Toda aquella persona que tenga Netflix o redes sociales habrá visto alguna imagen o vídeo sobre la serie del momento. Con solo seis episodios ha logrado colarse en el top de lo más visto de la plataforma de streaming en menos de una semana.
Su atmósfera tensa, la madurez con la que trata la violencia juvenil y una interpretación magistral de su joven protagonista han bastado para que miles de usuarios la recomienden sin reservas en redes sociales. Pero, entre elogios y vítores, hay una escena concreta que ha despertado un poco de malestar, especialmente desde Canarias.
Una escena sin importancia
En el capítulo 3 de Adolescencia, Jamie —un adolescente de 13 años acusado de asesinar a una compañera de clase— charla con su psicóloga. En medio de una conversación íntima, el chico menciona que una vez viajó con sus abuelos a Tenerife. La terapeuta, sorprendida, pregunta: "¿De vacaciones?", a lo que Jamie responde, gritando: “¡No! A plantar plátanos”. Ambos se ríen. Una escena, aparentemente, inofensiva.
Para muchos espectadores británicos, puede tratarse de una broma inocente. Sin embargo, para los canarios esta escena puede interpretarse como una burla que perpetúa estereotipos sobre el archipiélago. Porque, ¿qué es Tenerife sino turismo y plátanos?

Broma inocente o cliché
La referencia no es trivial. El plátano de Canarias es la principal exportación del archipiélago y Reino Unido ha sido históricamente uno de los mayores mercados de este producto. ¿Reducir ese vínculo comercial a un chiste irónico en una serie de alto impacto puede resultar ofensivo, especialmente cuando la relación entre Canarias y el turismo masivo ya genera tensiones sociales?
La escena de Adolescencia reabre una vieja herida: la del olvido cultural. Un simple comentario puede reflejar una visión superficial, pero también consolidarla. Y eso, para quienes viven en Canarias, ya no hace gracia.