Agoney Melián, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Tenerife (Las cosas feas de mi casa)

Opinión

Jaque mate al Rey

Presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Canarias

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Si hoy fuese el último día de mi vida, este no es el día que quiero vivir. Así fue como empecé a reflexionar sobre la necesidad de rescatarme en aquellos momentos en que todo me parecía mal.

El año pasado, sobre todo en lo personal, hubo algunos baches que superar. Ojo, no me estoy quejando, ni mucho menos quiero generar en ti un sentimiento erróneo de víctima o derrotismo. Hoy estoy bien, y si algo quiero conseguir con estas líneas, es contarte como una pequeña frase, modifico mi ruta neuronal, me hizo más fuerte y me sacó, literalmente, de la cama para empezar a reconstruir mi alma.

Demasiado sincero

A veces pienso que, al escribir sobre estas cosas, me vuelvo demasiado sincero, pero no me importa porque, estoy convencido de que lo sientes cuando lo lees, es mi alma expresándose con el único objetivo de ayudarte a continuar. Mi alma intentando comprender los sentimientos que habitan en ella para darle orden, y transitarlos para alcanzar su paz, que si me lees habitualmente, sabes que es mi único objetivo en la vida.

Escribir es un hábito que me apasiona, me ayuda expresarme de una manera única, que quizás, nunca sería capaz de verbalizar.

Me imagino estar a tu lado ahora, tomando esa rica taza de café, mientras te cuento, quizás con alguna lágrima en los ojos, mis experiencias más desgarradoras, pero bonitas y aleccionadoras. Porque no hay nada más increíble que compartir estas vivencias con esa tribu que denomino “mi gente de colores”.

La vela de la confianza

Somos inseguros por naturaleza, y sin duda alguna, con el fenómeno de las redes sociales, mucho más. Por eso, me gusta trabajar en dinámicas que te ayuden a comprender cómo funciona la autoestima o la confianza. Hoy quiero compartir contigo una que me gusta mucho, la vela de la confianza.

Puede ser otro objeto, pero hoy quiero que imagines que es una vela lo que representa tu confianza.

Que sea pequeña, elige el color que prefieras, si quieres que tenga un olor o no y llévala siempre contigo. A partir de hoy, esta vela va a representar tu confianza, y lo que vamos a analizar con este ejercicio es, quien nos roba este tesoro que debemos proteger con todo lo que esté a nuestro alcance.

Cada vez que sientas angustia o tristeza por una persona externa, gente del curro, tu pareja, tus amigos o simplemente algún desconocido, le estás regalando tu vela. Estás dejando que influya en tus sentimientos y emociones y ahí es cuando debes ir a por ella y cogerla con tu mano y repetirte, no pienso regalártela, no te voy a dar ese poder.

Sé que parece una locura, sin embargo, este ejercicio tan visual, te ayudará a identificar quién o quiénes te están quitando la paz mental. Te ayudará a entender quiénes, a veces en forma de consejos, de silencios castigadores, o de menosprecios dulcificados, te están robando tu confianza.

Protege tu vela, te va la vida en ello.

La compasión y el plan de acción

Hasta yo, que he invertido cantidades absurdas en formación sobre desarrollo personal, y que soy inmensamente disciplinado, paso momentos de verdadera desesperación. Esto … es humano.

Por eso, quiero que sepas que la única manera de avanzar cuando estás viviendo momentos complicados, es practicando la compasión contigo y con quienes te hacen daño.

Esto que te cuento no es una absurda afirmación mística, es un aprendizaje que me ha dado la terapia que he recibido y que tanto me ha servido a lo largo de estos años. Aceptar que las cosas duelen y perdonarte por no estar todo el rato “a la altura de lo que se espera”, es trabajar la compasión, y para mí, esto es sin duda el primer paso para cambiar las cosas, para tranquilizarnos y empezar ese plan de acción que tan clave es para continuar en este precioso viaje llamado vida.

Insiste en la pregunta, sobre todo cuando la respuesta sea no

Empezaba mi artículo con una pregunta que no paro de repetirme cada mañana, pero que también incorporo en cada charla, cada curso, cada conferencia, y si me paro a leer los tantísimo artículos que he escrito en este último año y medio, seguro que también aparecerá en alguno de ellos, y que si me sigues, ya sabes cual es, ¿si hoy fuera el último día de tu vida, este es el día que quieres vivir?

