El 'boom' hotelero de Las Palmas de Gran Canaria: récord de hoteles en la ciudad

La capital grancanaria cuenta con 46 establecimientos, 15 más que en el verano de 2019, previo a la pandemia de la COVID-19

Darío Ojeda

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beCordial abrirá antes de final de año un nuevo hotel la Plaza de Santa Ana. /  Atlántico Hoy
beCordial abrirá antes de final de año un nuevo hotel la Plaza de Santa Ana. / Atlántico Hoy

La planta hotelera de Las Palmas de Gran Canaria está viviendo un boom que ha elevado la cifra de establecimientos hasta niveles que apenas se recordaban. La ciudad ha alcanzado este verano los 46 hoteles, según la Encuesta de Ocupación Hotelera que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es la cifra más alta de la serie histórica, que se remonta al 2005. Y son diez más que un año antes y 15 más que en el verano de 2019, el último antes de la pandemia de la COVID-19.

Hotel THe LUMM o el Malteses o la Niña de Vegueta, ambos de beCordial, son algunos de los nuevos alojamientos abiertos en el último año en la ciudad, que en julio, último mes con datos disponibles, contaba con más de 3.200 habitaciones y más de 6.500 plazas.

Aumento de la demanda en la última década

“Hace 40 o 50 años, seguramente la ciudad tuvo muchas más plazas”, afirma José María Marañicúa, presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT), quien recuerda que la capital fue la referencia turística de la isla antes del desarrollo del sector en el sur. “Con el crecimiento del sur a partir de los 70, Las Palmas fue perdiendo peso turístico. Pero en la última década ha habido una gran demanda y eso ha llevado a recuperar un cierto número de camas que necesitaba”, añade.

“Las Palmas de Gran Canaria, por la importancia que tiene como capital de provincia o el propio puerto, es lógico que tenga mucho peso en cuanto a camas de alojamiento. Además de por Las Canteras y un clima que le hacen ser un destino turístico por sí mismo, por su actividad comercial y portuaria, que es muy importante”, dice el presidente de la FEHT.

Uno de los factores que explican la apertura de nuevos hoteles tras lo peor de la crisis sanitaria tiene su origen hace más de una década, señala Nicolás Villalobos, director general de beCordial. "Hemos vivido, desde el 2011, una época de bonanza de ocupación al calor de la primavera árabe. El pico fue en el 2017". El sector turístico de las islas se benefició de la inestabilidad de los países del norte de África, lo que provocó que se batieran récords de turistas. 

"Todo eso fue un periodo de vacas gordas que provocó que se volviera a mirar a la ciudad de Las Palmas y hubiera más proyectos. Hubo mucho interés y las empresas del sector volvieron a fijarse en la ciudad", añade Villalobos. La pandemia fue un freno, pero la mayoría de los proyectos siguió adelante cuando la situación mejoró, de ahí las inauguraciones del último año y las que vendrán en los próximos meses.

Hoteles boutique en Vegueta y Triana

Una parte importante de esos nuevos establecimientos se concentran en la zona de Vegueta-Triana, cada vez más atractiva para el mercado hotelero. Allí ha abierto Cordial tres establecimientos y prevé abrir otros dos antes de final de año. “No se discute el atractivo (de la ciudad) desde el punto de vista del negocio, que es el motor del archipiélago con el permiso de Santa Cruz. Pero aparte de eso tiene muchos atractivos turísticos, el más evidente la playa de Las Canteras. Pero hay uno menos explotado, que es el barrio de Vegueta-Triana, donde palpita el corazón histórico de la ciudad", dice el director general de la empresa hotelera.

"Ese barrio no se había desarrollado en lo turístico porque es antiguo, pero de un tiempo a esta parte, el éxito en Sevilla y Madrid, donde han ido creándose hoteles boutique en edificios emblemáticos, ha animado a replicar ese modelo en la zona", explica Villalobos.

Son hoteles más pequeños, con menos habitaciones, pero más singulares. Casi siempre en edificios emblemáticos, con un alto coste de mantenimiento para las familias propietarias. “La ciudad tiene una serie de edificios históricos que tenían atractivo histórico y patrimonial ideal para la creación de estos hoteles boutiques. Una manera de mantener el valor histórico era convertirlos en hoteles”, explica Marañicúa.

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