Fran Belín./ CEDIDA

Opinión

Cumbre Climática de Egipto y “los grandes habladores”

Periodista

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Digo yo, me pregunto. ¿Si en nuestra propia casa –léase hogar- tengo la cocina hasta arriba de tarros de aceite quemado, carbonizado? ¿las habitaciones con humedades y mugre que hasta en las paredes brotan los champiñones? ¿en el garaje los botes y sustancias no deja de emitir gases tóxicos? ¿o en el salón apilamos bolsas y plásticos por doquier?

Vuelvo a preguntarme, ¿reaccionaremos en un momento dado antes de quedar literalmente ahogados por la inmundicia? ¿Sólo moveremos el meñique, si podemos, cuando estemos al borde de la asfixia? ¿Nos propondremos entonces reunirnos con nuestros vecinos de comunidad, que están más o menos a las mismas, para hincar el diente a tan caótico hecho? ¿Nos pondremos a gestionar, planificar y tomar cartas en el asunto para que no sea demasiado tarde?

O, recalco, ¿nos dejamos dormir como camarón que seguro se va a llevar la corriente? ¿nos aferremos al clásico ‘de mañana no pasa’? ¿esperaremos que, por la ciencia infusa, no se nos terminen por caer las paredes de pura m…? ¿nos extinguiremos entre esos plásticos y aceites pútridos creyendo como ingenuos que en realidad, a pesar de la evidencia, no pasa nada, pero nada de nada? ¿vendrán los extraterrestres a arreglarlo? ¿Salvaremos nuestra casa propia (hogar) recurriendo a la estrategia del avestruz?

¿Dónde están los vecinos?

Créanme que nunca, a los largo de un buen manojo de años ya de columnas periodísticas en rotativos y medios on-line, he lanzado tal avispero de preguntas. Es que ante la tozudez para negar lo que es categórico respecto al medio ambiente, como lo es el cambio climático, aún la Humanidad no tiene pudor ni con su hogar, en mayúsculas, mirando de soslayo, de cuando en cuando, a estas cumbres internacionales en las que ni siquiera aparecen los vecinos que producen el mayor volumen de basura.

El caso es que desde el pasado día 6 y hasta el próximo día 18 la ciudad egipcia de Sharm el Sheij acoge la Cumbre del Clima en la que habrá muchas… fotos. Imágenes, mandatarios, poses, buenos deseos, ‘de mañana no pasa’, ‘ande yo caliente y ríase la gente’; mandatarios supuestamente maduros que hasta se atreven no ya a ‘hablar’ sino a exigir y dar lecciones y, además, de ética.

Datos son datos

Revisando datos, esta vez de la Organización Meteorológica Mundial de Naciones Unidas, cabe destacar que si marcamos 1990, anteriormente a la convención sobre cambio climático de la ONU, el fenómeno de calentamiento de los gases –“efecto invernadero”- aumentó hasta un 50% y el nivel de estos gases en la atmósfera su máximo histórico”. 26 cumbres, 26. Con razón Greta Thunberg, y admítanme por favor el chascarrillo, tiene esa expresión malhumorada como tanta juventud que anda hastiada como la activista sueca.

Me formulaba las preguntas del inicio porque, al igual que los negacionistas de la vacuna de la Covid o los conspiracionistas en general, un vecino, de aquí al lado, subrayaba en plan incontestable: “lo del cambio climático es un cuento chino”. No entiendo nada y, por cierto, China no se ha presentado, claro está. Hasta ahí podríamos llegar.

 ¿No parece clara la incidencia del ser humano en su medio ambiente (también el social y el económico)? ¿No está claro que los deshielos funden nuestras expectativas de supervivencia como especie? ¿Es necesario que jóvenes impetuosos ‘analfabetos’ se carguen una obra pictórica para llamar la atención ante lo que nos está ocurriendo en casa –leáse el planeta-? Personalmente abomino de este método. Algunos-as se lían el pegamento a las manos y un día se van a cargar de verdad a la ‘Mona Lisa’ de Leonardo.

