El Partido Popular en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha rechazado la prórroga de cinco años aprobada por el grupo de gobierno (PSOE, Podemos y Nueva Canarias) para mantener como centro de acogida de inmigrantes la parcela del antiguo Colegio León, en el barrio de El Lasso, y ha exigido que ese espacio vuelva a estar al servicio de los vecinos del Cono Sur.
La portavoz municipal del PP, Jimena Delgado, denuncia que esta decisión “consolida” un uso que se presentó como temporal durante el anterior mandato socialista. “La excepcionalidad se ha convertido en norma”, advirtió, acusando al gobierno de Carolina Darias de incumplir los compromisos adquiridos con los barrios.
“Espacios para los barrios"
El Partido Popular enmarca esta decisión en una “tendencia de consolidación” de grandes infraestructuras migratorias en la capital. En esa línea, recuerdan que el acuartelamiento Canarias 50, en La Isleta, también fue transformado en centro estable tras ser declarado de interés general por el Consejo de Ministros, a pesar de que el planeamiento urbano preveía en ese espacio zonas verdes y espacios libres.
En el caso de El Lasso, la parcela fue cedida inicialmente durante los picos migratorios de la ruta canaria. Ahora, la cesión ha sido prorrogada cinco años más, hasta un máximo de 75, algo que el PP considera una “perpetuación” de una solución de emergencia que debía haber sido puntual.
Delgado critica que decisiones como esta difieren recursos y retrasan proyectos de barrio, impidiendo que zonas vulnerables como La Isleta y El Lasso puedan disponer de equipamientos comunitarios, instalaciones deportivas o espacios culturales. “La Isleta necesita un pulmón verde; El Lasso, recursos para sus vecinos”, sentenció.
Críticas a la política migratoria
Desde el PP sostienen que Las Palmas de Gran Canaria se está consolidando como centro permanente de estancia e internamiento de migrantes, con la “total complicidad” del gobierno local. La formación insiste en que defiende una acogida digna e inmediata, pero reclama que las personas rescatadas por Salvamento Marítimo sean derivadas a la península en menos de 72 horas.
“La ciudad no puede convertirse en un macrocentro permanente”, advirtió Delgado, quien alertó de que las capacidades de acogida están al límite, generando situaciones de “hacinamiento que perjudican tanto a los migrantes como a los residentes”.
Demandas vecinales
El debate reabre un conflicto que va más allá de la acogida migratoria: la falta de equipamientos sociales, la degradación de espacios públicos y la sensación de abandono institucional que expresan muchos residentes de barrios periféricos.
En el caso de El Lasso, la plataforma vecinal El Lasso se Mueve lleva meses reclamando mejoras urgentes en transporte público, accesibilidad, limpieza y participación, insistiendo en que el antiguo colegio debía haberse devuelto al barrio para usos comunitarios. “No rechazamos la acogida, pero sí que se olviden de los vecinos”, han expresado en varias ocasiones.
