La depuradora municipal de Punta del Hidalgo (Tenerife, Canarias) ha conseguido cerrar completamente el ciclo del agua en su entorno: regenera el 100 % del agua residual que trata en el pueblo y la reutiliza para abastecer el riego agrícola de la zona y otros usos municipales.
“Mucha gente no entiende lo que es verter agua depurada, piensan que es tirar aguas fecales al mar”, resume con claridad Eduardo Alemán, jefe de drenaje urbano y depuración de Teidagua, empresa que gestiona la depuradora. Explica que, durante décadas, la planta funcionaba como una depuradora convencional para cumplir con la normativa y verter el agua limpia al mar. “Pero desde hace cuatro o cinco años, los agricultores nos empezaron a pedir agua”, añade.
La escasez de lluvias y la salinización de los pozos encendieron las alarmas en las 200 hectáreas de cultivo que dependen de las aguas del barranco del Tomadero, que obtiene su nombre precisamente de ser el lugar del que los agricultores de la comarca toman el agua para sus sistemas de riego. Esto está a punto de cambiar, pues lo cultivos de Punta del Hidalgo van a regarse cada vez más con el agua regenerada proveniente del uso de los vecinos del pueblo y la red de recogida de aguas pluviales.
Tecnología de ultrafiltración: agua de calidad A
La planta se ha transformado completamente con un sistema de ultrafiltración por membranas, que permite obtener agua regenerada de categoría A, la más alta según la normativa europea. “Es básicamente hacer pasar el agua por unas membranas con poros lo suficientemente pequeños para retener todos los sólidos, incluyendo bacterias y parásitos. Con ese sistema puedes regar todo, incluso cultivos que tienen contacto directo con el agua”, detalla.
La calidad conseguida es tal que la turbidez del agua es de 0,45, inferior incluso a la de muchas aguas embotelladas para consumo humano. “La filtración te quita todos los sólidos en suspensión. También retiene microplásticos, que ni siquiera el agua de lluvia puede evitar arrastrar”, señala.
Además, la planta ha instalado una pequeña desalinizadora auxiliar que permite bajar la salinidad o conductividad del agua, que se produce porque el agua recogida aumenta su concentración de sales al mezclarse con detergentes u otros productos y compuestos en casa, dede 1.200 a 800 µS/cm, un valor óptimo para la platanera. “Es básicamente para que el agricultor esté más cómodo. Con 1.200 se puede regar, pero con 800 mucho mejor”, explica. El sistema está en fase de pruebas y estará plenamente operativo en agosto.
Ahorro directo para los agricultores
Uno de los aspectos más valorados por los usuarios es el coste: el precio del agua regenerada solo incluye los gastos de energía para el bombeo, mantenimiento y análisis de calidad, sin aplicar recargos adicionales. “Es una tarifa bastante económica”, dice Alemán. Pero el mayor ahorro está en el rendimiento del sistema: “Cuando un agricultor compra agua a una galería, muchas veces solo le llega el 50 % por pérdidas. Nosotros, si nos piden 100 metros cúbicos, le damos los 100. Cada finca tiene su caudalímetro y el control es total”.
Además, el agua regenerada contiene nutrientes naturales que permiten reducir el uso de fertilizantes. “Estamos aportando nitratos, fosfatos y potasio. Hemos calculado que por cada 100 m³ le damos 40 kilos de nitrato. Eso también lo están notando”.
Garantía de suministro, incluso en verano
Hoy el sistema abastece a 14 explotaciones que riegan 45 hectáreas activas, pero la infraestructura instalada permite llegar hasta 90 hectáreas sin ampliaciones. “Muchos agricultores todavía no se creen que tenga agua todos los días. Les decimos: 'Mientras haya gente viviendo en Punta del Hidalgo, vamos a tener agua'. Y en agosto, con el incremento de veraneantes, tendremos más”, asegura.
Este abastecimiento continuo puede evitar el abandono de fincas que sufre esta comarca, ya que agricultores que tienen tierras sin trabajar se están replanteando ponerlas a producir ante las facilidades que ofrece la reutilización del agua de Punta del Hidalgo. Además, se ha reducido la presión sobre los acuíferos, lo que permite también que ese agua tenga menos salinidad debido al avance del mar por las galerías vaciadas.
Una planta municipal autosuficiente
Alemán subraya que el proyecto no solo ha transformado el sistema hidráulico de la comarca, sino que lo ha hecho desde un modelo municipal: “Ese es el hito real. Existen depuradoras comarcales con sistemas similares, pero esta es completamente gestionada por el ayuntamiento, y eso no es lo habitual”.
En términos energéticos, también se han dado pasos decisivos: la planta ha pasado de una capacidad de tratamiento para 7.000 habitantes equivalentes a 15.000, y cuenta con 30 kW de energía solar, con previsión de alcanzar 70 kW y un 80 % de autosuficiencia energética.
Agua para regar, limpiar y devolver a la tierra
Además de uso agrícola, el agua regenerada se emplea para regar jardines, baldear calles y otros servicios municipales en Punta del Hidalgo, Bajamar e incluso Tejina. “Lo usamos en fiestas, en limpiezas, y no hay diferencia. Te pongo tres vasos de agua del grifo, de botella y de esta, y no sabrías cuál es cuál”, afirma.
El objetivo a largo plazo es claro: cerrar el ciclo del agua en origen. “El propio agua que usó el puntero, que tiró por la cisterna, le está llegando al agricultor que tiene debajo para que riegue. Eso es muy importante. Es eficiencia, sostenibilidad y justicia territorial”, concluye Alemán.
Financiación europea
El proyecto ha sido financiado gracias a una subvención obtenida a través de los fondos europeos Next Generation, canalizados por la Reserva de la Biosfera de Anaga en colaboración con la Consejería de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias.
Según explica Alemán, fue esta entidad la que propuso presentar la iniciativa para concurrir a la convocatoria específica dirigida a zonas protegidas.
