La suciedad crónica en las calles de Las Palmas de Gran Canaria ya no es solo una cuestión estética. Un informe interno del Servicio Municipal de Limpieza, incorporado al expediente de contratación de emergencia del servicio de recogida de residuos, advierte de que la ciudad atraviesa una situación “alarmante y con peligro real para la salud pública” por la acumulación de basura en distintos puntos del municipio.
El documento, firmado por técnicos municipales y fechado durante varias jornadas de septiembre, recoge una descripción detallada de las zonas donde los residuos sólidos urbanos (RSU) se han convertido en focos de infección, malos olores y presencia de animales nocivos.
Contenedores desbordados
Entre los barrios más afectados figuran San Juan, Lomo Blanco, El Secadero, San Roque, Tafira Alta, Tafira Baja, El Zurbarán, El Fondillo, Monteluz, San Francisco de Paula, La Montañeta, Lomo Apolinario, Tamaraceite, Riscos Negros, Ciudad del Campo, Piletas, Casablanca I, El Lasso, Hoya de la Plata, Tres Palmas, Salto del Negro y Marzagán.
En estos enclaves, los técnicos constataron acumulaciones de residuos durante más de una semana, contenedores desbordados, bolsas rotas y lixiviados (líquidos de desecho) que se esparcen por la vía pública. “Los espacios destinados a los contenedores se han convertido en auténticos vertederos, con presencia de roedores y cucarachas”, señala el informe, que alerta además del impacto sobre la salud de los trabajadores del servicio y los vecinos.
Riesgo de enfermedades
El área de Salud Pública municipal, consultada en el propio expediente, advirtió de un riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas derivadas del contacto con excrementos y materia orgánica en descomposición. Entre los riesgos citados figuran leptospirosis, salmonelosis, fiebre tifoidea y gastroenteritis agudas, patologías que pueden propagarse a través de orina de ratas, cucarachas o mosquitos que encuentran en los residuos un entorno ideal para reproducirse.

El informe también destaca la fermentación de la basura orgánica, que genera gases y líquidos con potencial tóxico, así como la proliferación de insectos y malos olores en entornos residenciales y escolares. En barrios como San Roque, Hoya de la Plata o El Lasso, los técnicos hablan de una “situación límite de insalubridad”, con basura acumulada a escasos metros de viviendas, parques infantiles y zonas de paso peatonal.
Focos críticos
Además de los barrios citados, el documento localiza focos críticos en varios enclaves urbanos concretos:
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Lomo El Diviso, donde se encontraron trastos abandonados, papeleras sin vaciar y restos orgánicos que atraen insectos.
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La intersección entre la calle La Vela Latina Canaria y la calle Gordillo, afectada por excrementos de una colonia de gatos sin control, generando un problema de salubridad y olores.
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Las escaleras de Doña Perfecta, donde la ausencia de baldeo y el crecimiento de colonias felinas agravan el deterioro del entorno.
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Diversas zonas ajardinadas y aceras del municipio donde la vegetación, los escombros y los residuos acumulados impiden la limpieza y facilitan la proliferación de plagas.
Al borde del colapso
El informe técnico atribuye buena parte del problema a la obsolescencia de la flota de camiones, con frecuentes averías que impiden el vaciado diario de los contenedores. En algunos turnos, según se detalla, seis camiones recolectores no salen a la calle, lo que provoca retrasos en la recogida y montañas de basura en los barrios periféricos.

El personal de limpieza, según el texto, trabaja en condiciones de “agotamiento físico y psicológico”, con un aumento de las bajas médicas por estrés, desmotivación y exposición a entornos insalubres.
Impacto social y vecinal
Las denuncias ciudadanas se cuentan por centenares. El expediente incluye reclamaciones por correo electrónico y teléfono de vecinos que aseguran “temer por su salud” y denuncian el incremento de ratas, cucarachas y moscas en las inmediaciones de sus viviendas. Algunos trabajadores incluso relatan haber recibido insultos y amenazas al intentar vaciar contenedores en barrios donde el servicio llevaba días sin pasar.
El informe concluye que la situación requiere una intervención urgente y coordinada para restablecer la salubridad en las calles. Los técnicos proponen aumentar medios humanos y mecánicos, activar los servicios de “repaso” y revisar la frecuencia de vaciado en las zonas más densamente pobladas o con actividad comercial y turística.
Mientras el Ayuntamiento tramita la contratación de emergencia, los residuos siguen acumulándose en las esquinas de una capital que lucha por recuperar su brillo, pero que hoy tiene marcados en rojo más de veinte puntos negros donde la suciedad ya se considera un peligro para la salud pública.
