El mapa de las viviendas en Guanarteme es todo un desequilibrio entre residencial y turístico. Lo que hace pocos años era un barrio de tradición marinera y ambiente familiar se ha convertido en uno de los puntos calientes del alquiler turístico en la capital grancanaria. Y los datos lo dejan claro.
Buscar vivienda en las calles de esa zona de Las Palmas de Gran Canaria puede ser desalentador. La oferta de alquileres de larga estación no llegan a los 60 frente a los más de 600 viviendas vacacionales que se encuentran en Guanarteme.
Alquileres residenciales contra turísticos
Según Idealista, en todo el barrio solo hay 89 anuncios de viviendas en alquiler. Pero la cifra real para quienes buscan un hogar estable es menor: 54 pisos están disponibles para larga estancia, mientras que 35 ya se ofrecen únicamente como alquiler de temporada. Es decir, más de un tercio del total no está pensado para residentes.
La situación cambia radicalmente cuando se mira hacia el mercado turístico. En Airbnb aparecen alrededor de 600 anuncios de viviendas vacacionales en la misma zona. Una cifra que multiplica por diez la oferta residencial de larga duración.
Viviendas vacacionales
Los datos del Instituto Nacional de Estadística van en la misma línea. En Las Palmas de Gran Canaria hay registradas 2.950 viviendas vacacionales, aunque otros estudios casi duplican esa cifra.
De ellas, 1.976 se concentran en el distrito Isleta-Puerto-Guanarteme, y solo en el barrio de Guanarteme se contabilizan unas 542, que el proyecto Masgeografía eleva hasta 649.

Gentrificación
Para los vecinos, estas cifras no son números abstractos, sino la explicación de por qué cada vez es más difícil alquilar un piso sin dedicar la mitad del sueldo al alquiler. Cada vivienda que pasa al uso turístico es una puerta menos para quienes buscan vivir en el barrio, y la escasez termina impulsando los precios al alza.
A ello se suma un proceso de gentrificación cada vez más visible: comercios tradicionales que cierran, cafeterías y tiendas orientadas al turista que proliferan, y una identidad de barrio que se va diluyendo.
Un barrio en la lucha
Ante esta realidad, las familias de Guanarteme llevan meses organizándose. Manifestaciones, asambleas y campañas en redes sociales se suceden para denunciar lo que consideran una deriva insostenible.
Bajo lemas como “un barrio, no un negocio”, reclaman medidas que frenen el colapso urbano y la especulación inmobiliaria, y que permitan a los residentes de siempre seguir viviendo donde han construido su vida.
Mientras tanto, las cifras dejan claro que el pulso entre el alquiler residencial y el vacacional está lejos de resolverse. Y Guanarteme, uno de los barrios más dinámicos de la ciudad, se encuentra en el centro del debate.