La colocación de gálibos para impedir autocaravanas y furgones vivienda en el aparcamiento de El Rincón pone de actualidad una situación insólita, la de un vecino que lleva una década residiendo en un vehículo estacionado al fondo del recinto municipal.
El parking intermodal de El Rincón, que es gestionado por la Sociedad Municipal de Aparcamientos de Las Palmas de Gran Canaria SA (Sagulpa), nació a finales de 2014 con una filosofía: dejar el coche a la entrada norte de la ciudad y moverse en guagua, fomentado la rotación de plazas y la descongestión del tráfico.
Prohibición
Desde entonces se toleró la entrada de furgones altos y autocaravanas, como acredita la historia del vecino 'empadronado' en el aparcamiento, pero la proliferación de situaciones insalubres ha llevado a Sagulpa a prohibir el acceso a los vehículos con más de 2,2 metros de altura.

Dentro del parking, sin embargo, permanecen tres furgones camper, que lógicamente entraron antes de ponerse los gálibos: uno es del hombre que vive de manera permanente, y los otros dos pertenecen a ciudadanos extranjeros que han dejado ahí sus vehículos, presumiblemente con el propósito de viajar, trabajar y volver a Gran Canaria cuando la situación sea propicia.
Diferentes trabajadores municipales confirman la rocambolesca situación de las tres furgonetas: una vieja y destartalada Iveco, una coqueta Volkswagen T3 que está bien conservada y una moderna Citroën Jumper.
Abandono y dejadez
La situación del Iveco es la más sangrante: está oxidada y carcomida por años de salitre, cubierta de parasoles o trapos en los cristales para tener intimidad y tiene un pequeño panel solar en el capó, que le permite disponer de luz en su interior.
Sagulpa ha intentado que su dueño saque el vehículo y abandone la plaza ocupada, pero el abonado asegura que no tiene a donde ir y que de ahí no se mueve.
Hasta hace poco pagaba la cuota mensual del parking, pero la empresa municipal ha dejado de cobrarla para iniciar el procedimiento de desahucio.

A la espera
Desde la empresa municipal, a través de un portavoz, confirman que están a la espera de que el inquilino abandone el aparcamiento, pero rechazan dar explicaciones sobre el posible desahucio.
Tampoco aclara Sagulpa de manera oficial la situación de los otros dos furgones. Cuando se pusieron las barreras, en noviembre de 2024, estos vehículos llevaban meses estacionados, por lo que pueden llevar cerca del año ocupando plazas destinadas a la rotación.
Discriminación
La colocación de los gálibos ha suscitado críticas y manifestaciones por parte de las colectivos de autocaravanas, que consideran esa medida discriminatoria para sus vehículos, además de ineficaz para atajar las situaciones de insalubridad.
Y es que los furgones bajos, sin baños y otros equipos, continúan pernoctando en el parking municipal, alguno incluso con la alfombra en forma de césped a los pies de la puerta corredera o el balde fuera para los desechos.
La higiene del lugar, en cualquier caso, ha mejorado con esa prohibición radical, que impide estacionar en suelo de propiedad municipal a cualquier tipo de vehículo con más de 2,2 metros de altura.