La intención de ser declarada zona tensionada y el objetivo de atraer turismo de más calidad —frente a más cantidad de visitantes— marcan parte de la actualidad municipal en Las Palmas de Gran Canaria. La ciudad llega este miércoles a Fitur buscando consolidar una imagen de destino urbano para marcar la diferencia en un mercado que ha estado colmado por el sol y playa durante décadas.
Pedro Quevedo es el concejal de Turismo del Consistorio y concede una entrevista a Atlántico Hoy en la que reflexiona acerca del exceso de pisos turísticos en la urbe capitalina, el papel de los guías turísticos, la movilidad o las cifras que registra la ciudad.
[Pregunta] El Ayuntamiento ha anunciado que pedirá al Gobierno de Canarias que la ciudad sea declarada zona tensionada. Según datos ofrecidos por el Consistorio, hay más de 5.000 viviendas vacacionales. ¿En el municipio sobran pisos turísticos?
[Respuesta] Nosotros habíamos solicitado como Ayuntamiento que el Gobierno analizase la declaración de zona residencial tensionada en abril del año pasado. Ante la reiterada actitud, primero de mirar para otro lado y después decir que eso es competencia municipal, lo cual es insólito, lo que hemos hecho a través del área de Urbanismo y junto con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria es decirle: “Le vamos a hacer el trabajo que debería haber hecho usted”.
¿Por qué han dado el paso definitivo?
Para tener los datos que acrediten que en efecto estamos hablando de una zona tensionada. Por cierto, no hace falta pensar mucho, no conozco a nadie que no lo tenga claro. Ahora se necesita que el Ejecutivo actúe porque la competencia en materia de vivienda es del Gobierno de Canarias, así está reflejado en el Estatuto de Autonomía. Que tengamos que recordar esto es algo asombroso.
¿Qué me dice de la vivienda vacacional?
Claro que existe una desregulación de la vivienda vacacional. Yo no estoy en contra de ese tipo de actividad por definición, pero sí de que no se regule. Porque entonces llega un momento en el que puede ocurrir, como ahora, que la dimensión de ese fenómeno tenga tal envergadura que acabe perjudicando a la población.
Los precios se han disparado.
No solo es el incremento de los precios, sino la ausencia absoluta de vivienda de alquiler, lo que genera unos problemas muy importantes. Tiene que haber un equilibrio en las cosas. Pero esas decisiones no se toman por ocurrencia, sino con datos.
¿Qué dicen los datos?
Que en efecto existen condiciones para pensar que se deben regular las cosas. No sólo es el precio del alquiler, es el tipo de acciones en un área determinada de la ciudad que afectan al urbanismo, a la vivienda y al conjunto de actividades para garantizar un mínimo de sostenibilidad. Le hemos hecho entrega al Gobierno de Canarias un trabajo de la máxima calidad, del que recomiendo encarecidamente la lectura.
¿Cuáles son las conclusiones que usted extrae del informe?
Acredita que esto no es ni un politiqueo ni estamos jugando a meterle el dedo en el ojo a nadie. Estamos tratando de poner en evidencia que tenemos un problemón y que hay que abordarlo y para eso es necesario que el marco legislativo esté a la altura.
Si no se aborda este problema en Las Palmas de Gran Canaria lo antes posible, ¿qué puede ocurrir a corto-medio plazo?
Lo que ya está ocurriendo es que empieza a haber dificultades extraordinariamente serias. Primero para encontrar un piso en alquiler y segundo para pagarlo, esto es insostenible. Nosotros tenemos que hablar de la sostenibilidad de las cosas, de la vida normal de la gente en una comunidad determinada.
¿A qué se refiere?
Que sea compatible con la gente que se dedica al negocio del alquiler y el negocio turístico porque es completamente legítimo. Ahora bien, nosotros tendremos que dimensionar cuál es la medida, esto no puede ser la ley de la selva. Porque entonces eso significa que a los fuertes les irá muy bien y a los demás les tocará huir. Hay que encontrar un equilibrio, no se trata de estigmatizar a nadie.
¿Con qué intenciones va Las Palmas de Gran Canaria a Fitur 2025?
Nosotros ya estamos en condiciones de consolidar una imagen distinta a la del destino turístico en conjunto de Canarias. Esta ciudad es un destino de turismo urbano. No somos lo mismo que la oferta mayoritaria que hay en Canarias, que es otro tipo de oferta. Eso necesita trabajarse para que se reconozca.
¿Por dónde hay que empezar?
