El proyecto del Paseo Guiniguada es una de las iniciativas más ambiciosas que se ha marcado el grupo de gobierno municipal encabezado por Carolina Darias. La idea ha recibido críticas por parte de los ciudadanos, expertos o incluso estudiantes de Arquitectura en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). Resulta llamativo que la mayor parte coincide en la misma idea: el barranco debe recuperar su forma original.
La finalidad del Ayuntamiento capitalino es crear un nuevo espacio urbano al unir los barrios de Triana y Vegueta mediante un trabajo anunciado desde hace meses. Merece la pena resaltar que todo estará vinculado a la historia, la cultura, la educación o el medioambiente. Pero el asunto no ha terminado de convencer a muchos porque elementos como las bóvedas y el tráfico rodado se mantienen con normalidad.
Proyecto AWA
Es el caso del arquitecto José Antonio Sosa, quien lamenta el trato que se ha dado a la zona en las últimas décadas. “Lucho desde hace 20 años para que se le quite la losa al barranco, creo que es la única solución porque naturalizar no es poner árboles encima del asfalto porque además no hay tierra”, afirma en declaraciones concedidas a Atlántico Hoy. “Fue una desgracia que se cubriera”, añade.
El pasado 27 de mayo, la alcaldesa de la capital anunció que el proyecto elegido para ejecutar el futuro Paseo Guiniguada de la Cultura y las Artes Canarias es el que ha sido bautizado como AWA. Busca desplazar la circulación del tráfico a los laterales dejando así un espacio libre para uso ciudadano, zonas verdes, arte público y eventos. Pero la cosa no queda ahí porque recupera dos puentes históricos como el de Piedra y el de Palo.
Inversión
Cuenta con otras pretensiones como instalar un corredor verde que enlazará con los riscos de San Juan, San Roque y San Nicolás. ¿La inversión final? 20 millones de euros. El arquitecto admite que algunos de los que se presentaron “son muy buenos”, pero “tratan de resolver un problema imposible”. Insiste en la idea de que se deben retirar las bóvedas y todo el asfalto que cubre el barranco.
“Obedeció a una ideología de progreso malentendida de aquella época y se hizo esa autovía por encima”, resalta. Apostilla que todas las ciudades europeas están retirando las obras de ese estilo que se hicieron en la década de los 60 y 70 como ya ocurrió en Las Palmas de Gran Canaria con el scalextric. “Creo que la oportunidad aquí era esa”, sostiene.
"El gran problema"
Explica que cuando se dio a conocer el concurso no se presentó porque está en contra de mantener el Guiniguada como se conoce en la actualidad. “Habría sido una incoherencia por mi parte”, dice. “El principal problema del Guiniguada no es que la planta sea bonita o fea, que tenga arbolitos, piscinas o pérgolas encima de esa cubierta”, indica Sosa.
Pone sobre la mesa que varios puntos están enterrados de dos a tres metros como en la plaza Diego de León, la propia autovía, el aparcamiento del mercado o el entorno del Teatro Pérez Galdós. “Ese es el gran problema y eso no lo puedes resolver si no es quitando toda esa cubierta que tiene el barranco encima, dejando los pretiles y el barranco abierto”, agrega el arquitecto.
¿Una oportunidad perdida?
Detalla que no está calculado para la situación actual, sino para la que se vivía hace 50 años. “Todavía no lo veo como una oportunidad perdida porque no se ha ejecutado y a lo mejor no se ejecuta, pero sí lo fue en la convocatoria de ese concurso”, agrega Sosa, quien también es miembro de la asociación en defensa del arbolado y el paisaje de Gran Canaria (ADAPA).
Asevera que el cambio climático es un problema añadido porque, si hubiera una Dana, se correría el riesgo de que caigan coches y taponen el puente. “Aquí la solución habría sido una propuesta más radical de eliminar la losa y todo lo que hay encima, dejar el barranco como fue siempre durante millones de años y desde que existe la ciudad”, señala.