Agoney Melián, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Tenerife (Las cosas feas de mi casa)

Opinión

Mientras montaba las estanterías

Presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Canarias

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A priori, si lees mis artículos, podrás observar que mis letras son una mezcla de vida personal y profesional. Esto no es casualidad, en todas mis formaciones indico que, hemos aprendido que, para ser unos excelentes profesionales, debemos tener alineadas todas las partes de nuestro ser, y esto no significa que yo sea un místico, ni mucho menos; esto quiere decir que, aunque intentemos departamentar nuestros pensamientos, las emociones son procesos químicos que invaden nuestras células y no desaparecen, aunque se lo ordenemos. La ciencia es así y las relaciones profesionales, en mi caso, están basadas en la ciencia.

Los cuatro elementos externos desestabilizantes

Hace unos años, escuchando a un profesional de los recursos humanos, aprendí que existen ciertos elementos externos que rompen el equilibrio mental. Una ruptura emocional, un cambio de empleo, una mudanza y la muerte de alguien cercano. Estos cuatro elementos son, en muchas ocasiones, el motivo principal por el que nos sentimos desestabilizados y que casi nunca podemos controlar. De ahí que siempre que te pase esto, no intentes resolverlo de manera inmediata. Al igual que una gripe, o que la covid, estas emociones hay que pasarlas de la manera más tranquila posible, transitando por los vaivenes del momento y aprendiendo, si es que tenemos cabeza para hacerlo, de lo que la experiencia nos quiera mostrar.

No olvidemos que los seres humanos somos animales de costumbres y rutinas, y en cualquiera de los casos a los que me he referido, no solo nos tendremos que enfrentarnos a una pérdida, sino a un cambio de rutina. Y digo bien, aunque la pérdida sea de algo peor para mejor, como por ejemplo un mejor empleo, nuestro cerebro está perfectamente equipado para inocularnos miedo y ansiedad hacia lo desconocido. Vamos que, aunque el cambio sea a mejor, nuestro registro mental necesita un tiempo para procesarlo y crear esta nueva rutina.

Creo que entender esto que te cuento, te va a ayudar a sobrellevar mejor estas situaciones que por suerte o por desgracia, a todos nos toca vivir en algún momento de la vida.

El ejemplo de la serpiente

De una manera metafórica, a todos nos toca mudar la piel. En nuestros procesos vitales, es necesario quitarnos capas de nuestra forma de ser para poder continuar radiantes hacia adelante, pero eso sí, estos procesos no son fáciles y llevan su cosa. Seguro que mientras me lees, estás pensando en esas etapas de la vida que se han hecho sentir contrariado. Yo podría contarte algunas porque mi vida ha sido un meteorito de vivencias, pero si tuviese que hacer referencia a alguna de mis situaciones que puedas entender claramente, podría referirme a los cambios de ciclos educativos.

Pasar el colegio al instituto, y posteriormente al mundo laboral, fue una etapa pseudo compleja. No digo mala, digo compleja porque mi cerebro no entendía lo que estaba pasando. Siempre me gusta referirme a la naturaleza para explicar algunas cosas, y en este caso te quiero hacer referencia al cambio de piel de las serpientes, que en su mayoría es de nariz a cola sin dejar ni un solo milímetro atrás.

La vida consiste en cambiar de capas, de atesorar nuevos y mejores pensamientos basados en las vivencias y mi artículo de hoy va sobre soltar y construir a la vez.

La mudanza

Hace poco que he cambiado de casa. Lo he hecho por necesidad, pero estoy encantado con que el universo me haya puesto este reto en el camino.

A lo largo de mi vida, he tenido varios techos en los que cobijarme, pero no ha sido hasta esta última etapa, quizás por esos aprendizajes atesorados, donde he empezado a valorar lo importante que es convertir el espacio donde habitas en tu hogar.

Más allá de lo bonito o menos bonito que pueda ser este espacio, el despertar cada mañana en él, debe ser algo increíble, y eso se construye con mucho amor y cariño; con agradecimiento hacia todo lo que te brinda la vida y por supuesto con un equipo de personas diez con las que encontrarte.

Más allá de las paredes

Hay muchas otras cosas, más allá de la estructura, que hacen que tu vida sea maravillosa, y es que jamás pude pensar que construir tu existencia en torno a las personas que elijes para que te acompañen, podría ser terapéutico. Hoy me voy a lanzar a la piscina y te voy a contar algo muy íntimo que creo que te puede ayudar.

Siempre he sentido mucho miedo al abandono, y esto me ha pasado porque vengo de una familia desestructurada, donde en muchas ocasiones, he tenido que tirar “palante” sin nadie en quien poderme apoyar.

Indagando en mi interior, siempre con ayuda profesional, empecé a cuestionarme muchas cosas ¿Por qué cuando las relaciones interpersonales se ponen intensas, tenía tendencia a alejarme?

Cómo ya les he contado, hace poco me mudé de casa, y en esta acción aparecieron, como la familia que creo que somos, las personas más importantes y bonitas de mi vida.

No saben cuanta porquería acumula uno en poco tiempo. Si te mudas te vas a dar cuenta de lo que te digo, sin embargo, ahí estaba todo mi círculo para cargar, transportar y ordenar sin que yo se lo hubiese pedido.

Lo más gordo lo hicimos en un día, pero aún me quedan muchas cosas por hacer, y menos mal, porque estoy disfrutando muchísimo de la creación de mi nuevo espacio.

Cómo les decía, siempre me había costado mucho entablar relaciones fuertes de amistad y ojo, no es que no tenga amigos maravillosos o que sea un salvaje, pero en el fondo, cuando alguien traspasaba mi coraza, mi subconsciente sentía miedo al abandono y me retiraba sin saber que lo estaba haciendo. Esto lo he trabajado, corregido y mejorado… y no saben lo bien que me ha hecho.

Era domingo y estábamos en mi casa mi amigo y socio Airam y yo. Estábamos creando una zapatera para los muchos zapatos que tengo, y durante el trabajo, mi mente reflexionaba sobre todo esto que les cuento en este artículo. La importancia de tener un espacio seguro o un círculo de personas con el que poder contar a las tres de la mañana si es necesario.

Quiero acabar estas líneas haciéndote varias preguntas que me gustaría que reflexionases para ti mismo, ¿estás construyendo un espacio seguro al que volver al final del día? ¿Tienes un grupo de personas que te hacen la vida más bonita? ¿Tienes tus necesidades de vida cubiertas?

Si la respuesta a esto no te deja tranquilo, te recomiendo que te pongas manos a la obra, porque sin ninguna duda, tener una vida maravillosa es la única responsabilidad que no puedes eludir.

Mirando como Airam me ayudaba a construir la casa de mis sueños, me di cuenta de lo importante que era contarles esto, para poder impulsarles a que se pongan, sin esperar un minuto más, en la construcción del hogar.

Paredes llenas de cariño, techos llenos de amor, suelos llenos de momentos vividos que no quieras olvidar, personas increíbles que están para apuntalar la construcción de una vida… se me ponen los pelos de punta mientras les cuento este pensamiento que brotaba por mi piel… Mientras montaba las estanterías.