Hay tradiciones en Navidad que nunca fallan. Las luces, el árbol, turrones y polvorones…y la falta de taxis en Las Palmas de Gran Canaria durante las noches de estas fiestas. La dificultad para encontrar un taxi tras las cenas de empresa, reuniones familiares o eventos ponen evidencia otro año más el “problema estructural” que afecta al sector.
Los taxistas apuntan que no se trata de una falta de licencia, como se podría pensar, sino a un cúmulo de factores, desde el sentimiento de inseguridad por las noches hasta la falta de una subida de tarifa nocturna que les permitiera tener empleados asalariados.
"No compensa"
Antonio es un ejemplo de taxista que se ha negado a trabajar por las noches porque “no compensa”, ni a nivel económico ni físico. Antes del covid, contaba con un empleado con el que se repartía los turnos y “así el taxi funcionaba todo el día”.
Sin embargo, con el aumento de los costes laborales y de los seguros, fue inviable seguir con esa fórmula. “Ahora trabajo doce horas al día en un turno partido. Empiezo a las siete de la mañana y termino a la noche”, señala.
Subir la tarifa
La inseguridad es también uno de los grandes motivos que frena las ganas de hacer el turno de noche. “Por la noche no sabes quién se te puede subir al taxi: gente que no paga, que te vomita el coche o incluso que te puede agredir”. Razones por las que en su caso, por ejemplo, no trabaja en fechas señaladas como carnavales.
Y en este sentido, las tarifas actuales no compensan ni el riesgo ni ayudan a contratar a una persona más. Aunque se han actualizado hace poco, “la subida fue irrisoria”, apunta Antonio, quien añade que “el taxi aquí es uno de los más baratos del país”.
Para él, una de las soluciones que se podrían poner sobre la mesa es duplicar esa tarifa nocturna. “Todo se solucionaría si la bajada de bandera por la noche fuera de seis euros”, afirma.

Sin poder contratar empleados
Este pensamiento es generalizado en el sector. Ángel Hernández, presidente de la asociación Autaxi, subraya que el sector no puede asumir más horas sin una mejora real de la rentabilidad. “Mientras no haya una tarifa que permita contratar a un empleado, el titular va a priorizar el horario que mejor le encaje a nivel personal y familiar”, expone.
Hernández recuerda que hace años el taxi llegó a contar con cientos de conductores asalariados, una cifra que hoy se ha reducido drásticamente. “Solo en Seguridad Social contratar a alguien supone más de 600 euros al mes. Con una hora bruta que no supera los 13 o 14 euros a la que hay que restar seguros, tasa de autónomo y otros gastos, no es viable”, explica.
Atrapados en los atascos
Desde Autaxi también matizan que, en muchos casos, la sensación de que “no hay taxis” está relacionada con el colapso del tráfico. “Los taxis están trabajando, pero atrapados en atascos”, a lo que se suma que “los carriles bus-taxi no se respetan ni se vigilan como deberían y eso reduce mucho la velocidad del servicio”, denuncia Hernández.
El presidente de la asociación de taxistas pone de ejemplo ciudades como Barcelona, donde se han puesto cámaras en las guaguas para vigilar el uso de este tipo de carriles y así mejorar la fluidez del transporte público.
La aparición de plataformas como Uber
¿Es una posible solución implantar en la ciudad los VTC a través de Uber u otras plataformas? Aunque parezca buena idea, Hernández se muestra crítico, no solo por como le salpica a él como taxista, sino ante la saturación de servicios que supondría.
“Puede parecer una solución a corto plazo, pero es pan para hoy y hambre para mañana. En momentos de alta demanda como partidos de fútbol, conciertos, etc. podrían ayudar, pero ¿qué pasa con todas esas licencias después?”, indica.

Responsabilidad del Ayuntamiento
Hernández sitúa parte de la responsabilidad en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, al recordar que el taxi es un servicio público cuya regulación y correcto funcionamiento dependen de la administración local.
Según explica, el Consistorio es quien debe garantizar que el servicio se preste de forma adecuada, aplicar medidas efectivas cuando estas no funcionan y hacer cumplir las normas ya existentes, como el uso correcto de los carriles bus-taxi.
El presidente de Autaxi lamenta que, pese a las advertencias del sector, el Ayuntamiento no haya tomado decisiones firmes para mejorar la rentabilidad del taxi ni para ordenar el servicio en los momentos de mayor demanda, lo que acaba repercutiendo directamente en la ciudadanía.
Necesidad de medidas estructurales
Es por ello que, con la Navidad en pleno apogeo, el sector advierte de que la falta de taxis seguirá repitiéndose si no se adoptan medidas estructurales.
Tarifas más realistas, medidas de regulación, mayor seguridad y una movilidad mejor planificada podrían evitar que, cada Navidad, la misma pregunta vuelva a repetirse: ¿por qué no hay taxis?