El Barranco de Tahodio nace en la Hoya de las palomas y desemboca en la dársena del Puerto de Santa Cruz, atravesando Anaga y discurriendo hasta marcar la separación entre el distrito de Centro Ifara y el distrito de Anaga.
Al paso del cauce entre Residencial Anaga y el Barrio de La Alegría, el barranco se muestra amplio y limpio. Salvo una silla vieja que espera por alguien debajo del túnel de la desembocadura a la altura de la gasolinera, la vista agradece el paisaje de pequeños arbustos y el paisanaje de un joven que juega con sus perros.
Altura del barranco
Salvo que la lluvia haga su aparición y forme una avenida de agua, la barranquera no ofrece mayor peligro en su fondo, pero en los laterales superiores la inseguridad es palpable.
“La distancia hasta el fondo del barranco puede estar entre los 15 y 20 metros y la altura desde ese puente central, para cruzar a ambos lados, puede llegar a medir algo más de 20 metros”, comenta a Atlántico Hoy un vecino (prefiere guardar su identidad) de Residencial Anaga, quien ha alertado del peligro que supone este lugar, sobre todo, teniendo en cuenta que hay varios colegios e institutos cercanos, lo que implica que el lugar esté frecuentado constantemente por menores.
Altura muros
Del lado de Ifara, los muros del barranco no sobrepasan los 60 centímetros de altura; en el lado de Anaga, por el acceso al barrio de La Alegría, la altura del muro no sobrepasa los 40 centímetros. “Por aquí ya han caído varias personas al fondo”, destaca el vecino.
“Del lado de Residencial Anaga todavía no se ha ido abajo nadie, pero también es verdad que la gente cruza y va por la otra acera, junto a los edificios, para no tropezar”, indica y añade: “Si te fijas está toda levantada por las raíces de los árboles, como tropieces y no te dé tiempo a agarrarte te vas al fondo”.
Reiterada petición
Explica este chicharrero que este problema no es nuevo y se le ha comunicado a los representantes políticos -tanto en periodo electoral como durante el mandato-, en diferentes ocasiones. “Y siempre es más de lo mismo”, matiza.
“Cuando las elecciones, en mayo de 2023, estuvo el alcalde por aquí y algunas personas que tenían niños en el colegio le hablaron de la inseguridad del muro. Hace unos meses se arregló por la zonas de los colegios e institutos colocando unas vallas, pero eso ya es el distrito de Anaga”, manifiesta.
Aceras
Según expresa, en aquel momento dijeron que no se podía actuar porque era una iniciativa que correspondía al Consejo Insular de Aguas de Tenerife (CIATF), pero poco después concluyeron que, al tratarse de un cauce municipal, los trabajos de protección debían ser realizados por la corporación local.
La falta de visibilidad nocturna también elevaba la queja de los vecinos. El alumbrado público en torno al veril del barranco era deficiente, pero ese problema se ha solucionado, “después de varios años pidiéndolo”.
Raíces
Comenta que la luz de las farolas quedaba apagada por el ramal de los árboles, al estar situada la lámpara por encima del follaje. “Ahora han puesto unos puntos de luz más abajo que permiten ver la acera, con lo que el peligro de pasar por aquí durante la noche ha disminuido”, narra, señalando a los muchos desperfectos del acerado.
El desnivel es palpable, sobre todo junto a los alcorques de los árboles donde los troncos ya no encuentran espacio para su desarrollo, sus raíces tampoco y presionan por salir al exterior, abombando el pavimento, lo que dificulta el tránsito de cualquier viandante y aumenta el peligro de caer.
Compromiso
Hace unos días la zona fue visitada por el alcalde, José Manuel Bermúdez; el primer teniente de alcalde, Carlos Tarife y por la concejal de distrito Centro Ifara, Purificación Davila, entre otros, a quienes los vecinos reiteraron algunas de sus demandas, entre las que se encuentra la inseguridad que representa la poca altura de los muros laterales que dan al barranco.
“Van pasando los años y los años y aquí no se hace nada”, lamenta, concluyendo que este es un asunto al que se debe poner solución, con fecha y presupuesto, y no postergar en el tiempo.
