Telefónica ha incluido tres centros de trabajo ubicados en Canarias —dos en Tenerife (La Orotava y El Médano) y uno en Gran Canaria (Sonneland)— en un plan de racionalización de edificios que afecta a 108 inmuebles repartidos por todo el país y que obligará a la reubicación de 266 empleados. La medida adoptada, según justifica la propia compañía, viene marcada por "transformaciones como el paso de la red de cobre a la fibra, la robotización y la automatización del servicio".
Los tres edificios localizados en las Islas son todos centrales de cobre, núcleos laborales que Telefónica dejará de utilizar el próximo año —al coincidir con el primer centenario de la operadora—. Ese proceso empezó en 2016 con el objetivo de dar paso a la fibra óptica para ofrecer un servicio más veloz y más estable.
Resistencia de UGT
Los sindicatos, de entrada, rechazan la propuesta presentada por Telefónica. "Nos negamos en rotundo", advertían este jueves desde UGT Canarias, "a aceptar un plan de movilidad forzosa. Habría que mirar caso por caso, porque se debe respetar que el trabajador no sea reubicado en un centro a más de 50 kilómetros del que se va a cerrar".
"Los trabajadores deben ser reubicados en el centro más cercano", apuntan desde el sindicato, "y en el caso de Gran Canaria lo lógico sería que los trabajadores de Sonneland vayan a Las Palmas de Gran Canaria. Eso incumpliría el límite de 50 kilómetros. En Tenerife hay que esperar para ver qué propone la empresa en La Orotava y El Médano, pero vamos a estudiar cada caso concreto, proponer alternativas y tratar de acordar medidas para evitar el cambio de residencia".
Proceso de años
En lo que va de año, Telefónica ya ha cerrado otras centrales de cobre situadas en Arucas y Melenara. Entre 2016 y 2021, el número de edificios con esas características que dejaron de operar en Canarias llegó a 69: 33 en Gran Canaria, 25 en Tenerife, cinco en Lanzarote, tres en Fuerteventura, dos en El Hierro y una en La Gomera.
El cierre de una estación de cobre, según informa Telefónica, supone un ahorro energético de más de 1000 GWh, es decir, unas 355.000 toneladas de CO2, equivalente a plantar seis millones de árboles.