Entonces, ¿dará lo mismo que ocurra porque la inteligencia artificial se encargará de recomponer el cuadro? Es más, ¿tendremos mundo para arreglar este símbolo del arte humano? No es pintar la cosa en plan apocalíptica, créanme que no soy de ese calibre, todo lo contrario. Es que estamos en el Apocalipsis hasta las canillas.

¿Negociar qué?

Mientras tanto los ¿países? ¿los mandatarios? ¿las delegaciones? Se ‘pegarán’ sesudas reuniones para negociar. ¿Negociar qué? Las ruinas de una civilización que no coge de una vez el toro por los cuernos para que no se caigan las paredes encima del globo terráqueo. ¿Son los ciudadanos de a pie los que van a las playas, a los montes, los que hacen ‘esfuercitos’ recogiendo desperdicios y plásticos para expresar la buena voluntad del ser humano y que nuestros hábitats se lleven una caricia irrelevante? Victoria pírrica la de la buena voluntad porque, sin dramatismos, vamos allanando cada día la autopista para el punto de no retorno.

Leo informaciones o análisis de la cumbre de Egipto como estas. "Tendrá importancia también la Unión Europea, que lidera la lucha climática a nivel mundial: desde 1990 ha reducido más de un 30% de emisiones y se ha fijado un objetivo vinculante de reducirlas al 55% en 2030. La actuación de China, el principal emisor mundial, es una incógnita, y dependerá de si se mantiene el bloqueo de las negociaciones con EE.UU”. En fin.

Y España

“Uno de los puntos importantes para España será ‘reverdecer la ayuda al desarrollo’. Además, como parte de la Unión Europea, presentarán los avances del plan "Fit for 55", el paquete de medidas para reducir un 55% las emisiones de aquí a 2040”. No quiero minimizar tampoco los esfuerzos que, sin duda, procuran los gobiernos en un engranaje en el que prima más una emisión de gases que quítame allá las fuentes de energía alternativa. Pero parecen esfuerzos insuficientes de cara a los miles de millones de almas que somos.

Existen las personas, científicos, estadistas eminentes que alertan de que el citado ‘de mañana no pasa’ no va a poder esperar a la guadaña del cambio climático que tan a gusto se despacha con cada tic-tac del reloj de una Humanidad que anda en estos tiempos como pato descabezado.

Todo no está perdido

En las informaciones recabadas lucen aquellas intrascendentes, diríase angelicales, que hacen esbozar una sonrisa de alivio. “A Sharm el Sheij acudirán, además del equipo negociador español, un grupo de jóvenes seleccionados en el programa Generación Clima. Serán dos grupos de universitarios que han investigado proyectos de adaptación y resiliencia climática, y el objetivo del Gobierno es integrar sus preocupaciones en las negociaciones” y "que entiendan la dimensión del riesgo al que nos estamos enfrentando".

A tirarse a la “piscina”

Hace poquito se celebró en Huelva y Cádiz otra nueva edición, la cuarta, del foro científico-gastronómico El Encuentro de los Mares, que dejó también a las claras que no es que nos debamos preocupar de la salud de los océanos sino que toca ocuparse ya y sin dilación porque en nuestros pulmones azules radica buena parte de nuestras expectativas, y no sólo las nutricionales.

“Seguir sumando para conseguir que en 2050 los mares pueden regenerarse si todos hacemos lo que tenemos que hacer”, informaba “Origen, La Revista del Sabor Rural”. “Era el objetivo fundacional de Encuentro de los Mares –añade la información-, pormenorizando los ‘super blue food’, los superalimentos marinos que según han compartido biólogos, investigadores, cocineros y referentes de la industria pesquera serán claves para el futuro de la alimentación mundial”.

Pero esto, si me permiten el guiño del principio con nuestra casa, tocará en otro artículo que, entonces y a buen seguro, dedicaré por entero a la “piscina”.