Las lluvias torrenciales y la sequía, los principales retos climáticos de Santa Cruz

El municipio ya ha consolidado el plan que marcará la senda para restar virulencia a los efectos del cambio climático

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Desembocadura del Barranco de Santos, en Santa Cruz de Tenerife, un punto especialmente vulnerable en los momentos de lluvias torrenciales. / ATLÁNTICO HOY
Desembocadura del Barranco de Santos, en Santa Cruz de Tenerife, un punto especialmente vulnerable en los momentos de lluvias torrenciales. / ATLÁNTICO HOY

Pese a que Santa Cruz de Tenerife acogerá por primera vez en su pleno a partidos políticos que niegan el cambio climático, el municipio es uno de los territorios de las islas que ven las consecuencias de este fenómeno con especial preocupación. Lluvias torrenciales, la sequía, el aumento de la temperatura, los cambios en los ecosistemas, el polvo sahariano y la prolongación de las olas de calor son los principales fenómenos que afectarán especialmente a este municipio, que ya se prepara para hacerles frente. 

Este miércoles se ha publicado de forma definitiva el Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible (PACES) de la capital tras su aprobación en sesión plenaria el pasado 31 de marzo y el transcurso del proceso de exposición pública pertinente. El documento analiza los principales efectos que pueden afectar su territorio y establece un plan de acción, con el seguimiento del mismo. Un texto que se ha publicado en el boletín provincial al mismo tiempo que se publicaba en el boletín regional la Estrategia Canaria de Acción Climáticaque marca la labor a seguir de los próximos 20 años.

Ejes prioritarios

Ambos documentos plantean las líneas de trabajo que las diferentes administraciones deben ejecutar para hacer frente a las transformaciones que provocará el cambio climático. En concreto, el PACES, analiza los principales riesgos a los que se enfrenta la capital tinerfeña, con la adaptación a las temperaturas altas en el periodo estival y al déficit hídrico como los “dos aspectos más relevantes desde el punto de vista del establecimiento de líneas prioritarias”. 

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Zona rural de Anaga. / PIXABAY

Prioritarias por la baja capacidad de adaptación que tiene el municipio. El análisis de las vulnerabilidades de la capital concluye que sufrirá un alto impacto en el incremento en la duración, frecuencia e intensidad de las olas de calor ya que “Santa Cruz de Tenerife cuenta con un entorno forestal pero que no puede contribuir a amortiguar los efectos de las olas de calor”. 

Olas de calor y sequía

La posibilidad que plantea el texto es la intensidad de las olas de calor “llegando a temperaturas máximas de 42ºC”. Ante ello el PACES ya contempla un efecto en el consumo energético al tener en cuenta que las altas temperaturas que pueden provocar el cambio climático “previsiblemente ocasionarán un aumento en la demanda energética vinculada a la refrigeración y aumento del riesgo de incendios en las zonas forestales y especialmente de interfaz urbana-rural”. 

Frente a ello, está la incapacidad del municipio para adaptarse a un escenario de déficit hídrico, que consideran bajo, “entendiendo que las exigencias en materia de ahorro y eficiencia en el uso del agua puede contribuir a reducir notablemente la demanda de agua”. El texto asegura que “el municipio no dispone, con carácter general, de una situación socioeconómica adecuada para afrontar este tipo de medidas” y admiten la vulnerabilidad “a la reducción de la disponibilidad de agua debido a su modelo económico y el consumo humano”. 

Incendios virulentos

Estos dos factores no son los únicos con una vulnerabilidad “alta” para Santa Cruz de Tenerife frente al cambio climático. La virulencia de los incendios forestales también se establecen como otro gran punto débil de la capital, especialmente focalizado en el Parque Rural de Anaga, entorno que abarca 140 kilómetros cuadrados, en su mayoría pertenecientes a la capital chicharrera. 

Estos son solo algunos de los 10 impactos potenciales que contempla el documento, que deja fuera de esta calificación las lluvias torrenciales (aunque sí menciona las inundaciones como una vulnerabilidad “media”). Sin embargo, a nivel de Canarias “las precipitaciones de elevada intensidad horaria, que generan episodios de torrencialidad e inundaciones, suponen la principal amenaza climática”. Justo el municipio de Santa Cruz protagoniza algunas de las imágenes más dramáticas en los momentos de intensas lluvias, con las calles visiblemente inundadas. 

Inundaciones tras un temporal en Santa Cruz de Tenerife./ Archivo
Inundaciones tras un temporal en Santa Cruz de Tenerife./ Archivo

Lluvias torrenciales

Así, se esperan precipitaciones torrenciales en todo el municipio, afectando especialmente a infraestructuras estratégicas como carreteras, puntos de distribución de energía o áreas cercanas a los barrancos, aunque en especial en “la zona costera fuertemente modificada como el frente litoral ocupado por el Puerto de Santa Cruz de Tenerife e infraestructuras y construcciones que han quedado por debajo del nivel de dicho frente”. 

En especial, este riesgo afecta “de manera particular” al barrio de San Andrés, a la zona antiguamente conocida como Llanos de Regla, entre las desembocaduras de los barrancos de Santos y de El Hierro, y a la ensenada sobre la que confluyen y desembocan los barrancos de Ancheta y La Leña.

Las lluvias torrenciales potencian además la pérdida de suelo, que se dará por el cambio al clima semiárido que provocará el cambio climático. Sequías, temporales de viento y la llegada de masas de aire sahariano son otros de los factores a los que Canarias ya está acostumbrada pero que se prevén que se intensifiquen con el calentamiento global. Frente a todo ello, el documento recoge varias líneas de actuación que se revisarán de manera bianual, además de que cada cuatro años obligatoriamente se deberá aportar un informe completo de las acciones ejecutadas por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife para contrarestar las debilidades que enfrenta frente al cambio climático.