La advertencia de la UNESCO sobre la falta de profesorado a nivel mundial —44 millones de docentes necesarios en las próximas décadas, 4,8 millones solo en Europa y Norteamérica— tiene reflejo directo en Canarias. El presidente de ANPE Canarias, Pedro Crespo, asegura que el Archipiélago vive una situación “estructural” marcada por el envejecimiento de las plantillas y la necesidad de reforzar la profesión para garantizar el relevo generacional.
Según Crespo, más del 50% del profesorado en Canarias está en edad de jubilarse en los próximos cuatro o cinco años, especialmente en el cuerpo de maestros. “Es un dato aproximado, pero lo hemos confirmado en estudios previos. El riesgo es evidente: si no se toman medidas, habrá un déficit muy serio de docentes en las islas”, advierte.
Ratios y falta de interinos
El sindicato defiende que mejorar la calidad educativa pasa por reducir aún más las ratios por aula, lo que implicaría contratar más profesorado. “Si disminuyes el número de alumnado, necesitas más docentes. Es una medida imprescindible para personalizar la enseñanza”, señala Crespo.
Al mismo tiempo, admite que algunas especialidades siguen siendo deficitarias en las listas de interinos, obligando a recurrir a profesionales de otras comunidades autónomas. “No se trata de que falten opositores, como en la península, donde quedan plazas desiertas, pero sí hay áreas donde cuesta cubrir vacantes y hay que abrir listas con frecuencia”, explica.
Universidades sin plazas
Otro de los problemas señalados por ANPE es el acceso al máster de formación del profesorado, obligatorio para ejercer en Secundaria. “Las universidades públicas canarias ofrecen pocas plazas y muchos egresados se ven obligados a acudir a la privada, incluso pidiendo préstamos. Esto es un déficit directamente vinculado a la falta de docentes”, subraya Crespo.
Sueldos bajos
El presidente de ANPE denuncia además que los docentes son los empleados públicos peor pagados en igualdad de categoría. “En España, a diferencia de países como Finlandia o Alemania, la docencia no está incentivada. Muchos jóvenes con vocación se van a la empresa privada porque no les compensa. Así se pierde talento”, afirma.
Para revertirlo, reclama mejoras retributivas y campañas de prestigio social de la función docente. “Los profesores deben ser vistos como colaboradores de las familias, no como adversarios. Hace falta una campaña institucional que devuelva autoridad y reconocimiento a la profesión”, sostiene.
Cambios legislativos
Crespo también critica la inestabilidad derivada de los continuos cambios legislativos. “Cada vez que cambia un gobierno, cambia la ley educativa. Es un disparate. No da tiempo a aplicar un currículo cuando ya se sustituye por otro. Eso desmotiva al profesorado y afecta a los resultados del sistema”, lamenta.
En cuanto a los recursos, recuerda que la Ley Canaria de Educación fija un gasto mínimo del 5% del PIB, pero “año tras año se incumple”. Con un crecimiento previsto del 3,4% y un incremento del gasto público de 500 millones para el próximo ejercicio, “este es el momento idóneo para alcanzar ese porcentaje”, asegura.
Una reforma pendiente
El sindicato insiste en la necesidad de reformar el acceso a la función docente con oposiciones actualizadas y una formación inicial distinta. “Los temarios están obsoletos y el máster de educación no basta. Desde el grado, los estudiantes deberían cursar créditos orientados a la docencia si quieren dedicarse a ella. Es la única forma de garantizar que lleguen preparados a las aulas”, concluye Crespo.