Chuchanga corrugada ('Hemicycla plicaria'), una especie críticamente amenazada que sobrevive en puntos muy concretos de Tenerife. /Ayuntamiento de Candelaria
Chuchanga corrugada ('Hemicycla plicaria'), una especie críticamente amenazada que sobrevive en puntos muy concretos de Tenerife. /Ayuntamiento de Candelaria

"Sin caracoles, se empobrece el suelo": por qué ya no es tan frecuente verlos tras días de lluvia

Los caracoles son parte importante de los ecosistemas canarios "porque descomponen la hojarasca, producen nutrientes, airean el suelo. Sin ellos, se empobrece el sustrato y disminuye la biodiversidad”

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Quedó atrás el tiempo en el que, tras unos días de lluvia, paredes, jardines y solares aparecían poblados de caracoles en cualquier rincón. La causa más probable de que esta estampa sea cada vez más rara "son las sequías, pues estos animales dependen fundamentalmente de la humedad, sobre todo en el sustrato", cuenta a Atlántico Hoy la paleontóloga del Departamento de Biología Animal, Edafología y Geología de la Universidad de La Laguna (ULL), Carolina Castillo.

Los caracoles son parte importante de los ecosistemas canarios "porque descomponen la hojarasca, producen nutrientes y airean el suelo. Sin ellos, se empobrece el sustrato y disminuye la biodiversidad”, detalla Castillo, que trabaja con caracoles terrestres endémicos de las Islas y desarrolla un proyecto dentro del programa CanBio para identificar 30 especies de caracoles terrestres en situación crítica a través de poblaciones actuales y del registro fósil.

Además, también es parte de un proyecto de ciencia ciudadana donde voluntarios, mediante el uso de una aplicación móvil, contribuyen con la identificación de la chuchanga corrugada (Hemicycla plicaria), una especie críticamente amenazada que sobrevive en puntos muy concretos de Tenerife.

En peligro crítico

A pesar de su valor, el conocimiento público sobre estas especies es escaso. "Los canarios no le damos importancia, quizás porque desconocemos el valor que tiene a nivel de su ecosistema", reflexiona Castillo.

La pérdida de hábitat, especialmente en las zonas entre 400 metros de altitud y el nivel del mar, es una de las principales causas de su desaparición. "Los caracoles son el segundo grupo terrestre con más biodiversidad, y tienen un alto grado de endemicidad en Canarias", apunta la experta. Pero también "es uno de los grupos que mayor extinción tiene a nivel mundial", algo especialmente grave "en islas, porque los hábitats son mucho más frágiles", explica.

La actividad humana también afecta a su supervivencia, especialmente en las franjas costeras y de medianías. "Las poblaciones dispersas hacen que se fragmente el hábitat de las especies. También la introducción de depredadores", afirma.

Sobreviven estancados durante meses

Aunque los cambios climáticos afectan a muchas especies, algunos caracoles han desarrollado estrategias de resistencia. Tienen capacidad de estivar, es decir, permanecer en letargo durante los meses de verano (lo contrario al fenómeno de la hibernación, más conocido). "Buscan un refugio y además se encierran dentro de sus conchas, que sellan con una sustancia mucosa con la que también se pegan a la roca", señala la bióloga.

En ese proceso, los caracoles reducen su metabolismo y permanecen en estado latente hasta que vuelvan las lluvias: "Reducen también la respiración y solamente vuelven a activarse cuando las condiciones ambientales son óptimas".

Especies introducidas

A las amenazas por los cambios en el clima se suman las especies foráneas que compiten en el hábitat de los caracoles endémicos. "Estamos viendo, sobre todo en los jardines, especies que son introducidas y que llegan también al campo", advierte la investigadora. "En algunos casos hay especies introducidas en sus hábitats".

Una de estas especies introducidas es el caracol gigante africano (Lissachatina fulica). Calificada por REDEXOS como “peligrosa especie invasora”, esta especia animal puede transmitir una forma de meningitis, y además, también es un riesgo para la agricultura.

Una científica sostiene con un guante a un espécimen de caracol gigante africano / IMAGEN DE LA RED
Una científica sostiene con un guante a un espécimen de caracol gigante africano / IMAGEN DE LA RED

Nuevas poblaciones halladas gracias a los fósiles

Realmente no es mucho lo que se conoce de estos moluscos, reconoce la bióloga. "Lo poco que sabemos es gracias a dos investigadores de la ULL, Miguel Ibáñez y Rosario Alonso, pioneros en su estudio". 

Pero los investigadores no paran de catalogar nuevas especies, y algunas incluso sin tener delante el animal vivo: solo a través de sus fósiles. De esta manera, el equipo en el que participa Castillo ha descubierto nuevas poblaciones vivas de Theba arinagae, una especie muy difícil de hallar y que se encuentra en peligro crítico de extinción, y que han a logrado identificar en las inmediaciones de Arinaga. 

"Nos dimos cuenta de que especies como Theba arinagae tenían una amplia distribución en el pasado. Visitando las zonas con fósiles descubrimos una población nueva", explica.