Los socorristas de Las Canteras y del resto de playas capitalinas iniciarán una huelga indefinida este 1 de septiembre. La convocatoria, anunciada por la Unión de Socorristas de las Islas Canarias (USIC), afecta a todo el personal del servicio prestado por Cruz Roja en Las Canteras, Alcaravaneras, La Laja, El Confital y San Cristóbal.
Desde el sindicato justifican la medida por “el deterioro progresivo” del servicio de salvamento en la capital grancanaria, donde aseguran que los incumplimientos del contrato, la falta de personal y las condiciones laborales indignas se han convertido en la norma.
La decisión se toma tras meses de advertencias ignoradas y con un verano marcado por el aumento de la presión asistencial. Según USIC, la falta de efectivos ha puesto en riesgo la seguridad de los bañistas y ha forzado al equipo a asumir una carga de trabajo desproporcionada, también fuera del entorno marítimo.
Denuncias reiteradas
Acusan tanto a la empresa adjudicataria, Cruz Roja, como al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria de haber hecho caso omiso a sus demandas, y denuncian un escenario de precariedad donde las casetas están infestadas de plagas, los vestuarios son inexistentes y ni siquiera se cumplen los mínimos exigidos en el plan de seguridad vigente. Desde el sindicato apuntan que muchos de los puestos continúan con torretas inoperativas, escasez de material sanitario y ausencia total de vigilancia institucional.
Pese a que el servicio es esencial, explican que no se están cubriendo las bajas laborales, no se sustituye al personal lesionado y tampoco se respeta la previsión de refuerzos acordada al inicio del verano. En junio, solo seis personas lograron superar las pruebas físicas para incorporarse, cuando se habían previsto 25 nuevas plazas. “Uno de ellos tuvo que ser rescatado durante la prueba, y aun así fue contratado”, denunció en su momento el portavoz del sindicato, David Molina.
Un servicio al límite
El comunicado recuerda que los socorristas actúan también como primeros intervinientes en emergencias fuera de la playa, desde paradas cardiorrespiratorias hasta otras incidencias médicas en espacios públicos cercanos. “No se trata solo de las condiciones laborales. Se trata de la seguridad ciudadana”, señalan.
“Seguimos trabajando sin EPIs adecuados, con radiación ultravioleta extrema y en jornadas que superan las 10 horas, por apenas mil euros al mes. No hay relevo generacional posible ni motivación para quedarse en un sistema que nos exprime y no nos cuida”, añaden desde el sindicato.
Exigen reacción institucional
Con esta huelga, USIC busca visibilizar la falta de respuesta institucional y forzar una reacción que permita recuperar la eficacia del servicio, reforzar las plantillas y garantizar condiciones dignas para quienes velan cada día por la seguridad en las playas.
A la espera de que se establezcan los servicios mínimos, la protesta se plantea como indefinida y sin descartar nuevas movilizaciones.