Los inspectores de limpieza de Las Palmas de Gran Canaria viven un momento de máxima incertidumbre. El próximo miércoles, 8 de octubre, perderán la mitad de los coches que tienen disponibles para hacer sus rutas cada día para comprobar que no se comete ninguna infracción —y, en caso de ser testigos de alguna, hacer una propuesta de sanción—.
Tanto Sandra González como Carlos de León, delegados sindicales en el Comité de Empresa del servicio de recogida de residuos sólidos urbanos del Ayuntamiento capitalino —por la sección de Co.bas—, han denunciado que el contrato de renting para disponer de los vehículos está muy cerca de caducar y no se ha tramitado su renovación a tiempo.
Una incógnita
Aseguran que desde la gerencia les han transmitido que dentro de unos días disminuirá la flota de turismos con la que cuentan, pero al mismo tiempo les han indicado que tendrán los turismos cuanto antes. En definitiva, aunque los responsables se han puesto manos a la obra, los trabajadores viven con la incógnita constante sobre cuándo volverá todo a la normalidad.
Los inspectores cuentan con 12 coches y desde el miércoles solo tendrán seis. “El vehículo”, señalan, “es fundamental para desplazarse hasta los sectores de trabajo y dentro de estos”. La carencia que tendrán en unos días supone otro hándicap al que se enfrenta la ciudad en materia de limpieza, un área polémica que tiene por delante grandes retos que superar.
Barrios
“No disponer de ellos durante días no es solo un grave problema logístico, sino que, como todo lo demás, donde más repercute es en la calidad del servicio dado a la ciudadanía, que merma considerablemente”, exponen también los representantes sindicales. Además, uno de los principales inconvenientes para los trabajadores surgirá a la hora de coordinarse.
Las Palmas de Gran Canaria tiene diferentes alturas y orografía que puede poner una situación complicada a algunos trabajadores. A pesar de que en la ciudad baja pueden desarrollar su trabajo a pie, no ocurre lo mismo en barrios como Tenoya, La Milagrosa o San Lorenzo por la gran cantidad de cuestas o pendientes que tienen.

¿Usurpación de funciones?
Pero la cosa no queda ahí porque denuncian que —además de seguir sin libretas con las que registrar las sanciones— hay quienes están, presuntamente, usurpando sus funciones. “Desde hace un tiempo hay empleados de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), la empresa privada que trabaja para Limpieza, identificados como inspectores”, subrayan.
Ponen sobre la mesa que llevan “un uniforme muy parecido al de los agentes de inspección, del mismo color, interactúan con la ciudadanía y, en particular con los comerciantes, sin aclarar de entrada la previsible confusión con el personal del negociado y utilizando el equívoco para dar instrucciones y órdenes”.
"Esto es grave"
Todo, dicen, según les han contado los propios comerciantes. Quienes “han creído que son inspectores de limpieza”. “Esto es especialmente grave, pues los agentes de inspección son empleados públicos municipales y los de FCC no”, dicen. “Hacerse pasar por empleados públicos sin serlo y actuar como tales de forma ilegítima podría llegar a constituir llegado el caso un delito de usurpación de funciones”, añaden.
“Es por eso que aconsejamos a la ciudadanía en general y a las personas de los comercios en particular que, si se les presenta alguien como inspector o inspectora que no es el o la agente de inspección que ya conocen, no duden en pedirle que se identifique mediante su número de empleado público y mediante su carnet de inspector”, detallan.
"¿Otro año sin vestuario?"
La realidad es que el uniforme de ambos es similar, suele ser de color azul marino. Aunque, en el caso de FCC, los trabajadores no tienen potestad sancionadora como sí ocurre con la plantilla de inspectores. “Nos es difícil imaginar que las personas que dirigen el Servicio no estén enteradas de estas prácticas”, agregan.
Por otro lado, los representantes sindicales protestan porque al parecer en 2024 no les entregaron los uniformes estipulados en convenio. “La Gerencia ‘olvidó’ meterlo en el último contrato, que abarca el periodo 2025-2029. Además, respecto de este, la Gerencia anunció que la entrega de 2025 se haría en septiembre y ya estamos en octubre y aun no se ha realizado. ¿Otro año sin vestuario?”, se plantean.
