Rusia refuerza su presencia militar al este de Canarias: desde Libia hasta Mali

Cinco barcos rusos han desembarcado toneladas de material militar durante el último mes y medio en Libia, país que se ha convertido en la puerta de entrada de sus tropas en el Sahel

Guardar

Manifestantes exhiben banderas de Níger y Rusia durante una marcha por las calles de Niamey que exige la retirada de tropas de Estados Unidos del país africano. / ISSIFOU DJIBO-EFE
Manifestantes exhiben banderas de Níger y Rusia durante una marcha por las calles de Niamey que exige la retirada de tropas de Estados Unidos del país africano. / ISSIFOU DJIBO-EFE

El 26 de febrero, tras una conferencia de apoyo a Ucrania, Emmanuele Macron se descolgó con una advertencia a Rusia. "Hoy no existe un consenso para enviar de forma oficial, asumida y decidida fuerzas terrestres", pero "nada debe excluirse", sugirió el presidente francés. Sus declaraciones no fueron producto de un desliz ni fueron malinterpretadas por la prensa. Apenas dos semanas después, Macron insistió en la posibilidad de mandar tropas al frente. "Todas las opciones son posibles", reiteró.

Las declaraciones del presidente de Francia revolvieron Europa y la sombra de un nuevo casus belli capaz de desatar un conflico entre Rusia y la OTAN ensombreció el Viejo Continente. "Francia ya se ha visto arrastrada a la guerra en Ucrania", afirmó días después el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. "De hecho, participa indirectamente en esta guerra y, a juzgar por las declaraciones del presidente Macron, no está en contra de aumentar su implicación". 

Puerta de entrada

Políticos, analistas y contertulios opinaron y analizaron esos días la posibilidad de que el frente en Ucrania se convirtiera en el germen de una nueva guerra mundial. Pocos, sin embargo, repararon en que no muy lejos de Canarias, al este, en el Sahel, Francia y Rusia mantienen desde hace meses un pulso geopolítico que deteriora la relación entre ambas naciones y traza un nuevo orden en una región que puede condicionar la realidad del Archipiélago a medio y largo plazo.

Imágenes de los cuatro navíos rusos que formaban un convoy que cruzó el Estrecho el 22 de marzo. / MICHAEL J. SANCHEZ
Imágenes de los cuatro navíos rusos que formaban un convoy que cruzó el Estrecho el 22 de marzo. / MICHAEL J. SANCHEZ

En el último mes y medio, según informan medios locales como The Libya Observer o la plataforma Fawasel, cinco buques rusos han descargado toneladas de material militar —artillería remolcada, vehículos blindados de transporte de personal y lanzacohetes— en el puerto de de Al-Hariga en TobrukLos navíos, que partieron desde Tartus (Siria), arribaron después de varias visitas del viceministro de defensa de Rusia, Yunus-Bek Yevkurov, al general Khalifa Haftar, el hombre fuerte que gobierna el este de Libia.

Africa Corps

El desembarco de armas rusas en Tobruk, unido a la presencia en la ciudad libia de tropas de Africa Corps —la cohorte de mercenarios controlada por el Kremlin después de que el gobierno de Putin desmantelara el Grupo Wagner tras la muerte de su líder, Yevgeny Prigozhin—, tiene dos posibles explicaciones para diferentes analistas militares: o el apoyo al general Haftar en su empeño por unificar el país o que Libia se haya convertido en la puerta de entrada de Rusia en el Sahel.  

"El este de Libia se está convirtiendo en una importante estación de paso hacia África para Rusia, y esto se produce después de que Estados Unidos abusara gravemente de Haftar”, advierte Ben Fishman, investigador principal del Instituto de Política de Oriente Próximo de Washington (EE UU), quien además añade que "ha habido un intento continuo de Estados Unidos de dialogar con Haftar, en lugar de aislarlo, pero él ha desafiado repetidamente nuestras solicitudes y las de la ONU y se ha acercado a Rusia".