No es lo mismo un destino urbano que el de turismo de masas y de sol y playa puro y duro porque son actividades distintas. Hemos conseguido consolidar en Fitur una idea de que hay que venir para ir a la playa a tomar el sol y a comprar tabaco porque es más barato [que en el resto del país]. Yo creo que esa imagen se ha acabado.
¿Se ha terminado del todo?
Claro que tenemos sol y playa, de lo contrario no vendría la gente, eso lo tengo clarísimo. Pero después hay otros atributos como la actividad cultural, la historia, la arquitectura, las actividades desde las deportivas hasta las vinculadas al medioambiente o una gastronomía emergente potentísima. Todo eso permite que nosotros podamos hacer algo bastante complicado: tratar de segmentar qué público es el que nos interesa.
¿Cuál es el mensaje que quieren transmitir?
La idea es decir: "Oiga, si usted va a Las Palmas de Gran Canaria verá que no hay en el Estado español una ciudad con esta cantidad de población que disponga de una actividad cultural así". Desde los más pequeños hasta los mayores encontrarán algo que hacer a lo largo del día que vaya más allá de ponerse en la playa a tomar el sol. Además se podrá vincular esto a las actividades deportivas, al conocimiento o a nuestra naturaleza.
¿Este discurso funciona a la hora de convencer al turista? Lo pregunto porque imagino que será complicado competir contra destinos como Maspalomas, Mogán o Puerto de La Cruz en Tenerife.
Sí, pero por eso nosotros lo primero que hicimos es aclarar que no compartimos el mismo plano. No nos interesa tener tres millones de visitantes. Yo calculo que alrededor de 460 mil habremos tenido este año y tengo que recordar que la población de Las Palmas de Gran Canaria es de 380.000.
¿Les preocupa la cifra?
Esto no es una ciudad turística, es una ciudad que tiene actividad turística. Si tú le generas un impacto de esta envergadura, o eso se hace bien o acabas teniendo un problema. Por eso vamos a plantear en nuestro plan de marketing que debe estar enfocado hacia la sostenibilidad.
¿Hacia dónde van?
Tenemos que conseguir que la política turística no sea solo contar turistas. Esto es más calidad que cantidad porque no lo podemos resistir por nuestra estructura. Asociado a eso vamos a presentar un plan de trabajo para prevenir la turismofobia en nuestra ciudad.
¿Han detectado turismofobia en la ciudad?
Tenemos hechos estudios sociológicos potentes entre los años 2019 y 2024 que dicen que el fenómeno de la turismofobia afortunadamente es muy escaso, el 5%. Pero también es cierto que el 80% de la gente dice que la actividad turística genera incremento de los precios y disminución de la vivienda de alquiler. Si esto sigue creciendo, acabaremos teniendo un problema.
En definitiva, redirigir el camino.
Nuestra obligación es tratar de orientar nuestra oferta hacia un público más selectivo, más respetuoso con lo que somos. Que nos sirva para crecer a nosotros mismos, hace falta un trabajo interno.
De lo contrario, ¿qué puede ocurrir?
Debemos tratar de prevenir un fenómeno que aún no es relevante, pero hay que evitar a toda costa morir de éxito. Yo creo que estamos francamente en nuestros límites. Hay un crecimiento de la actividad. Los ingresos totales del sector han pasado en el año 2009 de 47 millones de euros a unos 90 millones que va a ser al final de 2024.
¿Cómo puede venderse en Fitur, a nivel turístico, un producto como Canarias? Es casi como vender una Coca-Cola, todo el mundo la conoce y la compra.
Nosotros hemos conseguido que la gente se acerque a nosotros para hablar de la gastronomía, de la cultura o del surf. Y esto no ocurría al principio, era un destino de sol y playa con el tabaco más barato que en el resto de España. Hemos conseguido invertir una dinámica que se empieza a notar además en los datos.
¿De qué manera?
Nosotros teníamos en el verano un período terrorífico para el sector, porque había una caída brutal de la actividad turística que le hacía sufrir muchísimo. Hemos recuperado la actividad en verano, hay una inversión de lo que era la estacionalidad turística en esta ciudad y la inversión también afecta al tipo de personas que nos visitan.
El turismo español siempre ha tenido un peso importante.
Quien nos salvaba el verano siempre era el turismo español, que sigue siendo enormemente importante, pero es que ya son más las personas extranjeras que nos visitan en agosto que los propios nacionales. El prestigio del destino está muy por encima de lo que se registraba antes. Hay también un incremento del turismo francés, que no se había producido nunca, relacionado con la con las actividades que hemos vinculado.
