Corviniano Clavijo

Opinión

Regalar vida

Presidente de Crónica del Atlántico Hoy, SL

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En el año 1989, un grupo de pacientes con enfermedades renales constituyó la Asociación Enfermos Renales de Tenerife – ERTE (declarada de utilidad pública por el Ministerio de Interior en 2001), con el principal fin de cubrir todos aquellos aspectos de apoyo social y psicológico para los pacientes a los que no llegaban los servicios públicos. Querían, asimismo, en solidaridad con la sociedad canaria, trabajar por la prevención de la enfermedad renal y promover la donación de órganos y la investigación de la enfermedad y sus tratamientos. Desde el año 2014, tengo el gran honor de presidir esta asociación. 

Durante el año pasado, la situación vivida por el coronavirus puso en riesgo la actividad de donación y trasplante en España, sin embargo, una vez transcurridos los meses más agudos de la pandemia, se retomó la actividad y cerramos 2020 como “líderes mundiales una vez más”. Ya van 29 años consecutivos en esta posición de liderazgo. 

De acuerdo con la Organización Nacional de Trasplantes, durante el año 2020 se registraron a nivel nacional 38 donantes por millón de población, lo que se traduce en más de 4.200 trasplantes realizados. Según el Servicio Canario de Salud, las islas Canarias registraron 51,60 donantes por millón de habitantes, cifra que se halla muy por encima de la media del país que ya de por sí es puntero mundial. Gracias a 115 donantes se realizaron 196 trasplantes en nuestras islas. Como se puede apreciar, durante el año pasado, a pesar de las dificultades que se presentaron, seguimos cosechando casos de éxito.

El gerente de ERTE, Avelino Parrilla, afirma en una entrevista concedida este año a Atlántico Hoy que “el 40% de los enfermos renales con insuficiencia renal crónica lo son por una enfermedad genética, es decir, por unas causas que no vamos a poder evitar. Sin embargo, lo más lamentable de todo esto es que entre el 50% y el 60% son por malos hábitos”. 

Tenemos que cuidarnos en el día a día ya que uno de los mayores problemas es que la enfermedad no da síntomas, se presenta sin avisar, y ya es demasiado tarde

Desde ERTE, tenemos una sensación agridulce con estas cifras. Estamos en el mejor país del mundo para recibir un trasplante, pero es preciso tener en cuenta que más de la mitad de quienes sufren insuficiencia renal crónica y están en tratamiento de diálisis o trasplantados de riñón son por causas que se pueden prevenir. Han enfermado por descuidar su presión, por no controlar sus niveles de glucosa en sangre, por el sobrepeso, por la mala alimentación y por el sedentarismo, como los motivos más representativos. 

Tenemos que cuidarnos en el día a día ya que uno de los mayores problemas es que la enfermedad no da síntomas, se presenta sin avisar, y ya es demasiado tarde. 

Por consiguiente, resulta muy triste que tantos miles de españoles llenen las salas de diálisis o esperen por un trasplante cuando en la mayor parte de los casos, si hubieran seguido una política eficaz de prevención, podrían haber salvaguardado su salud. Y todo esto sin entrar en el coste económico de los tratamientos: una sesión de diálisis cuesta unos 300 euros y cada paciente necesita tres semanales. 

Un dato importante es que a marzo de 2021 el Hospital Universitario de Canarias – HUC, había realizado un total de tres mil trasplantes renales. La mitad no habría sido necesario si existiera una prevención eficaz de la enfermedad renal.

La mitad de trasplantes no habría sido necesario si existiera una prevención eficaz de la enfermedad renal

Después de estas cifras desalentadoras, quedémonos con una afirmación positiva: un donante regala unos 60 años de vida a los demás (15 por cada riñón, 10 por corazón, etc.). En este sentido, la legislación española es referente internacional en la materia y marca las directrices de muchas normas europeas en este ámbito y establece también quién es un potencial donante de órganos: “todo aquel que en vida no haya manifestado lo contrario”.

Por todo ello, lo que quiero hacer hoy es invitarles a donar órganos e informar de esta decisión a sus familias, así como agradecer a tantos donantes y especialmente a sus familiares, que dieron un sí a la vida en momentos tan traumáticos como es la muerte de un familiar cercano, tomando así la decisión de donar sus órganos y regalar vida.

¡Regala vida!