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Carlos Arias Navarro anunciando el fallecimiento del dictador Francisco Franco.

¿Franco ha muerto?

A Franco lo resucitan cada dos por tres los de la derecha y los de la izquierda

Yo tenía ocho años y un señor compungido contaba en la tele que Franco había muerto. Recuerdo el silencio en las calles, las miradas de la gente y, sobre todo, me acuerdo de que no hubo clases en el colegio al día siguiente. También se me aparecen los primeros televisores en color que retransmitían en los escaparates de los comercios la muerte de aquel señor cuya fotografía estaba en el centro del aula, de los billetes, de las monedas y de los sellos. Estaba en todas partes, también en la adoración y en el odio de las personas, por eso creo que ha costado tanto enterrarlo y olvidarlo, como enterramos y olvidamos a quienes ya no están para seguir viviendo una vida nueva, con otra gente, otros gobernantes y otros escenarios.

A Franco lo resucitan cada dos por tres los de la derecha y los de la izquierda. A veces me pongo en el lugar de quienes nacieron después de los ochenta, y no digamos en el siglo XXI, y me los imagino tratando de asimilar y de entender lo que nunca conocieron, un mundo autárquico y en blanco y negro tan diferente a este que, muchas veces, se me parece más a una vieja novela decimonónica leída en la adolescencia que a aquello que viví cuando no entendía la mitad de lo que pasaba a mi alrededor. Sí recuerdo que a los pocos días de fallecer apareció en todas las instituciones, tiendas y carteleras el mensaje enmarcado de Franco, que yo creo que estuvo en esos lugares hasta que llegó el PSOE en 1982.

Colegios

Hubo una novela de Vizcaíno Casas, que luego llevaron al cine, en la que Franco resucitaba y se les aparecía a todos los que al día siguiente habían renegado de su franquismo. Ese fantasma de Franco es el que sigue en el subconsciente de los españoles, pero ya digo que para los jóvenes deber ser como lo que era para nosotros Fernando VII, un cuadro de alguien que nunca vimos y del que nos decían que había marcado la historia de España. Uno creía que se había pasado la página de Franco, o por lo menos así lo recuerdo en los ochenta y los noventa, pero, de repente, ya muy entrados en el siglo XXI, es la gran cortina de humo detrás de las que todos quieren esconderse para despistar a los televidentes, porque Franco lleva apareciendo en televisión desde hace cinco años cada dos por tres, y sí, claro que hay que conocer la historia para no repetirla, pero la historia no se debe contar en la televisión sino en los colegios, y creo que ahí, visto lo visto con el resurgir de tantos jóvenes que lo tienen como referente, se ha contado mal desde el día siguiente de su fallecimiento.

Ya digo que lo que yo recuerdo es que no hubo que ir al colegio y aquellas teles en color por las calles, lo que comparado con el mundo de hoy sería como emparentar la Edad Media con Blade Runner. De aquel lejano 1975 sí me acuerdo de la muerte de Antonio Afonso Moreno, Tonono, unos meses antes. Esa muerte sí que nos impactó a los niños de entonces. Tonono jugaba limpio, y no humillaba, ni amedrentaba a los contrarios.