La presencia de personas en situación de calle en distintos enclaves de Santa Cruz de Tenerife no pasa inadvertida para casi nadie. Hace unos meses el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife elevaba la voz pidiendo mayor implicación y compromiso a otras administraciones y municipios para atender a las 732 personas que deambulan por las calles santacruceras.
El Consistorio tiene en marcha diferentes recursos de mayor y menor exigencia para que los afectados reciban la atención básica, principalmente. Pero, además de las opciones municipales existen otras que están bajo la responsabilidad del tercer sector, como es el caso de Café y Calor, bajo el paraguas de Cáritas Tenerife.
Hombres adultos
Las dependencias de Café y Calor se encuentran en la Avenida de Bélgica de la capital chicharrera y es un recurso alojativo nocturno de baja exigencia para hombres adultos en situación de sin hogar.
Este proyecto nace en 1998 para dar respuesta a las personas en situación de calle que demandaban ayuda en las Cáritas parroquiales de la zona. En principio prestaba una ayuda básicamente asistencial, ofreciendo alojamiento nocturno, cena y desayuno.
Con el tiempo, la intervención ha ido adaptándose al Modelo de Acción Social (MAS) de Cáritas, que ofrece herramientas para intervenir con la persona de forma integral con el foco en la mirada de derechos.
Acceso
Cecilia Cruz, coordinadora de los recursos alojativos de Cáritas Diocesana de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, ha explicado a Atlántico Hoy, que Café y Calor es un lugar donde se acoge a hombres, exclusivamente, y la manera de acceder es a través de los Servicios Sociales del Ayuntamiento, “principalmente porque estas personas tienen unos derechos y son los garantes de estos derechos quienes tienen que valorarlos”.
“Evidentemente, si una persona llega por la puerta, solicitando una plaza para pasar la noche, también se hace una valoración y se la intenta ayudar”, comenta y añade que, aunque hayan venido por su cuenta se las deriva a que sean valoradas por las entidades públicas, “sobre todo para que tengan conocimiento de ese realidad”.
Distribución
Café y Calor cuenta con camas y literas que están dispuestas en diferentes habitaciones compartidas de una casa antigua, de los años 60. “Antes de la llegada de la pandemia por la covid había más plazas”, expone Cruz, indicando que, debido a las restricciones se tuvieron que eliminar algunas, “pero eso ha servido para dar más amplitud en las habitaciones y mayor intimidad a los usuarios”.
El recurso alojativo de Cáritas es atendido por 5 trabajadores y 28 voluntarios, siendo el único requisito de entrada el de encontrarse en una situación de sinhogarismo.
Reinserción
Las personas que acceden a Café y Calor no solo son atendidas en la ayuda básica, sino que, además, forman parte de un proceso individual hacia la inclusión social según los ritmos que va marcando cada una. “Todos los casos no son iguales: unos resultan de fácil inserción y otros requieren de algo más de trabajo”, apunta la coordinadora.
Al ser este alojamiento básicamente de estancia nocturna, mantener una intervención socioeducativa con los usuarios con el fin de lograr su inserción social puede resultar un tanto complicado, “con lo que algunos casos son derivados a nuestros pisos de 24 horas”, donde las líneas de actuación se extienden e intensifican.
Café y Calor consta de 20 plazas y su horario es de 20.00 a 08.00 horas, de lunes a sábado. Los domingos y festivos está abierto las 24 horas del día.