Burkina Faso y Níger

Durante los 12 últimos meses, el Sahel ha sido escenario de dos golpes de Estado que han alterado el paisaje.

En Burkina Faso, los errores en la guerra contra el yihadismo fueron la excusa que argumentó el capitán de artillería Ibrahim Traoré para justificar el levantamiento contra Paul-Henri Sandaogo Damiba. El nuevo líder ha optado por abrir las puertas del país a Rusia: el Kremlin, a través de la compañía estatal Rosatom, construirá una central nuclear con el objetivo de llevar electricidad al 95% de las zonas urbanas y al 50% de las zonas rurales para 2050 —hoy sólo un 19% de la población de la nación tiene acceso al suministro—. En enero del año pasado, además, las autoridades del país exigieron a Macron la retirada de sus tropas en el plazo de un mes. Esa decisión fue el paso previo para la llegada de unidades rusas de su Africa Corps.

91fbc88ac133d59e08bfb27f1a6b8ff2656e68f3
Tres hombres a caballo participan en las marchas de apoyo al gobierno de Níger tras su decisión de expulsar del país a tropas de EE UU. / ISSIFOU DJIBO-EFE

El pasado verano, en Níger, Mohamed Bazoum fue derrocado por una asonada militar liderada por Abdourahamane Tchiani. Poco meses después —en diciembre— las tropas gala dejaron el país, pero la pérdida para Macron y la República va más allá de la presencia militar: en el país africano hay uranio —es proveedor para los 56 reactores nucleares de Francia— y se produce petróleo desde 2011 —cuando el yacimiento de Agadem comenzó a producir merced a la compañía formada por el propio Estado y PetroChina, que posee el 60%, tras una inversión de 4.000 millones de dólares—. 

Mali, Marruecos y Argelia

Los cambios en Mali se registraron antes que en Burkina Faso y Níger, en 2021, cuando el coronel Assimi Goïta dio un golpe de Estado que se llevó por delante al presidente Ba N'Daou y al primer ministro Moctar Ouane. Desde entonces, el gobierno del país —con la ayuda de Rusia— ha combatido el yihadismo. Así, por ejemplo, el 14 de noviembre del año pasado recuperó la ciudad de Kidal. Con un subsuelo rico en agua y uranio, el gobierno local desalojó a las tropas francesas de las bases de Menaka, Gossi y Tombuctú. Allí, ahora, descansan las tropas rusas de Africa Corps.

Un tanque estadounidense capturado por el ejército ruso en Ucrania se exhibe en las calles de Moscú. /
Un tanque estadounidense capturado por el ejército ruso en Ucrania se exhibe en las calles de Moscú. / YURI KOCHETKOV- EFE

El empeño de Mali por tener una vía de acceso a una salida al Atlántico ha multiplicado la tensión entre Marruecos y Argelia —dos países que rompieron relaciones diplomáticas en 2021—. En el Magreb, con Estados Unidos e Israel convertidos en aliados del reino alauita y Rusia despuntando como principal apoyo del gobierno de Argel se vive hoy, casi 35 años después de la caída del Muro de Berlín, un simulacro de regreso a la Guerra Fría.

Franco CFA y cambios en Senegal

Sin militares galos, los intereses del Eliseo —y las compañías francesas— se debilitan sobre el terreno. El 16 de septiembre de 2023, Mali, Níger y Burkina Faso firmaron la Carta Liptako-Gourma, que establece una nueva alianza entre estos tres estados africanos francófonos del Sahel. Esa coalición sentó las bases para cambios aún mayores, como dejar de usar como moneda el Franco CFA, para muchos un vínculo con el colonialismo.

En Senegal, el último gran aliado francés en la región, las elecciones presidenciales del mes pasado certificaron el triunfo en las urnas de la coalición liderada por Bassirou Faye —alianza que cubrió el hueco de los Patriotas Africanos de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad, ilegalizados meses antes por el gobierno de Macky Sall—. Ese triunfo también abre la puerta a una nueva ruta política alejada de Francia que también puede derivar en la salida de Senegal del Franco CFA.