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Vista satelital de Canarias. AH

Canarias pierde a su aliado climático: el mar se vuelve emisor de carbono

Una investigación del IOCAG-ULPGC revela que las aguas del archipiélago liberan cinco veces más CO₂ que en 2019 por el aumento récord de la temperatura marina

Durante años, el mar que rodea a Canarias ha sido un aliado contra el cambio climático. Absorbía parte del dióxido de carbono (CO₂) que generamos en la atmósfera, ayudando a enfriar el planeta. Pero esa tendencia se podría haber invertido.

Una investigación del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (IOCAG) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria demuestra que las aguas del archipiélago han dejado de absorber carbono y ahora lo emiten. El estudio calcula que el océano libera ya 4,5 millones de toneladas de CO₂ al año, cinco veces más que en 2019.

El trabajo, dirigido por Irene Sánchez-Mendoza y Melchor González-Dávila, del grupo QUIMA (IOCAG-ULPGC), combina observaciones por satélite, datos de boyas y modelos de inteligencia artificial. La conclusión es clara: el CO₂ disuelto en el agua aumenta rápidamente, mientras el pH del mar desciende, es decir, el océano se vuelve más ácido.

Ola de calor marina

El giro tiene un culpable evidente: la ola de calor marina de 2023, la más intensa desde que hay registros. En apenas seis años, la temperatura media del mar en las aguas del archipiélago se incrementaron más de un grado, una cifra que parece pequeña, pero que tiene efectos enormes sobre la vida marina y la capacidad del agua para retener CO₂.

“Las aguas canarias han pasado de ser un pequeño sumidero de carbono a comportarse como una fuente neta”, resume el estudio. Las zonas del este, que antes absorbían el gas gracias a las corrientes frías del norte de África, ahora lo expulsan a la atmósfera.

El resultado: un océano más cálido, más ácido y menos capaz de protegernos del cambio climático.

IA para seguir la huella de carbono

El equipo del IOCAG combinó datos de satélite, sensores instalados en barcos y boyas, y los analizó con inteligencia artificial para seguir la huella del CO₂ en el mar. Los modelos fueron tan precisos que lograron medir los cambios con un margen de error mínimo.

Gracias a este sistema, los investigadores pudieron reconstruir la evolución del océano canario entre 2019 y 2024, mes a mes, y comprobar cómo las temperaturas récord del verano de 2023 alteraron por completo la química marina.

La investigación también revela una diferencia clara entre el este y el oeste del archipiélago: las aguas cercanas a África, antes frías y ricas en nutrientes, están perdiendo su equilibrio natural por culpa del calentamiento sostenido.

Un aviso desde el Atlántico

“Nunca antes se habían registrado inviernos con el agua por encima de 19 grados y veranos con más de 25”, advierten los científicos. Lo que hasta hace poco era una rareza se está convirtiendo en norma.

La consecuencia es directa: si el mar deja de absorber carbono, el exceso se quedará más tiempo en la atmósfera, acelerando el calentamiento global. Canarias, explican los autores, es ahora un laboratorio del cambio climático donde los efectos se están viendo a tiempo real.

El estudio del IOCAG no solo ofrece un diagnóstico, sino también una herramienta: su modelo de análisis, basado en inteligencia artificial, podría aplicarse en otras regiones costeras del planeta para anticipar los efectos del calentamiento marino.