En ocasiones, la rutina de un pequeño pueblo se rompe con escenas tan inesperadas que parecen sacadas de una película. Eso ocurrió recientemente en la Vega de San Mateo, en Gran Canaria, donde la imagen de un hombre junto a su yegua en un cajero automático se convirtió en uno de los momentos más surrealistas del año.
Quienes se encontraban en la zona no daban crédito a lo que veían. Conductores y peatones se detenían incrédulos, mientras el propietario del animal, lejos de incomodarse, afrontaba la situación con una naturalidad que rozaba el humor.
Escena insólita
El episodio, más propio del lejano oeste que de una localidad de medianías grancanarias, tuvo lugar en plena carretera principal. Allí, la presencia de un caballo en un contexto tan cotidiano como el acceso a un cajero provocó sorpresa y risas a partes iguales.
Las reacciones no tardaron en multiplicarse. Algunos vecinos comentaban entre carcajadas que “en San Mateo ya no sorprende nada”, mientras otros no dejaban de fotografiar y grabar la escena para inmortalizarla.
El vídeo en redes
La secuencia no quedó solo en anécdota local. El usuario @josesantagonza compartió el momento en TikTok, y en apenas un día el vídeo superó las 750.000 visualizaciones, acercándose rápidamente al umbral de lo viral.
La mezcla de asombro, humor y cotidianidad ha convertido a la publicación en un fenómeno digital, con miles de comentarios que van desde la sorpresa hasta la complicidad. “Solo en Canarias pasa esto”, escribía un usuario, mientras otros etiquetaban a amigos para compartir la ocurrencia.
@josesantagonza Viviendo en el nuevo oeste 😂🐴🤠 #caballo #sanmateo #cowboy #fiesta #humor ♬ The Good, The Bad and The Ugly (Main Theme) - Ennio Morricone
Tradición y modernidad
La escena simboliza también un choque de mundos: la tradición agrícola y ganadera de San Mateo frente a la modernidad tecnológica de un cajero automático. La yegua, tranquila en todo momento, parecía observar con la misma curiosidad que los transeúntes la reacción que provocaba su presencia.
Este contraste entre lo rural y lo urbano explica en parte el éxito del vídeo. Para muchas personas no es común ver caballos en pleno centro de una localidad, pero para otras, este tipo de imágenes forman parte del día a día.
Humor como respuesta
El dueño del animal, consciente de la expectación, no mostró reparo alguno. Con una sonrisa, respondió a la persona que grabó el vídeo, restando importancia al suceso. Esa actitud relajada reforzó la sensación de que lo insólito puede convertirse en un motivo de unión y diversión comunitaria.
En tiempos en que las redes sociales potencian cualquier detalle pintoresco, la naturalidad del protagonista añadió un toque entrañable que explica por qué el vídeo conecta tanto con el público.