¿Qué tipo de mercados buscan de cara a potenciar la calidad frente a la calidad? Entiendo que el alemán y el británico están más que consolidados, ¿pero el resto?
Nosotros no vamos ni a Alemania ni a Inglaterra a sus ferias. Aunque tenemos mucho turismo en esos países, está muy consolidado y no nos visitan por que nosotros vayamos a las ferias, sino que hay una tradición. Mientras haya calidad se mantendrá.
Entonces, ¿qué buscan?
Estamos tratando de potenciar nuestro carácter cultural con las actividades propias de un sector urbano. Son actividades que nos muestran de una forma distinta a lo que debería ser un turismo un destino turístico al uso. Eso se asocia a un tipo de colectivo: el turismo familiar y el de parejas. Lo tenemos identificado desde hace muchos años.
Hay gente que viene en relación con determinado tipo de festivales. Desde el de ópera pasando por el de jazz. Y por el de Sun Festival, que nos demostró el otro día con datos que hay un montón de gente que viene a él y además aprovecha para quedarse.
La música es un buen atractivo turístico.
Este próximo año haremos en un montón de comunidades españolas un conjunto de conciertos interesantísimos asociados al Blues. Los vamos a elegir para promocionarlos donde nos interesa.
¿Dónde será?
Existe una tradición de relación con Canarias en el País Vasco, Cataluña, Madrid, en Asturias hemos detectado un incremento. Es decir, donde al final hay vuelos directos. Por eso vamos a plantear el próximo año ir a Murcia, no hemos estado nunca.
Al final se trata de segmentar el público.
Tú no puedes ponerte en la playa de La Laja y decir: "Usted entra y usted no". Pero sí puedes saber lo que promocionas. En el análisis para la prevención de la turismofobia es muy importante ver cómo nos concebimos a nosotros mismos. Si potenciamos nuestra singularidades o un respeto por nuestra historia. Porque eso hace que quien te visita lo valore.
¿Cómo se compagina la actividad turística, la movilidad y tener una ciudad policéntrica? Hay muchos puntos de interés como Las Canteras, Vegueta, Triana, Santa Catalina o Mesa y López.
Nosotros tenemos una urbe multicultural, abierta por definición y bastante colmatada, que genera dificultades de movilidad. Eso sí, usted dice una cosa muy importante: es una ciudad policéntrica. Lo cual es muy interesante para mucha gente. También es verdad que nosotros sabemos que hay dos focos fundamentales de movimiento: uno está relacionado con los cascos históricos, son enormemente importantes siempre. Por suerte, el Museo Colón es uno de los lugares más visitados de Canarias.
¿Y el segundo?
El otro es el entorno de puerto-canteras. Es dinamismo, actividad y apertura. Yo no detecto dificultades de movilidad. Después tenemos guaguas turísticas que funcionan bien. En Fitur comentaremos otra forma de transporte que les va a interesar mucho pero no puedo contar todavía.
No sé si tienen datos registrados al respecto, pero da la sensación de que en Las Palmas de Gran Canaria cada vez hay más freetours. En otras ciudades españolas y europeas son comunes desde hace tiempo, pero aquí parece que han tardado en llegar.
Aprovecho para contar algo que nunca había dicho y está mal no haberlo hecho. Nosotros hemos tenido aquí un problema gravísimo de intrusismo en la gente que se dedicaba a hacer de guía. Hemos hecho una campaña potentísima contra el intrusismo junto con la Policía Local, que nos han ayudado muchísimo, han hecho un gran trabajo con esto. Tenemos un colectivo de guías turísticos francamente cualificados.
¿Cómo lo han conseguido?
Hicimos un curso de formación para guías turísticos, de alto nivel que ha servido para muchísimo y que hay que volver a repetir si somos capaces. Tenemos entonces un prestigio en la actividad asociado al desarrollo del modelo de la guagua turística. También hay lugares de interés que se han incorporado con claridad.
¿Por ejemplo?
El entorno del Parque Doramas, Hotel Santa Catalina o Pueblo Canario son una joya total y absoluta de esta ciudad. Y este tipo de tours ayudan a contarlo. Yo creo que al haber tanto punto de interés como este han hecho que en la actividad se acabe imponiendo porque es natural y es lógica. Tengo que romper una lanza a favor del colectivo de guías turísticos, que está sumamente cualificado, y son embajadores del destino.