La contaminación lumínica es la principal causa de deslumbramiento y caída de pardelas cenicientas (Calonectris borealis) en Canarias. Cada año, miles de pollos de esta especie se ven afectados al confundir las luces artificiales con la luz de la luna, referencias que utilizan para orientarse en su primer vuelo hacia el océano.
En 2024, la campaña de rescate del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre La Tahonilla registró 3.446 ejemplares deslumbrados, con Adeje, Arona y Santiago del Teide como los municipios con mayor número de rescates y también con mayor número de muertes: 98.
Las luces del turismo
Los avisos de pardelas deslumbradas provienen principalmente de hoteles y zonas turísticas. Y no son solo las pardelas, cada año se ven afectadas miles de aves marinas deslumbradas por las luces de las casas, edificios públicos, aeropuertos, puertos, gasolineras, avenidas y carreteras en todo el Archipiélago.
Felipe Trujillo, responsable del centro, destacó la necesidad de tomar medidas para reducir el impacto de la iluminación artificial, durante las Jornadas sobre Contaminación Lumínica y Biodiversidad organizadas por SEO/Bird Life en el Museo de la Ciencia y el Cosmos: "Es necesario el apagado de luces innecesarias en las costas y áreas cercanas".
Otras amenazas
Este tipo de campañas tienen una ventaja añadida: ayudan a recopilar datos sobre sus migraciones, en las que recorren largas distancias. En 2024, por ejemplo, un ejemplar rescatado en Candelaria en fue identificado en Cayo Coco (Cuba) y, en 2010, un ejemplar rescatado en Los Cristianos cuatro años antes apareció en Mossel Bay (Sudáfrica).
Otras amenaza para la pardela es que su alimentación está ligada a la disponibilidad de atunes y otros peces pelágicos como el pez espada o la caballa, que están sufriendo cambios en las rutas, lo que afecta su supervivencia. Trujillo señaló, sin embargo, que los daños por por vertidos han disminuído: "Ahora vemos alguna que cae en un tanque de de de de aceite de algún muelle, pero no no es no es lo más frecuente".
Calor y microplásticos
Aunque la contaminación lumínica es el principal problema, el cambio climático también está afectando a la especie. Trujillo explicó que las altas temperaturas registradas en 2024 pueden haber influido en el estado de las crías "toleran bien el frío, pero no el calor".
Y el tercer aspecto que más amenaza a esta especie y a gran parte de la biodiversidad canaria es la presencia de microplásticos en el medio marino. Un grupo de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) descubrió que la contaminación por plásticos está extendida por toda la Corriente Canaria, y utilizó a las pardelas cenicientas como indicadores de este grave problema ambiental.
Aunar esfuerzos
El trabajo de La Tahonilla y la implicación ciudadana han permitido mejorar la respuesta ante este problema, pero la clave, dice Trujillo, sigue estando en la prevención.
La campaña de rescate ha sido un esfuerzo conjunto de los 31 ayuntamientos de la isla, las Policías Locales, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, las Agrupaciones de Protección Civil, Cecopal de Santa Cruz, y el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes), el Centro de Coordinación Operativa Insular (Cecopin), Vigilantes de Espacios Naturales y la Oficina insular de la Participación y el Voluntariado Ambientales. Asimismo, colaboran entidades como SEO/BirdLife, Cruz Roja o Save The Planet.
