Una mujer camina por la carretera / ATLÁNTICO HOY - MARCOS MORENO
Una mujer camina por la carretera / ATLÁNTICO HOY - MARCOS MORENO

Unas obras interminables convierten la calle General Vives en Jumanji

Los trabajos tienen el objetivo de colocar un nuevo centro de transformación y líneas subterráneas en la transversal Isla de Cuba

marcos moreno

Transitar por la calle General Vives, en Las Palmas de Gran Canaria, puede convertirse en un deporte de riesgo para todos aquellos que lleguen a su cruce con Isla de Cuba. Unas obras que empezaron en noviembre del año pasado impiden a los vecinos desplazarse con normalidad y muchos se ven obligados a ocupar la carretera porque hacerlo por la acera a veces es misión imposible.

Hace poco tuve que ayudar a una pareja de ancianos que se cayó de boca por los baches”, asegura un hombre que reside por la zona. A su lado se encuentra Rafa, quien también reside en los alrededores y recuerda que se trata de una vía con mucha circulación tanto de vehículos como de personas que se dirigen, por ejemplo, a un hospital cercano o al colegio Santa Catalina para llevar a sus hijos.

Líneas subterráneas

Casi todos los transeúntes que caminaban allí este miércoles por la mañana coincidían en que habían visto u oído cómo ha habido varias caídas como consecuencia del desnivel producido por los trabajos. La faena, promovida por la empresa Redes Digitales, tiene el objetivo de colocar un nuevo centro de transformación y líneas subterráneas. Todo apunta a que la finalidad es abastecer de suministro eléctrico a un edificio cercano.

El escenario es llamativo porque permite vislumbrar cómo hay vallas ancladas al suelo, una red de alambre que dibuja el contorno del espacio donde los operarios llevan a cabo su labor, ladrillos que sirven de contrapeso y planchas que sirven de parches con el objetivo de que nadie se precipite por los socavones provocados por las obras. El estorbo que suponen hace que circular por allí recuerde a una aventura digna de la película Jumanji.

Imagen de las obras en General Vives / ATLÁNTICO HOY - MARCOS MORENO
Imagen de las obras en General Vives / ATLÁNTICO HOY - MARCOS MORENO

Varios tropiezos

Otro de los principales problemas está también en que los viandantes se ven en la tesitura de andar por la carretera en una de las calles más transitadas de la ciudad y con un cruce desde el que tanto los coches como las motos convergen en más de una dirección. Álvaro Velázquez, otro vecino que se suma a la conversación, no duda en decir que “un par de señoras han trastabillado” por culpa de los baches.

Pero la cosa no queda ahí porque hace poco fue testigo de cómo un joven que caminaba con cierta prisa tropezó y cayó unos metros más adelante. “Se levantó, vio que tenía un rasguño y siguió”, relata el hombre. Otro apunte que pone sobre la mesa es que la red de alambre está movida porque seguramente alguien, fruto del hartazgo, la desplazó para hacer más ancho el camino.

Una mujer pasea junto a las obras / CEDIDA
Una mujer pasea junto a las obras / CEDIDA

"Es un peligro"

Eduardo Castillo, empresario de la zona, resalta que la instalación temporal les molesta desde hace tiempo y asegura que es un peligro “para la salud pública” por el daño que puede ocasionar a las víctimas de las caídas. Además, hay un inconveniente añadido: una papelera tras la valla repleta de basura que no se puede vaciar por el riesgo que supone, quizás, para los operarios de limpieza.

Ana Díaz, dueña de otro de los negocios cercanos, tiene claro su punto de vista nada más ser preguntada por el tema: “Esto es un desastre y nos perjudica a todos”. “Pagamos calles de primera para no tener ningún servicio”, apostilla. Narra que conoce el caso de otra señora que en la misma calle “se abrió la cabeza” tras caer al suelo, aunque eso ocurrió por otro desnivel cercano a la obra de la discordia. 

A pesar de que el promotor es Redes Digitales S.L., el contratista se trata de Andaluza de Montajes Eléctricos y Telefónicos; y en el cartel de la obra también aparecen Endesa y Ametel. A estos últimos, los vecinos aseguran que han llamado para pedir tanto explicaciones como una solución, pero no han recibido ninguna respuesta convincente.