La ciudad de Los Ángeles (California, Estados Unidos) ha sido el escenario, a lo largo de los últimos días, de duras protestas que han derivado en actos violentos. Las redadas migratorias que ha puesto en marcha el Gobierno de Donald Trump han provocado que cientos de personas hayan salido a la calle con el objetivo de protestar contra la gestión del magnate.
Los disturbios y los actos vandálicos nocturnos han llevado a la alcaldesa de la urbe americana, Karen Bass, a decretar un toque de queda durante varios días para evitar que el problema aumente. La noche de este martes fueron saqueados hasta 23 negocios de los alrededores. Además, 67 personas fueron detenidas por bloquear ilegalmente una autopista.
Avivar la tensión
Todo comenzó la tarde del pasado viernes, cuando el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) comenzó con las redadas. Los enfrentamientos han ido en escalada los últimos días hasta el punto que el propio Trump —sin que nadie lo pidiera— envió miles de soldados a Los Ángeles. Se le ha acusado de querer avivar la tensión.
El conflicto entre los manifestantes y las fuerzas del orden —que solo abarca un pequeño porcentaje de la ciudad— se ha esparcido hasta otros lugares como, por ejemplo, San Francisco. Allí reside Guillermo Sandoval, un grancanario afincado en Estados Unidos desde hace casi tres décadas, que vive con expectación todo lo que ocurre.
"Estábamos equivocados"
El canario, en una entrevista concedida a Atlántico Hoy, relata que las protestas la observa “con un poco de ansiedad e impotencia” ante la incertidumbre de por dónde les puede llevar “toda la locura autoritaria de Donald Trump”. “Creíamos que los tres poderes [ejecutivo, legislativo y judicial] servían para tener un gobierno equilibrado, pero estábamos todos equivocados”, añade.
“Estados Unidos es un país donde la mayoría de la gente tiene muy poca educación y es fácil de manipular, les están vendiendo la historia de que los blancos pobres lo son por culpa de los que no son blancos”, prosigue. Sandoval destaca que las protestas comenzaron pacíficamente, pero el gobierno central “inmediatamente las utilizó para crear caos y más odio”.
Medidas restrictivas
Asegura que no está preocupado por las protestas en sí, “sino por cómo el gobierno central se pueda aprovechar de la situación para imponer medidas restrictivas que les permita controlar aún más el poder asignado al presidente”. Sin ir más lejos, el gobernador de California, Gavin Newsom, acusó este martes al presidente estadounidense de “inflamar” la situación.
Por otro lado, aclara que lo que se muestra en los medios de comunicación o las redes sociales está sacado de contexto. “No se corresponde”, apunta, “con la realidad cotidiana de San Francisco e incluso Los Ángeles”. “Las protestas son muy puntuales y abarcan zonas muy específicas y pequeñas dentro de la ciudad”, apostilla.