Las Palmas de Gran Canaria vive una de sus peores crisis de limpieza en décadas. La acumulación de residuos, una flota de camiones envejecida y los retrasos en los contratos han llevado a que Salud Pública advierta de un “grave peligro para la salud” ante la proliferación de ratas, cucarachas y mosquitos en barrios como San Roque, Hoya de la Plata, Tamaraceite o El Lasso. El Ayuntamiento ha aprobado una contratación de emergencia con FCC Medio Ambiente valorada en 20 millones de euros para frenar una situación que ya se traduce en contenedores desbordados, calles sucias y un riesgo real de enfermedades infecciosas. Sin embargo, más allá de la gestión municipal, la limpieza también depende del civismo ciudadano, porque mantener limpia la ciudad es una cuestión de salud, convivencia y respeto común.