El Ayuntamiento de Santa Cruz ha solicitado a Costas autorización para la instalación en la playa de Las Teresitas de un campo de waterpolo en sus aguas.
Tal y como figura en el estudio medioambiental del proyecto el campo flotante estará formado por dos porterías de waterpolo de competición y un rectángulo, que ocupará 135 metros cuadrados (15 por 9 metros). Estas actuaciones se enmarcan dentro de la política del consistorio de crear una zona deportiva en la playa de Las Teresitas, donde también se espera que se ubique una zona de calistenia, campos de tenis y una zona polivalente, entre otros.
La intención del ayuntamiento es que el campo se monte a una distancia mínima de 5 metros de la escollera ubicada en el espigón Norte de la playa de Las Teresitas, una zona que se encuentra en la Zona especial de conservación denominada Sebadales de San Andrés. La corporación local ya informó en febrero de que "el proyecto de habilitar espacios de práctica deportiva en la playa de Las Teresitas, que se encuadra dentro del objetivo de desarrollar el disfrute activo de la naturaleza en el municipio, facilitando la práctica deportiva en el medio natural".
Tal y como se analiza en la evaluación ambiental, la instalación afectaría a los bancos de arena cubiertos permanentemente por agua marina, poco profunda. "Este sería el único hábitat afectado, ya que en el fondo del campo flotante objeto de la instalación está caracterizado por arenas", analiza el documento. De esta forma indican que la zona afectada no llega más de 8 metros de profundidad y añaden que no se encuentran fanerógamas (plantas marinas).
Especies afectadas
En cuanto a la fauna que podría verse afectada, tal y como recoge el documento, ni la tortuga boba, ni la tortuga verde o el delfín mular se verían perjudicados por esta instalación. Si bien el documento sí que admite que la población de angelotes merece una especial atención. Esta es una especie amenazada por lo que está prohibida cualquier actividad que contemple matarlos, capturarlos, perseguirlos o molestarlos, o la destrucción o el deterioro de hábitat y áreas de reproducción, tal y como recoge el estudio medioambiental.
En la playa de las Teresarias es común avistar crías de estas especies de unos 30 centímetros de longitud cerca de la orilla. "Esto hace sospechar que la playa puede ser una zona de cría y refugio para esta especie, donde las hembras vienen a parir", indica el documento. Por ello se insta a que "en caso de observar algún ejemplar se evitará molestar a los mismos y se pospondrá la colocación de los pesos muertos". Y a su vez, se informa de que el montaje del campo se realizará únicamente con condiciones meteorológicas favorables, tanto de visibilidad como de corriente.