Si durante muchos días, la respuesta es no, la acción inmediata posterior a la compasión es trazar ese plan que se hace “cachito a cachito”, con pequeños pasos, pero con determinación. Sabiendo que no es una línea recta, sino un sube y baja, un zig zag que a veces te desespera, pero que forma parte del camino.

Es verdad que transitar tus emociones es una herramienta básica, pero si te detienes demasiado tiempo en esto, llegará un momento en el que será muy difícil darle la vuelta a la situación. Lo que te pido es un pequeño esfuerzo, casi microscópico, pero un esfuerzo, porque por poquito que avances, ya es algo.

El universo no camina solo

Si nos conocemos en persona, me habrás escuchado decirlo, “el universo conspira a mi favor”. Que sepan que tengo la desgracia de creer en pocas cosas, y cuando hago esta afirmación, supongo que es más el punto de vista con el que veo las cosas, que una realidad.

Lo cierto sobre esto que te cuento es que, me levanto cada mañana con la intención de hacer cosas, de trabajar en aquello que me gusta, soy disciplinado y sobre todo entiendo que, muchas veces me equivoco.

Lo que quiero decirte es que, seguro que está bien desear, manifestar y decretar que todo te vaya bien, porque tu punto de vista sobre las cosas se volverá optimista y luchador. Sin embargo, las cosas buenas que te pasan en la vida son porque has decidido trabajar por ellas.

La suerte es un algoritmo que no soy capaz de entender muy bien, pero tengo claro que, en el inmovilismo, no te va a llegar.

Sé que el universo conspira a mi favor porque me pasan cosas buenas, pero también sé que hay una parte de esas cosas que son producto de mi esfuerzo y mi trabajo, al fin y al cabo, el universo no camina solo.

Todo lo que necesitas saber

Mientras escribo esto, me duele la barriga. Aún recuerdo esa dura sensación de absoluta inconformidad con la vida. El dolor era tan fuerte que entendí el verdadero motivo del suicidio, no quieres morir, quieres que el sufrimiento pare.

Seguro que llevas todo el artículo esperando que te cuente por qué pongo en mis redes una foto, casi siempre por la mañana, con la frase “jaque mate al Rey”, y tal y como te había prometido, te lo voy a contar.

En la vida, hay situaciones duras, muy duras, de esas que te generan una catarsis y que son dolorosas, y en lo más profundo de mi ser, casi sin que nadie lo supiera, yo viví una de esas el año pasado.

No llegaban los amaneceres a tiempo, porque todo fue noche y a pesar de disfrazarme cuando llegaba la luz del día, el vacío fue tan abrupto que durante meses sentí, incluso físicamente, un estruendoso terremoto del que quise huir, pero al igual que el caballo de la historia interminable, terminaba por engullirme.

Mientras te lo cuento, con esa taza de café imaginaria, me rompo, porque incluso los presidentes tenemos esa fea costumbre de ser humanos cuando los focos se apagan. Pero si lo estoy haciendo es porque quiero que, al igual que yo, encuentres ese barco que en la tormenta te rescata y te lleva a la orilla.

Los silencios castigadores, pasaron a ser solo silencios, la soledad en compañía, paso a ser solo soledad, y día tras día pasé de preguntarme… como he dejado que me pase esto a, me perdono, no pasa nada y la vida debe continuar.

Necesitaba hablarme bonito, darme ánimos y salir del bucle de tristeza. Entonces recordé esa jugada de ajedrez que te hace ganador de la partida. Seguro que en la vida has tropezado con personas que queriendo o sin querer te han robado tu vela y que, sin saber cómo, te han hecho sentir esto que te cuento.

El mensaje que he venido poniendo en redes sociales era un mensaje para mí, para recordarme que puedo ser feliz y que nada ni nadie puede interponerse en el camino. Era un mensaje que me recordaba que, en los días tristes, ese que salía en las historias, me animaba a luchar con ese plan de acción donde yo ganaba mi juego.

Si lees esto y sientes algo parecido, sube a tus redes sociales una foto, para recordarte que tú eres la persona más importante de tu vida.

A todas esas personas que no te hacen bien, apártalas de tu vida, y al igual que yo hazles un “jaque mate al rey”.