor estable de empleo y creatividad en el Archipiélago.